¿Qué quiero yo en los cien días?

Monólogos con Pelé *

Lina Barrantes

Lina Barrantes Castegnaro

Creo que el cuento de los cien días ya nos va aburriendo un poco a todos, sin embargo, voy a atreverme a esbozar algunas ideas al respecto. Tradicionalmente los cien días, se cumplen cuando se cumplen, no unos días después, ni unos días antes. Cien son cien, no ciento cinco, o ciento diez. Esta vez no será así.

Otra cosa, es que el invento de los cien días, se supone que es un plazo en el que la prensa y el ciudadano evalúan al gobierno. Sin embargo, salvo algunos formadores de opinión serios –Eduardo Ulibarri en La Nación del domingo- aquí la prensa parece haberse convencido de que mas bien tienen que esperar a que sea el gobierno el que hable de sus cien días.

El gobierno, se rumora, no hará una rendición de cuentas, sino que en sus cien días, hará una evaluación del gobierno anterior, lo cual lo pone en pie de guerra con la fracción mas grande de la Asamblea Legislativa, sin cuya moderación en su papel de oposición, no podrá aprobar proyectos. Se dice por todas partes, que esa fracción está pintada de guerra lista para disparar, por lo que presumen será un mar de ataques contra la administración Chinchilla.

Se dice también que el coordinador del Informe de los cien días es el Director de la Agencia de Inteligencia (Mariano Figueres – DIS). ¡Eso si que está raro!

Las noticias sobre el informe de los cien días de Michelle Bachelet, francamente, dan un poco de envidia. En sus cien primeros días de gobierno, la Presidenta de Chile, informa que ha cumplido prácticamente con todo aquello que al iniciar le ofreció al país como prioritario. Bueno, pues aquí, parece que podemos esperar nada de eso. A nosotros no nos van a dar un informe de cumplimiento: nos van a decir, que tortas se jaló la Administración Chinchilla. En eso a mi me surge una duda: ¿no es que los costarricenses mostramos el primer domingo de febrero nuestra insatisfacción con la Administración Chinchilla, y por eso, entre otras cosas, no le dimos el respaldo al candidato del Partido Liberación Nacional?

No sé si es porque es un Ministerio que tengo mas cerca, pero tengo un ejemplo a la mano de lo que quiero yo de los cien días: yo quiero Nabucco en los cien días!

Me explico: he de tener unos 15 años de ir año con año a la producción de la Opera que hace el Ministerio de Cultura. El año pasado no fui. No fui, porque un amigo –que tenía un papel en la ópera- me pidió que no fuera, porque le daba vergüenza la producción. El año anterior, en un cierto punto del espectáculo me salí (cuando la sala del Teatro Nacional se llenó de corazoncitos rojos proyectados). Recuerdo que ese año habían decidido las autoridades del Ministerio, que lo que estaba de moda, era no hacer una escenografía sino, proyectarla. Así estaríamos “inn”. Daba pena, propia y ajena.

El año anterior, no me salí … no me salí por que Carmen es tan linda, que hasta ver a don José entrando al Teatro Nacional en moto Harley Davidson y con jacket de cuero se puede mas o menos tolerar.

Pues este año, tuve una muy agradable sorpresa con Nabucco. La orquesta está bien, los cantantes también, la escenografía es linda, el vestuario está perfecto, el coro está muy muy bien, en fin, una puesta en escena muy buena.

¿Qué cambió? La Directora de la compañía lírica sigue siendo la misma que durante los 4 años anteriores. El Director del Centro Nacional de la Música, sigue siendo el mismo de los 4 años anteriores. Entonces? ¿Qué sucedió? ¿A que debemos está feliz transformación? Lo único que ha cambiado, es la jerarquía del Ministerio de Cultura. Ministro, vice ministro, oficial mayor, juntas directivas, direcciones de algunas adscritas. Con eso basta para que la cara del Ministerio de Cultura sea otra. Con eso basta para que en el Teatro Nacional hayan andamios con restauradores reparando una de las estatuas que coronan el techo del Teatro (creo que la Fama), dañada quien sabe hace cuanto (de los últimos 4 años). Con eso bastó para que en un mes se terminaran los arreglos que llevaban 2 años en el Melico y se pusiera cielorraso. Con eso bastó para que semana a semana se colme de actividades el espacio Carmen Naranjo.

En fin, con un cambio tan pequeño como la cabeza de la institución, cambió todo.

Pero además, no fue solo eso: también la nueva jerarquía del Ministerio, encontró irregularidades que podrían ser el descubrimiento de delitos, y procedieron como la ley obliga: poniendo una denuncia en el Ministerio Público.

¿Que quiero yo de los cien días? Quiero eso. Quiero que las acusaciones que hagan sean tan serias como para llevarlas al Ministerio Público. Quiero que no sean rumores, o chismes (como dijo el Ministro de Transportes: ya se quienes son los sinvergüenzas –a 15 días de haber iniciado su mandato y aún hoy no ha concretado nada). Pero quiero que en paralelo a denunciar a los sinvergüenzas el gobierno nos cuente que hizo, que cambió. Que cumplió. ¡Quiero que me muestren Nabucco! ¡Quiero poder decir: que sabiduría la del tico, como cambió para bien! Y que este país se enrumbe de nuevo por la ruta correcta. Quiero que en la búsqueda de un país mejor, el pasado inmediato sea solo un accidente y que efectivamente los costarricenses estemos mejor.

Esos son mis ferventes deseos para un Presidente, que estoy segura, quiere lo mismo que todos nosotros para su país.

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* Pele fue mi perro, un beagle. Durante 10 años, escuchó pacientemente las reflexiones que de vez en cuando decidí poner en blanco y negro. Por su complicidad, decidí poner este nombre a la columna.

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Un comentario

  1. Luis Fernando Díaz

    Eso!

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