El ritual de la no aprobación del uso de los recursos de Presupuesto

Silvia Hernnández Sánchez

Se ha vuelto tan absurda la rutina anual de la liquidación del presupuesto que únicamente hay un informe presentado. El único informe que hoy se discute es el de improbación, no hay ni el mínimo esfuerzo por convencer a nadie de lo contrario. Ya ni siquiera quienes deben hacer el esfuerzo, aunque sea de mentirillas, de dar una opción alternativa lo hacen porque saben que lo que aquí se dice no termina siendo más que un saludo al sol.

No vine a repetir el ritual de cada año, a ser solo un megáfono de lo que dice la Contraloría sobre el mal uso de los recursos del presupuesto, sí vine a proponer sentar responsabilidades.

El informe de la liquidación del presupuesto es el “veredicto final” sobre el uso de los recursos públicos por parte del Ejecutivo.

Con toda honestidad este ritual es como una mala tragicomedia donde ni se ríe, ni se llora. Es simplemente aburrido, tedioso, sin sentido, sin utilidad práctica y eso ¡debe CAMBIAR!

No se debe permitir que se vuelva normal el que cada año se repruebe la forma en que se utilizaron los recursos del presupuesto. Se trata del uso de los recursos públicos.

Propongo que trabajemos acciones concretas:

1. Que exijamos a cada institución los cambios y los tiempos para lograr corregir los problemas detectados, y demos verdadero seguimiento.
2. Que condicionemos los recursos del presupuesto de las instituciones que año a año no cumplen con los cambios requeridos.
3. Que el presupuesto del otro año cumpla también un rol para dar los recursos a quien sí ha hecho la tarea pero también para condicionar a los que no.
4. Que se hable de más evaluación pública si verdaderamente queremos hablar de calidad del gasto.

¿Por qué esto importa tanto para la ciudadanía? Por que hemos visto por años cosas tan serias como que se pagan millones de más en pensiones cuando los beneficios caducaron o las personas fallecieron, así como sumas pagadas de más por millones en las planillas del MEP; donde todo esto se trata de recursos públicos cada vez más escasos y que claramente afecta de manera directa a los costarricenses, no solo en la credibilidad del Estado sino en la búsqueda de una correcta prestación de los recursos.

– Diputada