Más aventuras de un tico en Suiza durante el coronavirus

Desde La Mina 2.0

Distanciamiento social: en Suiza es lo normal

Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro.salazar@gmail.com

Mauricio Castro

En todos lados el tema del coronavirus ha puesto muchísimas cosas sobre la mesa: calidad del aire, presencia de animales salvajes, reducción en viajes, aumento de consumo de energía domiciliar, reducción de la venta de alcohol (para tomar), la demostración que hay puestos laborales que sobran, que el mundo puede ser mejor y por supuesto la participación de los políticos…y en Suiza hicieron una encuesta para determinar cómo percibían las acciones del gobierno y de líderes políticos en las distintas regiones suizas de acuerdo con su idioma.

Preguntaron sobre las medidas restrictivas Restez chez vous, la equivalente nuestra de #Quedateencasa, un 68% de los suizos franceses dijeron que no fueron suficientes y una consiguiente retahíla de críticas, mientras un 62% de los suizos alemanes dijeron que eran suficientes y una retahíla de piropos.

Preguntaron sobre la confianza en sus líderes, un 70% de los suizos alemanes confían en sus líderes y piropearon, mientras un 55% de los suizos franceses dijeron que no confiaban en sus líderes y le adicionaron críticas más que severas. En la zona que se habla francés los políticos le piden al gobierno que sea más duro con el confinamiento, en la zona que se habla alemán los políticos le piden a los ciudadanos que cumplan con las medidas dispuestas por el gobierno.

Con esos datos, vino la discusión en redes sociales y en entrevistas por tele y radio, básicamente centradas en que si Suiza es un país porqué tantas diferencias, y empezaron a dictar cátedra los que habían estudiado durante años el tema y a hablar por hablar los opinólogos, aquí también hay y much@s, a lo mejor es una pandemia que no ha sido declarada…

Unos dijeron que los suizos franceses, al igual que los franceses, creen que el Estado debe dar las órdenes y hacer que se cumplan, y que si no lo hace así nadie hace caso. Mientras que para los suizos alemanes, al igual que para los alemanes, creen que la colectividad hace el Estado y les es más natural seguir las normas.

De hecho en Suiza se siguen tanto las normas que hasta los alemanes hacen bromas sobre su propio sistema de trenes (Deutsche Bahn), que es increíblemente bueno y suficientemente puntual: esperan que algún día el tren sea tan puntual y tan bueno como el suizo. ¡Imagínense!

Pero todos los participantes en las discusiones concluyeron que sí había algo en común: suizos alemanes, suizos italianos, suizos romanches y suizos franceses mantendrían la distancia social como parte del respeto al espacio e intimidad de cada quien, como ha sido la norma en Suiza de siempre y que acudirían a los hospitales si y solo sí estaban seguros que tenían que ir.

Y por supuesto me pregunté: ¿cómo somos los ticos? ¿los salvadoreños? ¿los nicas? ¿los mexicanos? ¿los chapines?…los dominicanos, cubanos, ecuatorianos, peruanos, brasileños, chilenos…

Y les cuento algunas anécdotas recordadas y recogidas durante estos días de encierro:

Me contó un amigo de por nuestros lares, cuya pareja tenía cita con el ortopedista en el hospital de Nyon en tiempo de coronavirus, a mediados de abril, para que le revisarán la pierna que se había quebrado antes de que empezará la crisis y chequear si le había soldado, que dudaban si ir por el covid 19:

“Imaginate como debe estar el hospital con tanta locura”—decía ella

“Y más siendo Vaud el Cantón con más gente enferma y con más muertos, seguro van a llamar para suspender la cita o llamamos nosotros a cancelar o simplemente no vamos, porque sería lo natural en estos días”—argumentaba mi amigo.

Efectivamente los llamaron del hospital, no para cancelar sino para confirmar la cita y solicitar si era posible correrla un par de horas más tarde.

Y dice que cuando iban en camino él solo pensaba: —“puta que tirada, nos vamos a enfermar”

Y cuando llegaron a la entrada del hospital, dice que no vio signo de emergencia, nada de nada, todo normal, lo único distinto era un toldo blanco tipo canopy con un letrero que decía “covid-19” y una flecha que decía réception bordeando el toldo, que de paso estaba completamente vacío con solo un muchacho de Protección Civil encargado del toldo, de cachetes colorados, medio dormido y fumando como loco, posiblemente del aburrimiento.

Cuando entraron y por casualidad, dice, que una enfermera los oyó hablando en español, se acercó y les dijo que era gallega y conversaron un rato…

Y de repente él le preguntó: —“¿mucha locura?”

