Investigaciones mal intencionadas

Progresemos

Carlos Manuel Echeverría E.
cmecheverria@yahoo.com

Carlos Manuel Echeverría

Me llamó mucho la atención el informe de una investigación realizada según se dijo por el Instituto de Estudios Sociales de la UCR.

Como una afrenta a la inteligencia encontré el video que muchos de los amigos lectores habrán visto y en el que se dice que tres señores se embolsan ganancias de 2 mil trescientos ochenta y ocho millones de dólares. Dividí la suma entre tres y me dio casi US$ 800 millones por cada uno de ellos, lo que quiere decir que si calculamos que le sacan al año 10% a su capital, tendrían cada uno fortunas de 8 mil millones (ocho millardos) de US$. Estas sumas nadie las tiene en Costa Rica, salvo que esté ligado al narcotráfico o viva en el país pero su capital productivo esté afuera. Es más, por mi conocimiento de Centroamérica puedo asegurar que nadie operando legalmente y con raíces locales tenga esas sumas en Centroamérica; me atrevería a decir que ni a nivel de familia. Costa Rica tiene una economía de US$ 65 mil millones al año. Según los investigadores del instituto de la UCR estos tres señores se dejan “libres de polvo y paja” un octavo de lo que el país produce.

Luego se ensañan contra la empresa FIFCO, cervecera y mucho más, un gran “holding”, expresión cuyo significado y utilidad los investigadores parecen desconocer. No se ensañan con respecto a MECO y su presidente a quien poco conozco. Con él el único contacto indirecto que tuve fue cuando siendo Embajador de Costa Rica en El Salvador, le ayudé a MECO, una gran empresa transnacional costarricense a resolver una situación, cosa que me satisfizo pues era parte de mi labor en el cargo: coadyuvar al éxito de empresas costarricenses en El Salvador. Britt es una maravilla de idea que el señor Aronson desarrolló para bien de Costa Rica. Por cierto, el señor Aronson, a quien los costarricenses debemos reconocerle su aporte, ha solicitado al rector de la UCR una explicación al respecto.

Como FIFCO es una empresa privada de capital social abierto, me ha extrañado que los investigadores no revisaran como les corresponde especialmente a ellos, la abundante información pública que hay de FIFCO y sus finanzas, para así llegar a conclusiones más acertadas.

Me dio la impresión de que confunden ingresos con ganancias, lo que obviamente no es lo mismo.

Puede comprenderse la preocupación sobre la necesidad de allegar de emergencia nuevos ingresos al Estado y sí, es posible que haya personas cuyos ingresos personales o de sociedades anónimas debieran hacer aportes especiales o específicos vía legislación. Así mismo es claro que la evasión impositiva es inaceptable y que el Ministerio de Hacienda debe presentar legislación para cerrar portillos fiscales y evitar la elusión. Sin embargo, me parece inapropiado que sea el Instituto de Estudios Sociales el que opine y tergiversando información, sobre temas como el que aquí nos ocupa y que vaya más allá, elaborando sobre política tributaria progresiva, algo con lo que se puede estar de acuerdo o no; algunos economistas destacados promueven la idea de una “tasa plana” de impuesto sobre la renta. Pienso que el Instituto de Estudios Económicos de la UCR, en consulta quizás con el de Sociales, era el indicado.

Me parece que quien ejerza la rectoría de la UCR debe una explicación seria al respecto de esta pésima e irresponsable investigación que uno podría pensar corresponde a segundas intenciones muy mal delineadas por cierto, pero que en todo caso, desmerecen la autonomía universitaria, que apoyo y en la que creo firmemente y que merece se la cuide, más en estos tiempos complicados.

Hago una última reflexión derivada de un comentario que acabo de hacer. Si hay segundas intenciones son bastante trasnochadas por cierto. Excelente que impulsemos la emprendeduría en pequeña escala y se le otorgue apoyo a las MiPyMes. Pero éstas, sin la gran empresa productiva y distributiva, sea ésta pública o privada se varan. Son las grandes empresas las que actúan como locomotoras socio económicas, cuando son productivas y competitivas o si son públicas, coadyuvan a la competitividad de la empresa privada, en cualquiera de sus dimensiones. Es comprobable a nivel nacional e internacional, que la empresa privada es mucho más efectiva (eficiente y eficaz) en la producción de bienes y servicios, lo que no implica que en ciertas áreas la empresa pública es deseable por razones estratégicas o de carácter social, lo que no es una patente de corso para ser inefectiva como actualmente sucede. Ergo, no pretendan venderle a la sociedad ideas que atenten contra la iniciativa privada, la que tampoco puede recibir una patente de corso. Lo que corresponde a mi juicio es ir poco a poco modernizando el capitalismo, por ejemplo por la vía de la apertura del capital accionario al que los fondos financieros de los trabajadores puedan tener acceso. Por cierto, FIFCO es una de esas pocas empresas que ofrece esa posibilidad. Necesitamos muchas “IPOs” (ofertas iniciales accionarias), ojalá a nivel centroamericano, para lo que las bolsas de valores de la Región ya están organizadas.

Exprofesor de Ciencias Políticas UCR y ex viceministro subdirector de OFIPLAN

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