Cuaderno de Vida
Gustavo Elizondo Fallas
Este Cuaderno de Vida, desea externar hoy nuestra satisfacción por la candidatura de doña Laura Chinchilla Miranda a la Presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo BID, por su antecedente de ser la primera mujer en ocupar la Presidencia de la República y con más razón, siendo impulsada por la Administración Alvarado Quesada; ¿en que se justifica este sentimiento?, porque es una forma de reivindicar el nombre de una mujer, que tuvo que enfrentar el machismo político de dirigentes de su propio partido y que en algún momento, su nombre fuese puesto en entredicho por la anterior administración perteneciente al mismo partido que hoy la impulsa.Todavía resuena en nuestros oídos escuchar de la boca de OAS, molesto porque doña Laura rompió el cordón umbilical que lo unía a su tendencia política, que era el gobierno de la hoy ex presidenta, el peor de la historia, incluso por debajo de la sangrienta dictadura de los Tinoco, de la controversial década de Tomás Guardia, de los abusos de José Joaquín Rodríguez o la ilegalidad de Gallo de Lata (Rafael Iglesias), con estas manifestaciones, el Premio Nobel se olvidó de los principios del respeto y consideración para una dama, de la lealtad hacia alguien de su propio partido y de las nefastas decisiones económicas tomadas en su propia administración que dispararon el gasto público. Quiso doña Laura enmendar el error de su antecesor, impulsando una reforma fiscal en acuerdo con el líder de la oposición don Ottón Solís, pero las mismas fuerzas del PAC, enterraron la posibilidad. En cuanto a los cuestionamientos de LGS, anunciados con bombos y platillos, no pasó de unos reportes sin respaldo de desaparición de activos del estado, producto del descontrol de los inventarios de muchas administraciones y no atribuibles a la expresidenta.
Durante su administración, casi contra su voluntad, hubo que romper el contrato con la constructora brasileña OAS para la carretera a San Ramón, justificado en los posibles costos del peaje y hoy, 6 años después, en lo único que se ha avanzado es en algunos OBIS y el costo del peaje posiblemente será superior a lo planteado por el proyecto original. Tuvo que denunciar la corrupción en la construcción de la trocha fronteriza, la satanización del proyecto lo llevo a su total paralización, hoy día, ante la guerra que tenemos con la migración ilegal y su riesgo sanitario en la frontera norte, lamentamos no haber concluido ese proyecto.
Doña Laura vuelve a tener un gran reto, enfrentar al candidato de Trump: Claver-Carone, un personaje de línea dura, tan machista como el patrón que lo respalda y que quiere romper la tradición de que los presidentes del BID sean latinos.
Tanto la actual administración como los gobiernos latinoamericanos, deberían cerrar líneas alrededor de la figura de doña Laura, para aprovechar su experiencia, como reconocimiento a las mujeres, para impedir la obsesión de Trump de llenar todos los puestos con sus allegados y para nuestro caso, como un acto de desagravio por los malos momentos que en forma injusta, se le hicieron pasar.