Por Melchor Benavente
Antes de finalizar su largo mandato presidencial en 1947, Somoza García hizo una serie de movimientos preparatorios para su reelección. El Congreso, controlado por los somocistas, preparó una reforma constitucional que le permitiría postularse para otro periodo presidencial si existía un estado de guerra, o este había sido proclamado por lo menos dos años antes. Era una camisa a la medida del dictador.
Movilizaciones estudiantiles contra la reelección en 1944
A pesar de la existencia de un Estado de Sitio desde 1941, en junio y julio de 1944 se desarrollaron movilizaciones estudiantiles contra la reelección de Somoza, las que fueron apoyadas por disidentes del gobernante Partido Liberal Nacionalista (PLN). La oposición conservadora se mantuvo al margen.
Las protestas se iniciaron en los recintos universitario de Granda y León, exigiendo democracia en Nicaragua y Guatemala, que en ese momento era gobernado por la dictadura de Jorge Ubico. Fue una clásica movilización de la clase media que ansiaba democracia.
Somoza Gracia respondió con represión, encarcelando opositores o enviándolos al exilio, pero también haciendo algunas concesiones. Al final retrocedió, y vetó la reforma constitucional que le permitiría postularse a la reelección, y que se cocinaba en el Congreso. También aprobó una ley de amnistía general. Pero, como era su estilo, hizo concesiones, pero también apretó la soga, mandando aprobar una ley que establecía la censura de prensa en septiembre de 1944, llegando incluso a cerra el diario opositor La Prensa.
Somoza establece alianzas temporales con el movimiento sindical
Para contrarrestar las fuerzas sociales que se unían en su contra, Somoza se reconcilió con los dirigentes del movimiento sindical, influenciado por el Partido Socialista de Nicaragua (PSN). Aunque el PSN no apoyó abiertamente las pretensiones reeleccionistas de Somoza, se manifestó en contra del llamado a Huelga General hecho por los estudiantes, por considerar que estaban siendo manipulados por los “nazi-fascistas”. El Resultado de este romance de Somoza con los sindicalistas fue la aprobación del Código del Trabajo en 1945.
El periodo 1944-1945 fue de auge de huelgas y creación de sindicatos, casi todos muy pequeños. De 11 pasaron a 97, que reunían unos 14,000 trabajadores. Este auge preocupó a Somoza, quien ordenó crear un brazo sindical ligado al PLN. A finales de 1945, rompió con el PSN y los reprimió. En 1946 la cantidad de sindicatos descendió a 29 y en 1947 a 13.
Vuelve a insistir en la reelección
Somoza detentaba el poder desde el golpe de Estado contra el presidente Juan Bautista Sacasa en 1936. Siempre justificó la existencia de su dictadura ante Estados Unidos, como una necesidad para imponer el orden después de masacrar a la guerrilla sandinista.
El año 1944 fue crucial en Centroamérica: La dictadura de Jorge Ubico en Guatemala fue derrocada, igual suerte corrió la dictadura de Maximiliano Martínez en El Salvador, y se produjeron las movilizaciones estudiantiles contra Somoza. La efervescencia social llamó la atención de Estados Unidos. El embajador norteamericano en Managua, Fletcher Warren, le dijo a Somoza que no apoyarían una reelección, incluso le plantearon claramente que se retirara de la jefatura de la Guardia Nacional (GN) y de toda actividad política pública. Estados Unidos estaba siguiendo el pulso de los acontecimientos en Centroamérica, percibía los cambios, por eso concluyó que era necesario relevar a Somoza, para evitar una nueva revolución en Nicaragua.
Somoza fue obligado a retroceder en 1944, volvió a la carga al año siguiente, pero la decisión de Estados Unidos lo obligó a renunciar definitivamente de la postulación presidencial, debiendo buscar un sustituto.
Se inicia la apertura controlada y la preparación de elecciones
En noviembre de 1945 se levantó el Estado de Sitio vigente desde 1941. Somoza reformó la Ley Electoral de 1923, y estableció el requisito de 10% de votos de la elección anterior, para poder inscribir partidos políticos. Como en ella solo habían participado el PLN y el Partido Conservador de Nicaragua (PCN), el Partido Liberal Independiente (PLI), que había surgido a raíz de las movilizaciones de 1944, y que representaba políticamente a la clase media radicalizada, no tuvo posibilidades de inscribirse.
Las negociaciones con el PLI
En el primer semestre de 1946, Somoza intentó reconciliarse con el PLI. Las pláticas no avanzaron porque el PLI quería impulsar la candidatura de Idelfonso Palma Martínez, un diputado liberal que en 1934 ese opuso a la amnistía a favor de quienes asesinaron a Sandino. Entre los beneficiados de esa amnistía estaba el propio Somoza.
Este quería como sucesor a Leonardo Arguello, quien renunció a la cartera de ministro de gobernación durante las movilizaciones de 1944. Somoza logró imponer la candidatura de Arguello en agosto de 1946 durante la convención del PLN realizada en León.
La división del Partido Conservador
Además de impedir la inscripción propia del liberalismo independiente, Somoza logró dividir al Partido Conservador en dos alas, que presentaron candidatos por separado en las elecciones. El Partido Conservador de Nicaragua, el tronco oficial del conservatismo dirigido por el caudillo Emiliano Chamorro, por un lado, y el Partido Conservador Nacionalista, un sector oportunista y prebendario, por el otro. Este último sector presentó como su candidato al propio Leonardo Arguello.
