Monólogos con Pelé *
Lina Barrantes Castegnaro
La UNESCO define cultura como “ …el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o un grupo social.”Ese justamente es el sentido que tiene la existencia de los Ministerios de Cultura alrededor del mundo: preservar ese conjunto de rasgos distintivos.
Así es también en Costa Rica, el Ministerio de Cultura, preserva y promueve estos rasgos identitarios. Todos los Ministerios de Cultura que conozco, están organizados con lo que aquí hemos dado en llamar “adscritas”. Eso otorga a cada institución la independencia que requiere el sector creativo. Conocí un poco el Ministerio de Cultura, en algunos años muy intensos de participación en el: fui Directora del Teatro Popular Melico Salazar (2 años), miembro de la Junta Administrativa del Museo Nacional (4 años), miembro de la Junta Administrativa del Sistema Nacional de Radio y Televisión SINART (2 años), Representante del SINART en el proyecto DOCTV (fondo no reembolsable para la producción de documentales latinoamericanos) (6 años), Representante del SINART en Ibermedia TV (películas latinoamericanas para la televisión) (3 años). También fui jurado del Premio Nacional de Cultura MAGON el año pasado.
Tuve la suerte de ser parte de ese Ministerio, que bajo el liderazgo de Maria Elena Carballo, durante la segunda Administración Arias, llegó a tener el presupuesto más alto de su historia. A pesar de sub-ejecuciones presupuestarias producto de la crisis de la “burbuja” igual el presupuesto daba una señal política: invertir en cultura es eso, invertir. La cultura no es un gasto, es una inversión.
Estas notas son para tratar de contribuir a un debate más serio de lo que sucede en Costa Rica hoy, con ese Ministerio, a propósito de la crisis, y finalmente, a propósito del COVID.
Creo que lo primero que hay que aclarar en insistir en la definición de cultura. ¿Que quiere decir? Que cultura no es únicamente espectáculo. Que cultura no son ferias, festivales y espectáculos (mediocres, malos y buenos).
Hay actividades en las que un país no debe ahorrar dinero, ahorros en el corto plazo pueden convertirse en gastos enormes en el largo plazo. Los rasgos distintivos de la identidad de un país nos dan “espíritu de cuerpo”, nos ayudan a fortalecer el tejido social, que este tejido social construido con hilos entrelazados, nos convierte en sociedades mas prosperas, menos violentas, mas comprometidas y solidarias. El Ministerio de Cultura es el rector de la promoción de esos rasgos, lo hace por medio de la protección del patrimonio (tangible e intangible), de las letras, de la música, de la recuperación del folklore … de las actividades de su quehacer.
Hay varias formas de desmantelar una institución rectora como el Ministerio de Cultura, por ejemplo, algo tan elemental como que una orquesta sinfónica sin fagotistas es como un equipo de futbol sin delanteros, o sin portero: no podemos ahorrar en congelar una plaza “porque de por si hay muchos músicos” no. Una orquesta no funciona así. Defender el presupuesto para que eso no suceda es una función básica del Ministro (a).
Que la burocracia está para facilitar la actividad del Ministerio, no es un fin en si misma es decir, para promover creación artística, la protección del aservo cultural, no al contrario, entonces no es una mala idea la de proveedurías mas eficientes, que trabajen en forma conjunta. Desde el punto de vista administrativo no está mal tener burocracia mas eficiente, pero que hablar de eliminar instituciones adscritas, para convertirlas en “departamentos” del Ministerio, francamente me para el pelo, por que además, dentro de la propuesta, no se disminuye personal, solo se unifican mandos. Si vamos a tener los mismos empleados, el único objetivo que puedo encontrar en que Museo Nacional deje de ser una institución adscrita y se convierta en un departamento es controlar, a gusto del jerarca el trabajo de la institución, o quitarle fuerza a estas instituciones. No es lo mismo un Teatro Nacional manejando su presupuesto que un departamento de Teatros haciéndolo. ¿Será un asunto de egos? No imagino al Ministerio de Cultura Francés convertiendo a la Opera de Paris (que incluye el Palacio Garnier y la Opera de la Bastille) en un departamento de Teatros, o de Óperas …
Sobre la economía naranja en cultura, tan mentada en estos días de crisis quiero decir que aunque el concepto parece atractivo, si no viene acompañado de muchísima educación terminamos en que orquestas pésimas llenando salas, y con ese pretexto, no ofreciendo al público orquestas buenas y afinadas. Terminamos con teatro como: “7 en una cama”, o títulos así, que en poco contribuyen con la educación del público. No podemos dejar en manos de «la mano invisible del mercado» el quehacer artístico del país.
Finalmente unas observaciones sueltas sobre el Ministerio de Cultura nuestro: la primera es que no es una agencia de empleo, no existe para financiar artistas. Segundo que no debe ser únicamente un productor de espectáculos. Tercero, que deberíamos poner atención a que el promedio de vida profesional de un bailarín es aproximadamente los 35 años, no podemos tener en Costa Rica una Compañía Nacional de Danza con bailarines de 50 o 60 años. Cuarto que él o la Ministra de Cultura, no puede convertirse en un liquidador del órgano rector, para eso hay empresas especializadas.
¡Si el objetivo es terminar con el Ministerio, debieran plantearlo formalmente, para que así, quienes estamos dispuestos a defenderlo, sepamos a qué atenernos y salgamos a hacerlo!
Pele fue mi perro, un beagle. Durante 10 años, escuchó pacientemente las reflexiones que de vez en cuando decidí poner en blanco y negro. Por su complicidad, decidí poner este nombre a la columna.
Excelente reflexión. Ojalá haya un debate público bien informado que forme opinión.