Y ella con cara de incrédula le contestó: —“estamos en Suiza, la gente que está enferma se queda en casa, si se siente mal llama, el doctor la va a ver, si considera que requiere ser hospitalizada la envía y ya.”

Y dice que él todavía incrédulo le dijo:”—pero si este es un hospital de los más grandes de Vaud, y hay cerca de 5 mil casos.”

Y ella le dijo:–“sí, pero aquí han venido si acaso 30 y tenemos capacidad de sobra, la gente hace caso, hasta hemos atendido enfermos franceses…”

Y dice que vieron al médico, que era el subdirector del hospital, con una tranquilidad pasmosa, sin prisas y usando la media hora que tiene cada paciente con el doctor en un hospital público y hasta les dieron otra cita para un mes después por si querían venir a hacer alguna consulta adicional…

Independientemente sea suizo francés o suizo alemán la gente hace caso.

A principios de este 2020 hablé con colega tico que vive cerca de Zúrich, en un pueblito de habla alemana, para desearle “feliz año y que el 2020 le trajera muchas sorpresas…”

¡Cuán estúpido puede ser uno deseando esas cosas!

Uno habla de muchas cosas y siempre termina con lo más importantes: conversando de la familia.

Me contó de sus hijos grandes, ya casi todos profesionales, yo de los míos y luego hablamos de su hijo menor que ya estaba en preparatoria, y que un día los llamaron a la escuela, que a él le tocó ir, y que cuando llegó estaba la maestra, una sicóloga, un representante de los padres de familia de los otros niños y el director…

Asustado pensó: “—puta qué habrá hecho”

Y empezó la cita:— “su hijo tiene severos problemas de comportamiento social que debemos atender para el bien de él y del resto de los niños”

Y él sin entender, preguntó:–“¿de verdad, qué hace?”

“Juega fútbol, mete un gol y él corre y se abraza con todos”—dijo la maestra

“Alguien cumpleaños y él corre lo abraza y lo besa”—agregó el representante de las familias

“Si hay que bailar, el abraza a las niñas de inmediato”—dijo la sicóloga

“Los viernes por la tarde todos se despiden de la maestra y el lunes por la mañana todos los niños saludan a la maestra, pero él la abraza muy fuerte y le da un beso al despedirse y al volver” —dijo el director

Y él sorprendido preguntó: ¿qué es lo malo?”

Y la sicóloga entre incrédula y brava le dijo: “es demasiado social, hay que ponerle atención, es peligroso”

Y que él solo pensó:–“por dicha que no conocen a mi hijo mayor, que si es verdaderamente social…”

El distanciamiento social es natural en Suiza, y se concibe como respeto al espacio de cada cual, eso no quita que por la calle uno reciba un bon Jour Monsieur o un bon soir o un bonne journée en el súper.

Nyon tiene un hotel que se llama “Real” y queda frente du Lac Léman.

Dicen que se llama así porque durante muchos años el Real Madrid, sí los merengues, los de a deverás, en su plena época galáctica,
hacían parte de la pretemporada aquí, entre el 2000 y el 2005.

Cuando me contaron, como tico que soy, solo me imaginé los tumultos de gente persiguiendo a esos maes por todos lados.
Y pregunté: –“¿la gente se volvía loca cuando veía a Zidane, a Ronaldo, Beckham, Figo…para tomarse fotos con ellos y pedirles autógrafos?”

Y con una media sonrisa, me contestaron: —“la gente aquí no es así, Zidane y los demás caminaban tranquilos y hasta nadaban en el lago…” en algún momento también vinieron Raúl, Morientes, Ognjenovic, Etoo, Bortolini…”

Aquí el distanciamiento social es una norma de vida, y se concibe como el respeto a tu intimidad, sin que implique que en un comercio no te digan por cortesía a uno: ça va bien?, Merci pour vos achats, y cosas así.

La vuelta a la “nueva normalidad” nos va a costar. No me puedo imaginar ir a una fiesta sin baile, o llegar a algún lado sin saludar de beso o abrazo, o ir a un cumpleaños y no abrazar a quien cumpleaños…o una despedida del cole en que la gente con tapiz no llore y moqueé sobre otra persona…o ver a Cristiano caminando y que la gente no se le tire encima o que ciertas amigas generacionales no se le tiren encima a Ricky Martin o a Luis Miguel si lo tienen cerca….

Tendremos que aprender a vivir en los nuevos tiempos. Vivir con distanciamiento social.

¡A muchos nos va a costar!

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