Berlín, 2 jun (dpa) – La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) se erigió en segunda fuerza política en la intención de voto, según arrojó una nueva encuesta, que generó preocupación y también autocríticas por parte de otros partidos.
En el barómetro «Deutschlandtrend» de la primera cadena pública de televisión ARD, la AfD ganó dos puntos porcentuales y recabaría un 18 por ciento si el domingo se celebrasen elecciones generales en Alemania, quedando al mismo nivel que el Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Olaf Scholz.
Hace un año, la AfD todavía se situaba en el 10 por ciento de las preferencias electorales en todo el país. Se trata del nivel más alto obtenido en este sondeo, alcanzado antes solo en una oportunidad, en septiembre de 2018.
En marzo de 2021, el servicio alemán de inteligencia interior clasificó a la AfD como sospechosa de extrema derecha, evaluación que confirmó el Tribunal Administrativo de Primera Instancia de Colonia aproximadamente un año después. El partido lo niega y ha presentado un recurso.
Las preferencias electorales siguen encabezadas por las conservadoras Unión Demócrata Cristiana (CDU) y su socia bávara Unión Social Cristiana (CSU), con un 29 por ciento de los votos (-1).
Asimismo, el sondeo efectuado por el instituto demoscópico Infratest dimap reveló que actualmente solo una de cada cinco personas está satisfecha con el trabajo de la coalición de socialdemócratas, verdes y liberales, la cifra más baja desde que comenzó la legislatura en diciembre de 2022.
Representantes de la oposición conservadora y expertos adjudicaron estos niveles a las políticas migratoria y energética de la coalición tripartita de Berlín, entre otras cosas.
«La AfD se beneficia, por un lado, de la preocupación de un creciente número de ciudadanos por el alcance y las consecuencias de la migración y, por otro, de la ansiedad por los costes de las políticas energética y climática del Gobierno», dijo a dpa el politólogo de la Universidad de Mainz Jürgen Falter.
En el sondeo «Deutschlandtrend», dos tercios de los simpatizantes de AfD dijeron que querían votar al partido por la política migratoria, mientras que algo menos de la mitad mencionó la política energética.
Muchos de los que actualmente están a favor de la AfD están «simplemente decepcionados» y están perdiendo cada vez más la fe en la democracia y sus instituciones, estimó el secretario general de la CDU, Mario Czaja, en declaraciones a los periódicos del grupo Funke.
«Esto se debe principalmente a la gran incertidumbre causada por las políticas caóticas y sin liderazgo de la (coalición conocida como) semáforo, ya sea en calefacción, sanidad o el tema de la inmigración».
También las desavenencias entre los miembros del Gobierno alemán han sido identificadas por los expertos como otra causa del mayor descontento. Especialmente Los Verdes y el FDP se han enfrentado en público por el tema de la transición a calefacciones con energías limpias.
Michael Roth, miembro del Comité Ejecutivo del SPD, aconsejó en Twitter a la coalición que volviera a mostrarse «como un equipo», que discutiera internamente y resolviera los problemas. También pidió a la oposición conservadora que evitara los ataques «populistas» y apeló a los medios de comunicación para que contribuyeran a un debate «objetivo».
Algunos analistas culpan en parte a los partidos conservadores de los avances de la AfD, alegando que al endurecer su discurso contra el Gobierno o acercarse a las posiciones de la AfD en temas como la migración para recuperar votantes, esto solo refuerza a los propios ultraderechistas.
En opinión del politólogo de la Universidad de Luneburgo Michael Koss, «por supuesto, siempre existe el peligro de hacer que el original sea aceptable para los votantes. Y el original es siempre la AfD, a pesar de todo el barullo retórico que hace la CDU».
«La CDU/CSU también debería preguntarse de forma autocrítica por qué prácticamente no nos beneficiamos de un descontento tan grande con el Gobierno», sostuvo, por su parte, el democristano Norbert Röttgen en la red Twitter.
La AfD se mostró exultante. La copresidenta del partido Alice Weidel anunció en Twitter que el 18 por ciento era solo el principio de la promesa de formar parte de un gobierno en Alemania. Su compañero Tino Chrupalla subrayó que la AfD, «no es un mero partido de protesta» y que era votada cada vez más por convicción.
En la encuesta «Deutschlandtrend», sin embargo, solo un tercio de los simpatizantes de la AfD dijo que quería votar al partido por convicción, mientras que dos tercios citaron la decepción con los otros partidos como motivo.
La AfD tiene unos índices de popularidad especialmente buenos en el este del país. En las encuestas de Brandeburgo, por ejemplo, alcanzó recientemente el 23 por ciento, en Sajonia el 26 por ciento y en Turingia el 28 por ciento. El año que viene se elegirán nuevos parlamentos regionales en estos tres estados.