¿La ruta 1856 como estrategia de defensa militar?

Lina Barrantes Castegnaro

Meses atrás, cuando el gobierno anunció la construcción de la ruta 1856, junto con varios compañeros, celebramos la decisión de construirla.

La celebrábamos, por que desde los años 40’s del siglo pasado, cuando el doctor Calderón Guardia, junto con Monseñor Sanabria y Manuel Mora, empiezan a diseñar lo que sería Costa Rica, modelo que terminan de armar don Pepe Figueres, y los pensadores del Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales, esa parecía ser la respuesta normal de Costa Rica. A partir de ese momento, hace más de 70 años, Costa Rica exporta al mundo paz y desarrollo.

Exportamos a Panamá el modelo de país sin ejército y desde ese momento tenemos una de las fronteras más segura del mundo: ¡sin ni un solo militar!

Exportamos a Haití el mismo modelo de país sin ejército: hace un par de años, estando en el Palacio de Sans Souci, aquel donde se desarrolla “El Reino de este Mundo” de Alejo Carpentier, vi desde arriba del Palacio el cuartel del ejército haitiano, no pintado de mostaza, color del ejercito de Haití, sino pintado de azul. Encima de su puerta, las iniciales: FADH (Fuerzas Armadas de Haití). De un momento a otro, sonó un timbre, y el patio interior del cuartel, se llenó de niños que corrían y jugaban. ¡El cuartel se había convertido en escuela! Fue muy conmovedor para mi pensar, que esos niños no podrían imaginar como mas de 50 años antes de que ellos nacieran, un señor que se llamaba don Pepe Figueres, tomaría una decisión que cambiaría el destino de Costa Rica, y que con esa decisión, haría que otro Presidente de Costa Rica, Oscar Arias, tuviera la idea de proponerle a su Presidente, Jean Bertrand Aristide, abolir el ejército haitiano para que ellos no aprendieran a leer y a escribir en el campo, bajo un árbol, sino en los cuarteles, únicas construcciones sólidas que existen en cada rincón de Haití.

Efectivamente Costa Rica ha exportado café, bananos, plantas ornamentales, paz y desarrollo.

Entonces, la decisión de desarrollar la frontera norte no solo con la carretera, cuya imagen mas impactante fueron aquellos chiquillos manejando sus bicis para ir a la escuela, era una sabia decisión costarricense. Una decisión que en ese momento nos llevó mas bien a reflexionar: ¿Cómo no lo había hecho antes Costa Rica? Personalmente recordé aquel esfuerzo impulsado por Luis Guillermo Solís, desde Cancillería de desarrollar una agenda bilateral de desarrollo. Esa agenda debió haber sido realmente un compromiso de cualquier gobierno. Oportunidades para todos los costarricenses donde quiera que se encuentren, y por que no, oportunidades también para nuestros vecinos, siempre que podamos dárselas.

Eso debió ser la agenda de integración, ¿qué más básico como integración regional que el desarrollo para todos? ¿Qué más básico que obligarnos a desarrollar nuestras zonas limítrofes?

Pues ahora, cuando se arma el escándalo por que resulta que esa carretera ha sido un hueco negro que se ha tragado miles de millones de colones, nos la tratan de presentar como parte de una estrategia militar que impediría una invasión a Costa Rica de parte del Ejército de Nicaragua.

¿Por qué se empeñan en contarnos un cuento tan absurdo cuando todos podíamos estar orgullosos y conmovidos con saber que los niños de esa zona, ahora gracias a la inversión en infraestructura, podrían ir a la Escuela?

Desarrollo, Presidenta, desarrollo, esa es la palabra clave. Oportunidades para todos. O como bien decía don Pepe: el bienestar del mayor número. Eso es lo que seguimos queriendo los ticos.

Monólogos con Pele*

* Pele fue mi perro, un beagle. Durante 10 años, escuchó pacientemente las reflexiones que de vez en cuando decidí poner en blanco y negro. Por su complicidad, decidí poner este nombre a la columna. El 22 de junio de este año, le fue diagnosticado un tumor en el cerebro. De nuevo en agradecimiento a su lealtad, decidí darle una muerte digna y regalarle la eutanasia.