¿Un simulador de pruebas para decisores de políticas públicas…?

El piloto asume el control de riesgos en cada vuelo… Pero, ¿Cómo se prueba al decisor de políticas al dirigir en tiempos de crisis y evitar tragedias de Estado…?

Caryl Alonso Jiménez

Caryl Alonso

En un reciente dialogo sobre la responsabilidad del piloto en la navegación aérea, que alcanza circunstancias extremadamente críticas, un amigo piloto me hizo una de las comparaciones que, en mis años de docente de políticas públicas no había abordado… la diferencia crucial entre el tomador de decisiones políticas de Estado y el piloto aviador…

Hoy en día, -me dijo, -Las pruebas con mayor precisión para establecer los niveles de autocontrol tienen la capacidad establecer el dominio de los escenarios altamente críticos. Es allí cuando en los momentos cruciales se toma decisiones de gran impacto para anticipar riesgos y tragedias en el último segundo. Circunstancias que demandan control emocional y la gestión de crisis para salvar vidas. Pero, ¿Por qué existen las mismas responsabilidades en otros campos como las decisiones de políticas, cuando también se trata de vidas humanas…?

Entidades como Aviation Group, Thrust Flight y Royal Aeronautical Society, reconocen la importancia del simulador para el entrenamiento y dominio de vuelos que aseguran la formación de pilotos de alto rendimiento en emergencias y crisis.

El diálogo fue una lección…. Son esos debates que suelen acompañar coincidencias de valoración y teorías de la realidad. El piloto me expresó que, al igual que el estudio de las políticas públicas, donde el calado de las decisiones queda más en la prueba y el error, y en decisiones que no tienen ningún impacto real. En esas decisiones no existe el último segundo…. Sin embargo, en la navegación aérea, donde no se puede volar con prueba y error… ¡No se puede, porque son vidas!… y con la vida no se juega…

Es por ello que no se puede confiar en quienes conducen equipos de dirección institucional si no tienen clara las consecuencias de una decisión. ¿Cuántos funcionarios y decisores de política han pasado por controles emocionales o test de estrés para establecer niveles de autocontrol? ¡Ninguno…! Hasta ahora no se ha comprobado el estado emocional de un solo decisor y capacidad de gestión pública. Por eso las redes sociales se divierten y manipulan opiniones ante decisiones que desconciertan.

Autores como Daniel Goleman, Cannon-Bard y Schachter-Singer, han contribuido al estudio del control de las emociones, el autocontrol y la inteligencia emocional para gestionar crisis. Quienes tienen la vida de terceros en sus manos en políticas de salud, educación, seguridad, infraestructura y empleo, que afectan o benefician a millones de ciudadanos deberán demostrar capacidad para actuar en esos escenarios.

Entonces, ¿Por qué nunca se habla de pruebas que permitan comprobar capacidades de conducción estatal? Pruebas que deberán ser certificadas y hasta comprobarse la capacidad y dominio deberían aceptarse… Pero no existe nada eso por ahora.

El principal argumento esa mañana lo asentó en las cabinas de simulación de vuelo, que están diseñadas para evaluar capacidades de control emocional, dominio para controlar simultáneamente instrumentos y capacidad de respuesta actuar en escenarios de crisis y gestionarla con decisiones de último segundo.

En una ironía mordaz me dijo esa mañana, ¿Por qué no hay cabinas de simulación para funcionarios publicos, decisores de políticas y gobernantes para probar sus capacidades y responsabilidad en la conducción de la maquinaria del Estado…? ¿Acaso no es lo mismo…? Los decisores de políticas no tienen ninguna responsabilidad en las tragedias sociales, no hay consecuencias inmediatas, sino el retraso histórico… Pero, ¿Lo entenderán los ciudadanos…? Quedé abrumado.

Me recordó un reciente encuentro académico, con un Coronel retirado quien me expresó que está escribiendo, “Mil libros de liderazgo para líderes que no necesitan libros”, que retratará esa combinación de control, capacidad emocional y sobre todo la virtud de escuchar la semántica del contexto con la sabiduría de la antigüedad.

Seguro, estaba hablando de aquel libro que los arrogantes y soberbios de la política regional y funcionarios públicos despreciaron, porque no entienden de sociología ni de la matemática de la historia; y que deberán leer con urgencia, “El retorno a la antigüedad, la política de los Guerreros”, Kaplan (2003).

Justamente, los escenarios del tercer decenio en este siglo XXI, llevan con prisa hacia espacios de mayor complejidad para enfrentar los riesgos del futuro (WEF, 2025), en los que en particular, el año 2026 va a presenciar escrutinios electorales y sorprendentemente tendrá la participación de altas tasas ciudadanas.

Hoy día están concurriendo de manera simultánea significativos cambios, inercias políticas y olas tendenciales que demandan rapidez para comprenderlas y actuar, con mayor talento social e inteligencia para procesar horizontes y colisiones.

Es verdad, un simulador sería el instrumento de prueba para devolverlos por donde vinieron… Los ciudadanos tienen el instrumento para juzgar críticamente su futuro y lo pueden usar… La decisión para el futuro está en un crayón… Pero, ¿Lo usarán a su favor los ciudadanos para construir el futuro…?

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