Por Fabian Hoberg (dpa)
La flecha de plata que Daimler presentó en 2016 no tenía nada que ver con los famosos coches de carrera de Mercedes. Y es que como «Flecha de plata de los mares» los alemanes promocionaron nada más y nada menos que un yate. Y la verdad que ese nombre sonaba mejor y era más pegadizo que el verdadero: «Arrow460-Granturismo».
Según Mercedes, la embarcación con una potencia de 960 CV tiene las proporciones de un automóvil. Sólo que el precio del yate, diseñado por Mercedes y fabricado por el constructor de barcos monegasco Silver Arrows Marine, va más allá de cualquier Clase S: se puede adquirir a partir de 2,7 millones de euros (casi tres millones de dólares).
También otros fabricantes de lujo como Bugatti, Aston Martin o Porsche Design optaron por la vía marítima. Claro que estas actividades en el agua son sólo un escenario secundario para los fabricantes de coches.
«Las embarcaciones deportivas son sólo un nicho en el mercado para los fabricantes de coches», asegura el experto Stefan Bratzel. Para el desarrollo de embarcaciones deportivas completas necesitarían más capacidades y por eso suelen cooperar con astilleros.
Embarcaciones deportivas como idea de marketing
«Dada la escasa cantidad de unidades, el despliegue es enorme y no se justifca en números. Las embarcaciones deportivas más bien son una idea de marketing», dice Bratzel, profesor de industria del automóvil.
Los fabricantes de lujo utilizan los deportes náuticos para promocionar su marca. «Los productos deben ser exclusivos y pertenecer al ámbito del lujo y de la gama alta», explica.
Yate de Porsche por más de doce millones
Aston Martin diseñó junto con Quintessence Yachts el AM37, una embarcación de 11,10 metros de eslora. Bugatti fabrica con el astillero Palmer Johnson el Niniette 66 de veinte metros de eslora y del que habrá sólo 66 unidades.
Y el estudio de diseño F. A. Porsche presentó junto con el fabricante de yates Dynamiq el Gran Turismo Transatlantic 115. El precio de este yate gigante de 35 metros de largo empieza en 12,5 millones de euros (unos 13,7 millones de dólares).
Este tipo de maniobras no son buenas para cualquier fabricante de automóviles. Según Bratzel, al inicio de una cooperación de este tipo los fabricantes deben preguntarse si el compromiso valoriza la marca. En el caso de Opel o Seat, las embarcaciones de lujo no tendrían nada que hacer.
En cambio con Lexus sí pega el lujo. La subsidiaria de lujo de Toyota está fabricando un yate con el astillero estadounidense Marquis Yachts. La embarcación de 20 metros de eslora llamada LY 650 con motores de hasta 2.700 CV vale entre 3,7 y 4,7 millones de dólares (entre 3,3 y 4,3 millones de euros). Por año se fabricarán entre cinco y seis.
Motores para coches y embarcaciones
Hay otras empresas que ya hace tiempo que están cómodas en el agua. El fabricante de motores Honda desarrolla desde hace décadas motores para embarcaciones, al igual que Yamaha. Suzuki fabrica motores fuera de borda. Pero en estos casos no hay una relación más estrecha con el sector de los automóviles.
Lo mismo vale para Volvo Penta. El fabricante sueco de motores para barcos sólo tiene en común el nombre con el fabricante de coches.
Renault, en tanto, tiene previsto utilizar en el futuro viejas baterías de sus coches eléctricos en barcos y para ello coopera con Seine Alliance, un operador de embarcaciones de turismo en París. Este planea electrificar hasta 2024 toda su flota.
Y no sólo Mercedes mismo, sino también su subsidiara deportiva fabrica embarcaciones: Mercedes-AMG coopera con la empresa estadounidense Cigarette, fabricante de lanchas de carrera.
dpa