Ruinas de Cartago

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Carlos Revilla M.

Carlos Revilla

Cuando niño, con mi familia, de vez cuando hacíamos un paseo de fin de semana, generalmente los domingos, muchas veces fue al Valle de Orosí, para darle toda la vuelta al nuevo embalse de Cachí. Se pasaba por Orosí, visitando la iglesia, y por supuesto ir a comer a Palomo, a orillas del río Grande de Orosí, pasando por el puente de hamaca, y terminando la vuelta en las ruinas de Ujarrás. Pero siempre, la primera parada de ese paseo era a las “Ruinas de Cartago”, que es el nombre corto que se le da a las “Ruinas de la Parroquia de Cartago” o “Ruinas de la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol”, que están al costado este de la Plaza Mayor, en el centro de la ciudad. En realidad no se trata de ruinas en el sentido histórico, sino de una construcción interrumpida, como veremos.

Esas ruinas siempre me intrigaron y decidí ir a visitarlas para tomar algunas fotografías y hacer una breve reseña de su historia. Para hacer esto más bonito e interesante, decidí ir a Cartago en tren, una ruta desconocida para mi hasta ese momento, pues nunca había viajado en tren a la vieja metrópoli, ni siquiera cuando todavía se podía ir a Limón, así que fue una experiencia novedosa. Parecerá una chiquillada, pero la sensación de ir en tren, hicieron el periplo muy emocionante, además por supuesto del entorno. La tarifa es de solo 550 colones. El trayecto dura unos 50 minutos y tiene seis paradas antes de llegar a su destino final en Cartago, por cierto con una muy coqueta estación recientemente restaurada.

Estando en Cartago, aproveché para visitar los lugares históricos y de interés, que son muchos. Además de las Ruinas de Cartago, a poca distancia, están la Plaza Mayor, la Antigua Comandancia, actual Museo Municipal (lo restauraron y quedó lindísimo, con unos jardines preciosos), el San Luis Gonzaga, el parque Jesús Jiménez, entre otros. La Basílica de los Ángeles es tema aparte, aunque claro, es otro excelente motivo para ir a Cartago.

 
A partir del período de evangelización, en el terreno donde están las ruinas, fueron construidas diferentes edificaciones en honor al Apóstol Santiago, primer patrono de nuestro país. Todas fueron destruidas por movimientos sísmicos. La edificación del actual inició en 1870, con base en los planos de construcción realizados por el arquitecto alemán Francisco Kurtz bajo una arquitectura de clara influencia románica, se detuvo por algunos años y se inició de nuevo en 1903, pero no se logró terminar debido al terremoto de Santa Mónica en 1910. Las Ruinas son el único ejemplo de esta arquitectura en Costa Rica.

Aun cuando algunos historiadores dan a la fundación del templo fechas un poco distintas, lo cierto es que esa disparidad de opiniones no afecta mucho la relación histórica, pues la diferencia entre ellas es de muy pocos años. Don Ramón Matías Quesada, por ejemplo en un escrito firmado el 12 de octubre de 1904 dice que la Parroquia de Santiago se fundó en 1575.

Monseñor Thiel en sus datos cronológicos publicados en el Mensajero del Clero del 28 de febrero de 1900, asegura que la Iglesia Parroquial fue fundada de 1577 a 1580, y reedificada del todo por el Vicario Provincial desde 1656 a 1662. En 1718 se cayó parte del lienzo o costado de la iglesia. Parece que no se hizo una reforma en regla, de modo que en 1751 la parroquia estaba en muy mal estado.

Y don Cleto González Víquez dice en la Revista de Costa Rica el 11 de noviembre de 1923, al hablar del padre Sandoval, que fue en 1656 siendo Vicario Provincial y Comisario del Santo Oficio quien dio orden de destruir la iglesia de horcones y adobes, que había sido reparada en 1615 y 1638. En esos años era Obispo de esta provincia el Fr. Antonio de Zayas, quien el 12 de mayo de 1580 dio su aprobación a la importante cofradía conocida en aquel entonces con el nombre de la Santa Vera Cruz.

La Costa Rica de la colonia y del siglo XIX era muy pobre, y esto se reflejaba en el templo. En una descripción que hace del templo el Obispo don Pedro A. Morell con motivo de su visita canónica efectuada a Cartago en 1751, dice lo siguiente de la pobreza de la Parroquia: “La Parroquia es la más capaz con su Sacristía, tres capillas, y cinco altares sin adorno competente; en el Mayor está colocado el Apóstol Santiago, que es el titular. No tiene torres, las campanas en el remate de la frente que cae sobre la puerta principal, su cementerio es de tapia, y su pobreza es tal que el ingreso no sufraga para una moderada decencia, ni hay para repararla ni vestirla; los ornamentos son pocos, están rotos y viejos, las campanas quebradas, las paredes sucias y el techo lleno de goteras. Estos atrasos se han originado de habérseles privado del noveno y medio que por la ley le compete y del excusado que de tiempo poseía”.

Las ruinas tienen varias placas. La que está a un lado de la entrada principal nos relata algunos de los aspectos más relevantes del templo.

