Colegio Superior de Señoritas

Desde mi perspectiva

José Francisco Bolaños Arquín

José Francisco Bolaños

Con gran visión nuestros gobernantes a finales del siglo antepasado tenían muy claro que la educación, era un pilar fundamental para que nuestro país lograra un mejor desarrollo económico, político y social.

Este artículo, está dirigido a resaltar el invaluable aporte que ha dado a través de su historia el Colegio Superior de Señoritas. Sin embargo, haré mención de otras dos instituciones que se crearon en ese mismo período. El Liceo de Costa Rica, un colegio para hombres, fundado el 6 de febrero 1887, bajo la Presidencia de don Bernardo Soto Alfaro, siendo su gestor Lic. Mauro Fernández Acuña.

También en esos años, se sentía la necesidad de impulsar la educación de la niñez, un proyecto innovador para la época, que consistía en ubicar a los alumnos de acuerdo con su edad. Los niños y las niñas estarían separados en dos centros educativos contiguos y así en 1896 el Edificio Metálico abrió sus puertas en el Gobierno de don Rafael Yglesias Castro, siendo el Presidente de La Junta de Educación don Buenaventura Corrales.

Así las cosas, la educación de la mujer estaba pendiente y con gran decisión y acierto, el Presidente de la República don Bernardo Soto y el Ministro de Educación Pública don Mauro Fernández, firman el decreto, en donde se estipula la creación de la primera institución educativa, el Colegio Superior de Señoritas, el 14 de enero de 1888.

En 1872 llegó a nuestro país, las señora Marían Le Capellan y su hermana Ada, (esta última se casó con don Mauro Fernández), ambas oriundas de la isla Jersey en el Canal de la Mancha y que pertenece a Inglaterra.

La señora Marían, una educadora que había concluido sus estudios universitarios en Nueva York, Estados Unidos y gracias a sus conocimientos, se encargó de planificar la organización y los planes de estudio del centro educativo, con dos opciones: Literatura y Pedagogía.

Sin embargo, en los primeros años al concluir los estudios la Institución no otorgaban el título de Bachiller en Humanidades y las graduadas en Pedagogía, obtenían el diploma de maestras de enseñanza primaria.

Para esa época, los recursos económicos de las familias eran muy limitados, las opciones para la que la mujer pudiera acceder a la educación eran mínimas, de ahí la necesidad de incentivar a las mujeres de todas las clases sociales para que continuaran sus estudios.

Y para facilitar el ingreso, se otorgaban becas completas cuando lo ameritaba, distribuidas por provincia para asegurarse que las egresadas, una vez finalizada su educación, regresaran a sus comunidades como maestras de escuela públicas.

En 1888 inició la construcción de edificio del Colegio Superior de Señoritas, a cargo del Ingeniero y Arquitecto Lesmes Jiménez Boneffil. Sin embargo, las lecciones iniciaron a partir del 6 de febrero de ese mismo año en la casa de su madre, doña Virginia Bonnefil de Jiménez y una vez concluida la obra en 1892, el Colegio se traslada a sus nuevas instalaciones que ocupa actualmente. Años después, el 5 de mayo de 1981 se emite el decreto ejecutivo No. 12514-C-L, declarando al inmueble de interés histórico y cultural.

Enorme ha sido la cantidad de mujeres distinguidas que han pasado por sus aulas a través de su rica y fructífera historia; como la señora Ángela Acuña Braun quién realizó sus estudios primarios en el edificio Metálico y luego ingresó al Colegio Superior de Señoritas y en 1905 concluye su educación secundaria. Al siguiente año viajó a Francia e Inglaterra a continuar sus estudios, regresando al país en 1912. Solicitó su ingreso en la Universidad para estudiar Derecho, pero le fue denegado ya que el Colegio de Señoritas no emitía el título de Bachiller en Humanidades, necesario para ser admitida y continuar con sus estudios superiores.

Así las cosas, ingresó al Liceo de Costa Rica con el propósito de obtener el bachillerato, (siendo la única mujer graduada y además haber estudiado en estos tres importantes centros educativos en ese periodo). Una vez que cumplió con este requisito, fue admitida en la Escuela de Derecho y obtuvo su título de abogada con honores y durante su fructífera vida profesional dejó una invaluable huella.

Para concluir el artículo, presento esta fotografía con las alumnas de la generación de 1961.

Colegio Superior de Señoritas

Acuña Bonilla Olda María, Agüero Durán M. Eugenia, Aguilar Calderón Elisa, Alvarado Vargas Olga María, Alvarez Marín María Reina, Alvarez Rodríguez María Isabel, Angulo Morales María Elena, Araúz Araya Ana Cecilia, Arce Corrales Elizabeth, Arce Poveda Tilza, Ávila Ramírez María Aurelia, Bado González Ma. Del Rosario, Báez Barahona María Marta, Boraschi González Gloria, Barrantes Jiménez Jeannette, Barrantes Mata Lidia, Bermúdez Calderón Mayra Elvira, Bermúdez Cascante Jenny, Bermúdez González Lidice, Bogantes Porras Esmeralda, Bohórques Alvarado Jeannette, Bolaños Arquín María Isabel, Bonilla Gamboa Flory Estela, Campos Arley Vilma, Canett Moya Lidieth, Casasola Rodíguez María de los Ángeles, Cruz Zuchini Ana Isabel, Garita Salas Felicia, Lizano Calzada Tahís, Rojas Cartín Georgina, Sojo Martínez Margarita y Valverde Mora Venus.

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