Progresemos
Carlos Manuel Echeverría Esquivel
El país vive un momento económico difícil agravado por la crisis financiera de todos conocida. Para salir de ésta y reactivar la economía a los niveles requeridos es necesario mantener las variables macro económicas equilibradas, sin sobresaltos. Una de ellas, el tipo de cambio, es clave.Hemos perdido la noción de lo que son devaluaciones en serie y descontroladas. En los últimos años se ha mantenido el colón relativamente estable y así mismos los precios, altos como son en Costa Rica por otras razones se han mantenido relativamente estables. Atribuyo esta estabilidad al buen manejo de la economía por parte de don Rodrigo Cubero Brealey, que ha resistido fiel a su ortodoxia económica, el embate de quienes promueven la economía vudú, recomendando “manga ancha” en el manejo de la política monetaria, como si ya no fuera suficiente la carga que representa la situación fiscal. Así mismo, se lo atribuyo a que internacionalmente ha habido estabilidad y bajos precios en las principales importaciones.
Costa Rica importa la mayor parte de lo que consume como bienes terminados o intermedios. Así mismo, muchos bienes que vemos como de producción nacional tienen un alto contenido externo. Los ejemplos que corroboran lo que estoy diciendo son prácticamente infinitos.
El punto es claro: debemos generar los dólares u otras divisas fuertes que necesitamos para asegurar los niveles de importación requeridos. Nos llegan vía exportaciones, venta al exterior de servicios en múltiples áreas entre las que destaca el turismo, pidiendo prestado para lo que estamos seriamente limitados, así como al ingreso de inversión extranjera, muy ligada a la capacidad del país por atraerla, lo que depende en parte de las perspectivas de la economía mundial y en mucho de la seriedad y estabilidad del país como anfitrión.
Para mantener la estabilidad es fundamental la prudencia en el manejo de la política monetaria, como ha sido en año recientes. Si hay circulando más colones de la cuenta la demanda por dólares para importar o viajar al exterior “lanzaría” el precio del dólar vis a vis el colón hacia arriba. Se atizaría la inflación, el peor impuesto que puede existir y que conduce tarde o temprano si no se controla, a una espiral que crea un ambiente imposible para la producción y el consumo. Un círculo vicioso generado por una interminable indexación de precios incluyendo el de la moneda fuerte extranjera reitero, que tiende a desbocarse en perjuicio principalmente de los más desposeídos. Los que controlan los precios o los que pueden presionar por aumentos salariales cabalgan mejor que el resto, aunque precariamente al final de cuentas.
Podemos controlar el crecimiento de los precios relativamente bien con disciplina económica por supuesto y creando un buen ambiente para la paulatina pero sólida reactivación económica, asumiendo que la situación económica internacional sea favorable. Sin embargo, los vientos norteños que como brisa ya se manifiestan, hacen pensar que se podría gestar una tormenta, a pesar de que la demanda por nuestros productos de exportación ha crecido, aunque no así todavía el ingreso por turismo. Bienes claves como los hidrocarburos, un 64% de nuestra matriz energética están aumentado de precio. Así mismo y como ya lo dijo la Reserva Federal de los EEUU, es posible y probable que los intereses suban en los EEUU debido a las presiones inflacionarias que ya se prevén, lo que sería muy serio para nosotros. El ejercicio del señoreaje al emitir dólares por parte de los EEUU complica las cosas. Bienes alimenticios a granel también se manifiestan al alza.
Todo ello me lleva a pensar que como nación debemos redoblar esfuerzos por controlar lo que podemos controlar, promoviendo austeridad y priorizando nuestras compras como país, a fin de evitar que la inflación inducida desde el exterior se nos vaya de las manos, lo que sería fatal. Entre las prioridades que veo está el impacto del COVID 19 en el tema sanitario, que ha generado costos exorbitantes, pero que debe ser asimilado y sin dejar de lado otros requerimientos sanitarios.
No conviene llegáramos a extremos que nos obliguen a racionar productos o servicios, ya sea por la vía de precios altos o del desabastecimiento y el mercado negro que éste conlleva, al descontrolarse la inflación y el tipo de cambio.
Para evitar que el tipo de cambio nos perjudique debemos ser previsores y promover mayor eficiencia tanto al producir como al consumir, lo que incluye por supuesto no solo a los sectores productivos, sino también a todo el aparato estatal sin excepciones. Mayor eficiencia al producir nos hará más productivos y competitivos a nivel internacional, más capaces de captar divisas. Desde la perspectiva estatal se requiere eliminar trámites burocráticos innecesarios y los que queden sin festinarlos apresurarlos, pues el tiempo perdido es oro y de una forma u otra el desperdicio repercute negativamente sobre el tipo de cambio.
Así mismo al realizar el consumo de bienes y servicios finales la ciudadanía debe ser selectiva y comedida, tendiendo a favorecer el consumo de los producidos localmente en forma competitiva con alto valor agregado y de paso coadyuvar a la reactivación económica que por nuestra debilidad fiscal se dificulta.
Planteo lo expresado para contribuir a crear conciencia sobre lo que como sociedad enfrentamos, entendiendo que la economía tiene limitaciones que no pueden ignorarse y de que la solidaridad entre costarricenses ha de ocupar un lugar de privilegio en la toma de las decisiones que al respecto del tema tratado deberemos asumir como sociedad. Aceptemos cada uno la cuota de responsabilidad que nos corresponde.
– Exviceministro-subdirector de OFIPLAN de la Presidencia, ex director suplente del BCCR.