Placa Ruinas de Cartago

ASIENTO DE LA PRIMERA IGLESIA PARROQUIAL DE CARTAGO, DEDICADA AL APOSTOL SANTIAGO, PATRON DE ESPAÑA FUNDADA ALREDEDOR DE 1575.

RECONSTRUIDA VARIAS VECES DURANTE LA EPOCA DE LA COLONIA, LA DESTRUYO CASI EN SU TOTALIDAD EL TERREMOTO DE SAN ANTOLIN QUE OCURRIO EL 2 DE SETIEMBRE DE 1841.

SU CONSTRUCCION EN PIEDRA SE INICIO AÑOS DESPUES Y, ANTES DE SER TERMINADA QUEDO EN EL ESTADO ACTUAL A CAUSA DEL TERREMOTO DE SANTA MONICA.EL 4 DE MAYO OE 1910.

ICT INSTITUTO COSTARRICENSE DE TURISMO
15 DE SETIEMBRE 1973

Podemos observar que nunca pudieron terminar el templo, siempre un terremoto impedía hacerlo. Casualidad o no, es algo curioso. Esto hizo que naciera una leyenda, que también explica, el por qué nunca se terminó de construir. De forma resumida la leyenda dice que en las noches de bruma en Cartago se puede apreciar la sombra de un fantasma, un padre sin cabeza que ha de vagar por siempre dentro de las ruinas por haber profanado el santo lugar. Por eso cada vez que tratan de terminar el templo, dicen se viene un terremoto. Y parece que así ha sido.

Por ilustrar muy bien la época, les transcribo parte de una crónica de 1904 de don Ramón Matías Q., cuando se iniciaron los nuevos trabajos para la reedificación del templo, que frustró el terremoto de 1910:

Una de las condiciones que el Sr. Stork impuso al nuevo cura y Vicario de Cartago, fue la que debía empeñarse en continuar los trabajos de la Iglesia Parroquial paralizados hace más de 30 años por motivos que no es del caso exponer. Verdaderamente ha sido una lástima que el templo más antiguo del interior de la República permanezca aún en cimientos que semejan ruinas colosales y convertido a la vez en excusado público cuando no en sesteo de los bueyes de la policía.

Aquel histórico sitio del corazón de la ciudad, rodeado de buenas construcciones por tres lados y con el Parque Central a su frente, es el mismo que se fundó en 1575, la Parroquia de Santiago de Cartago reconstruida varias veces durante la colonia española y arruinada finalmente por el terremoto de San Antolín ocurrido el 2 de septiembre de 1841.

Opinan personas entendidas que después de esta fecha, el edificio no quedó tan deteriorado que no hubiese admitido sólidas reparaciones para poder seguir sirviendo muchos años más. Pero aquella era la época del dinero, del ardor religioso, del afán caballerezco y se dispuso demoler a fuerza de pólvora los muros de cal y canto, para emplearlos en el relleno de plazas y valles y eregir un vasto y sólido templo de piedra, el cual correspondía al rango de la Ciudad de los peninsulares gobernadores, amenazada siempre de terremotos.

Sumas enormes de dinero representa la obra nuestra que hoy apenas está casi a flor de tierra, sirviendo de asiento a las ironías de nacionales y extranjeros.

En acatamiento de la orden del Prelado D. el nuevo cura Otón Castro, persona digna de todo aprecio por su ilustración y virtudes y que apenas hace pocos días que tomó posesión del cargo de acuerdo con la Municipalidad ya tiene organizada y fungiendo la Junta Directiva, que se compone de caballeros muy honorables y merecedores de la confianza pública.

Por la última negociación de terrenos que el ayuntamiento ha verificado con la Compañía Ferrocarrilera de Costa Rica, la Junta Parroquial tiene derecho a percibir 40.000 colones que será una nueva base para reanudar los trabajos. Y si se logra unir los ánimos y levantar el espíritu general, no faltarán recursos con que hacer por lo menos una hilada de piedra al año. Paso que dure y que no madure para que el pueblo no se fastidie con los frecuentes turnos y demás contribuciones. Es cierto que la terminación de una obra es tan grande, tal vez no sea visto por la presente generación, pero mientras el martillo golpee sobre los muros de piedra que allí se está invirtiendo el sudor de un pueblo, no faltará el óbolo del creyente ni decaerá el entusiasmo pues los unos por la fe, los otros por el ornato y los demás por el recuerdo histórico, todos debemos cooperar a la erección del que en su género no tendrá rival por muchos años en todo el país…

En Youtube hay un excelente video con la historia e imágenes, que a pesar de unos pequeños errores, como confundir románico con romántico, en referencia al estilo arquitectónico, no demeritan el buen trabajo de edición con las fotografías. También hay otro video que es un reportaje de «Informe 11: las historias«, donde entre otras cosas, nos muestra como se vería el templo de haber sido terminado.

Finalmente hice en Google Fotos un álbum con mi recorrido por Cartago, que incluye una gran cantidad de imágenes de las ruinas, así como del viaje en tren. Espero que las disfruten.

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