Después de arduas negociaciones, el PLI tuvo que aliarse con la corriente oficial del conservatismo, quienes “Por la Reunificación Socialista de la Patria Centroaméricana” 13 Mayo 2020 levantaron, a finales de 1946, la candidatura presidencial del liberal Enoc Aguado. Ambos candidatos presidenciales provenían del liberalismo, con planteamientos comunes, salvo que Aguado planteaba transformar a la GN, el principal soporte del somocismo.
Elecciones bajo el control del somocismo
Somoza mantenía el control total sobre el Consejo Nacional de Elecciones (CNE). Las elecciones del 1 de febrero de 1947 se realizaron con un padrón electoral de 221,590 votantes, casi igual al padrón de las elecciones de 1936 que tenía 219,668 votantes. En una década, los votantes habían aumentado apenas 1922 votantes.
Hubo acusaciones de manipulación del padrón electoral y, por supuesto, denuncias de fraude electoral por parte de la oposición. Los resultados finales de la elección fueron los siguientes: Partido Conservador de Nicaragua obtuvo 64,904 votos, el Partido Conservador Nacionalista obtuvo 8,073 votos, y el Partido Liberal Nacionalista (PLN) obtuvo 96,731 votos. La resolución final del CNE sentencio lo siguiente: “(…) Por cuanto los Partidos Conservador Nacionalista y Liberal Nacionalista votaron por el mismo candidato (…) doctor Leonardo Arguello, los 8073 votos depositados por el Partido Conservador Nacionalista deben sumar a los votos del Partido Liberal Nacionalista, en consecuencia (…) Leonardo Arguello fue electo con 104, 804 votos válidos, obteniendo así la mayoría de los sufragios para ser electo al alto cargo de Presidente de la República en el próximo periodo constitucional de 1947 a 1953 (…)” (La Gaceta No 58/03/1947, página 500)
Enoc Aguado viajó a Washington a denunciar el fraude electoral, fue recibido con frialdad en el departamento de Estado. Era obvio que el gobierno de Estados Unidos quería una transición ordenada, y esperaba que ese rol lo jugara el gobierno de Leonardo Arguello.
Leonardo Arguello enfrenta el poder de Somoza
Durante la segunda guerra mundial (1940-1945) el peso y poder de la Guardia Nacional en la administración del Estado, aumentó considerablemente. La mayoría de las instituciones había sido militarizada. Al asumir la presidencia, el 1 de mayo de 1947, Leonardo Arguello se topó con el enorme poder que representaba Somoza, como jefe director de la GN.
Este control somocista de las principales instituciones, como el Banco Nacional de Nicaragua, Ferrocarriles de Nicaragua y aduanas, no solo había creado una enorme red de corrupción que saqueaba las finanzas del Estado, sino, al mismo tiempo, había creado su propio grupo empresarial, liderado por Somoza y la alta oficialidad de la GN. Al cambiar a altos funcionarios del somocismo, estaba tocando la esencial del poder económico que estos habían acumulado.
Somoza había nombrado candidato a Arguello con el compromiso que no haría cambios dentro de la GN, es decir, que Somoza mantendría el control. Pero la confrontación se produjo cuando el Congreso, controlado por el somocismo, sin un acuerdo previo con el presidente Arguello, nombró tres designados de la presidencia que obedecían ciegamente a Somoza, quienes serían los sustitutos en caso de ausencia temporal o definitiva. Somoza estaba preparando las condiciones para sustituirlo.
En respuesta, el presidente Arguello procedió a destituir al jefe de policía de Managua, al jefe del Estado Mayor y al comandante de la guardia presidencial, y al director general de comunicaciones.
Destitución de Somoza y golpe de Estado
Arguello le notificó personalmente a Somoza su destitución como Jefe Director de la Guardia Nacional, y le dijo que debía marcharse del país. Somoza fingió aceptar su destino, pero al día siguiente, 26 de mayo, las tropas de la GN tomaron por asalto el Palacio Nacional, sede del Congreso, rodearon casa presidencial y cortaron las comunicaciones.
La oficialidad de la GN cerró filas con Somoza. Leonardo Arguello estaba solo. La alianza electoral que postuló a Enoc Aguado, no solo no logro revertir el fraude electoral, sino que, al momento del golpe de Estado contra Arguello, no movilizó a sus simpatizantes para defenderlo.
Leonardo Arguello, completamente solo, tuvo que asilarse en la embajada de México, e irse al exilio. Después de una semana de inacción, el Congreso eligió a Benjamin Lacayo Sacasa como nuevo presidente. En agosto de 1947, fue sustituido por Victor Manuel Roman y Reyes hasta 1950.
Estados Unidos y la mayoría de los gobiernos de América Latina no reconocieron al nuevo gobierno surgido del golpe de Estado, pero las condenas diplomáticas no reinstalaron a Leonardo Arguello en la presidencia.
Somoza recurre a los conservadores
Somoza, desde la sombra, se las ingenió para incorporar a los conservadores a las instituciones del Estado. Se iniciaron negociaciones con un sector del Partido Conservador que condujeron a la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente que finalmente aprobó una nueva Constitución en 1948.
Así, Somoza lavó el golpe de Estado de mayo de 1947, y tuvo el camino despejado para lanzar más adelante su candidatura presidencial. Ese pacto no rindió los frutos esperados, porque fue realizado con un sector minoritario del conservatismo. Después hubo otra negociación con el general Emiliano Chamorro, el llamado “pacto de los generales”, que condujo a una nueva Asamblea Nacional Constituyente que aprobó la misma Constitución en el año 1950.
Se había iniciado una larga etapa de corporativismo político incorporando al Partido Conservador a la repartición de cargos en el Estado. De esta manera el somocismo, reprimiendo, negociando, haciendo concesiones al gran capital conservador, sobrevivió hasta 1979.
ESCA No. 307