Bienvenido a Costa Rica, ¿de verdad?

Desde La Mina 2.0

Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro@costarricense.cr

Mauricio Castro

No comentaré nada de los balazos disparados hace algunos lunes (ni del cierre del Banco Crédito Agrícola) que sin duda empezarán a espantar a nuestros visitantes y harán más difícil dar bienvenidas a Costa Rica, sino de la bienvenida ”pacífica” que tuvo un colega hace algunos días…

Había salido de su casa en Viena de madrugada, voló a Frankfurt, de ahí a New York y luego a San José, llegó apaleado, tenía cerca 36 horas de viaje (salió de su casa el miércoles a las 8 pm hora tica y llegó a Costa Rica el viernes a las 8 am).
El vuelo tuvo un atraso porque hubo un problema con el sistema de luces del aeropuerto Santamaría, no les explicaron bien, “pero no pasa nada”—se dijo.
Con la ilusión de llegar al trópico, tomó su equipaje de mano, y se dirigió a Migración, oh sorpresa, a la fila no se le veía el final, niños llorando, gente mal encarada, sus genes le dijeron que debía aguantar, y aguantó, cerca de 2.5 horas.
El oficial de Migración, lo recibió de buena manera: “bienvenido”- le dijo
Pasó a Migración y fue a recoger su valija. Había perdido una de las 4 ruedas. Reclamó, y la dependienta le dijo que debía llenar un formulario, que cada una de los reclamos se valoraba y le avisaban, el trámite no duró mucho, pero no le resolvieron nada.
Su hotel era en San Pedro, Montes de Oca, tomó un taxi. Yo le había advertido que solo tomara los taxis anaranjados, en medio de las ofertas de “otros taxistas oficiales o no oficiales”, tomó uno anaranjado.
El taxista le explicó que era la hora pico, le tomó casi dos horas en llegar del Santamaría a San Pedro (ya con el puente de la platina arreglado).
Cuando lo encontré solo me comentó “tarde lo mismo en pasar Migración y llegar a San Pedro que lo que tarda el vuelo de New York a San José, creo que algo tienen que hacer Maricio”
Nuestro país le sigue apostando al turismo con toda ilusión, pero pareciera que estamos haciendo muy poco para que el “bienvenido” sea de verdad y no meramente una palabra cordial.
En mi casa en La Mina, en Santa Ana, sigo pensado que la gallina de los huevos de oro sin alimentarla bien podría morir como una gallina de patio cualquiera.

Revise también

Yayo Vicente

Tambores de guerra

Circunloquio Yayo Vicente Nuestro país descansa su seguridad externa en la institucionalidad internacional. La última …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Cambio Político
Este sitio usa cookies. Leer las políticas de privacidad.