Desde mi perspectiva
José Francisco Bolaños Arquín
El pasado 12 del mes en curso, un motociclista murió al chocar con el tren cerca de la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica en San Pedro, en una de las rutas más importantes y transitadas; provocando un grave caos vial, que obstaculizó la circulación en ambos sentidos, al bloquear el tren prácticamente toda la calle. En este percance con saldo fatal, se requirió de aproximadamente dos horas, de 6 am a 8 am para retirar el cuerpo y habilitar el libre tránsito vehicular.
Esta situación es bastante seria, si se considera que desde 2013 y hasta mediados del 2016 se han reportado alrededor de 250 accidentes y uno de los más graves fue el choque de trenes en Pavas, ocurrido el 8 de abril de 2016. En lo que va del año 2017, se contabilizan 88 accidentes, donde 6 personas han perdido la vida. Estos accidentes provocan grandes presas, aparte de las que se forman, sobre todo en las horas pico y en donde los ciudadanos permanecen en promedio unas dos horas y media diarias.
Todos estos accidentes, por lo general son producto de la imprudencia, irrespeto y falta de educación al derecho de vía ferroviaria y como se puede notar en los diferentes medios de comunicación, la mayoría de los conductores vehiculares no se detienen a hacer el alto, pero están en la obligación de detenerse en estos tramos, pues es el tren el que cuenta con libre circulación.
Esta situación provoca daños materiales y económicos al INCOFER que presenta limitaciones financieras y cuenta con antiguo equipo tractivo y rodante. Además, la vía férrea requiere mayor inversión en su mantenimiento, con el fin de evitar descarrilamientos como los ocurridos en varias ocasiones.
Otro aspecto que se debe tener presente, es el riesgo que corren los pasajeros del tren y de los vehículos, inclusive con consecuencias fatales, donde se pone en peligro tanto la vida humana, como los daños sufridos por los automotores en la colisión.
Al existir alrededor de 77 cruces de vía ferroviaria entre San José – Cartago y San José – Heredia, Alajuela y San José – Pavas, en cualquier momento se puede dar un accidente, por lo que son un peligro latente.
El costo económico que provocan las presas para el país son muy significativas. En 2009 se calculaba que eran de $590 millones de dólares y $53 millones adicionales en combustible. Ante esas estimaciones en un período de 8 años; es de suponer que estas cifras sean muy superiores, ante el aumento del parque automotor, que en la actualidad ronda el 1.550.000 vehículos.
Así las cosas, esta problemática continuará en ascenso, el aumento promedio de la importación de autos de los últimos tres años, es de unos 55.000 y posiblemente este año será similar, los cuales inundan nuestras estrechas vías, en las que es evidente el atraso, debido a la poca inversión en infraestructura carretera.
INCOFER tiene dentro de sus planes poner en operación un tren ligero, eléctrico urbano y moderno de pasajeros para la Gran Área Metropolitana, con un costo aproximado a los $1.600 millones de dólares de acuerdo con las datos suministrados por Institución, proceso que se puede llevar varios años y es de esperar que el próximo Gobierno que iniciará su período a partir de mayo del 2018 lo pueda concluir, puesto que es una necesidad impostergable.
En este proceso se debe definir con prontitud, si el Gobierno le brinda al INCOFER los recursos necesarios para tomen en sus manos todo el proceso a través de un préstamo con gobiernos amigos, que cuenten con la tecnología, experiencia en ese campo y nos brinden la asesoría durante el desarrollo y puesta en marcha de la obra, o lograr una alianza público privada donde el Estado sea poseedor del 51% de las acciones y por ende de su operación.
La tercera alternativa es a través de una licitación pública por concesión con participación de compañías especializadas que se encarguen de todos los procesos: estudios, financiamiento, construcción y operación por un determinado período; opciones que considero viables, para así poder contar con un sistema ferroviario moderno en el menor tiempo posible.
Además, es necesario implementar la sectorización para ordenar el transporte público, para lo cual se cuenta con los estudios respectivos, que consisten en dividir las zonas metropolitanas de San José, Heredia, Alajuela y Cartago en sectores, a fin de que cada una opere en su área geográfica definida técnicamente y faciliten el transbordo para los viajes en tren.
“No debemos continuar solucionando los problemas de transporte de pasajeros con vieja tecnología.”
– Expresidente Ejecutivo de INCOFER y Administrador de Negocios