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Carlos Revilla Maroto
Nos recogieron muy cerca del apartamento donde nos hospedamos en el centro histórico de la ciudad de la Ciudad de México, a unos 40 km al noreste de Teotihuacán. El viaje dura alrededor de una hora, con paradas en Tlatelolco, donde está la Plaza de Las Tres Culturas, de lo que escribiré en un futuro, y una otra de unos 20 minutos en un sitio de souvenirs, donde uno puede ver las tiendas y comprar algún recuerdo o tomar y comer algo. Lo bueno es que después de esta parada obligatoria, ya Teotihuacán esta como a unos diez minutos.
El sitio tiene varias entradas, la que usamos nosotros, la número 4, es muy modesta. Por ir en excursión no tuvimos que pagar la entrada, pero esta cuesta $30 para los extranjeros, y muy reducida o gratis para los locales. El recorrido del lugar es muy interesante, y la verdad las explicaciones de la guía ayudan mucho.
Para empezar les transcribo el texto de una lámina informativa que está en la malla de la entradas:
“Alrededor del año 400 a.C., el Valle de Teotihuacán estuvo ocupado por varias comunidades rurales, con una población de aproximadamente 5 000 habitantes, en una extensión de 4-6 km2. Hacia 200 a.C. parte de la población del Sur de la Cuenca de México, emigra hacia el norte del Lago Texcoco; se genera entonces un reordenamiento en los asentamientos y se conforma un nuevo centro poblacional en el Valle. Así, se dio origen al primer asentamiento urbano planificado en Mesoamérica. Durante las siguientes fases en el desarrollo de la Ciudad de Teotihuacán, se alcanza un alto grado de urbanización que se evidencia por un trazo urbano con calles y manzanas, regido por dos grandes ejes perpendiculares entre sí: la Calzada de los Muertos y la Calzada Este-Oeste; igualmente, por un sistema de drenaje y alcantarillado en unidades residenciales, edificios y plazas públicas, y por un estilo arquitectónico oficial caracterizado como de talud-tablero. En el apogeo de la Ciudad (450-650 d.C.), se ocupa una extensión cercana a los 23 Km2, con una población de 175 000 habitantes. El incremento demográfico, el desarrollo económico y el alto grado de especialización que se requirió para satisfacer las necesidades de la población, generaron grandes diferencias sociales así como un importante desarrollo en las ciencias y artes. El principal elemento de gobierno fue la religión; se trataba de una sociedad teocrática que tuvo el control no sólo en el Valle de Teotihuacán sino también en los valles vecinos a la Cuenca de México.
Desde los comienzos de Teotihuacán, se traza la Calzada de los Muertos y se edifican las Pirámides del Sol y de la Luna y, poco tiempo después el Templo de la Serpiente Emplumada. Los templos y palacios que limitan la Calzada de los Muertos identifican las áreas político-administrativas y cívico-religiosas. Las unidades residenciales se localizan en la periferia del centro ceremonial. En toda la Ciudad se aprecian varios niveles constructivos, es decir, la Ciudad creció sobre sí misma durante nueve siglos; de esta manera puede observarse la superposición de edificios que corresponden a diferentes etapas en la Cultura Teotihuacana, hasta su caída hacia 700-750 d.C.
Después del abandono de la Ciudad y hasta la llegada de los Españoles varios grupos culturales, como los Toltecas y los Aztecas en diferentes etapas de la Época Prehistórica, la respetan como una Ciudad Sagrada. Llegan a establecer asentamientos en la periferia reocupando las zonas habitacionales y las áreas agrícolas alimentadas por los manantiales.”
Curiosamente a la par hay otra lámina informativa en un idioma, que al inicio no supe ubicar, pero que con la ayuda de la IA pude hacerlo, resultando ser náhuatl posclásico, el idioma que hablaban los mexicas (aztecas). Pero no solo eso, la IA hizo una traducción bien interesante adaptada al español moderno, que terminó siendo el mismo texto que la lámina en español, solo que resumido. Lo increíble es que solo tuve que subir la foto de la lámina, y la IA hizo el resto. Pueden ver la traducción y el análisis histórico con curiosidades en el anexo.
Teotihuacán fue una de las ciudades más grandes e influyentes de Mesoamérica. Empezó a desarrollarse alrededor del año 100 a.C. y llegó a su máximo esplendor entre los años 250 y 600 d.C., convirtiéndose en un centro político, religioso y económico de gran importancia, con una población estimada de más de 100 000 habitantes, lo que la convirtió en una de las mayores urbes del mundo en su época. Cuando los aztecas llegaron siglos después, ya estaba abandonada, y la llamaron Teotihuacan, que significa “el lugar donde los dioses fueron creados” en náhuatl.
El lugar destaca por su impresionante planeación urbana, con amplias avenidas, templos, palacios y complejos residenciales. Entre sus estructuras más emblemáticas se encuentran:
La pirámide del Sol: Con 65 metros de altura, es una de las más grandes del mundo. Se cree que estaba dedicada al culto solar. Se cree que su construcción comenzó alrededor del año 200 d.C. Está alineada con el movimiento del sol y se encuentra sobre un túnel subterráneo que, según recientes investigaciones, podría haber tenido fines rituales o simbólicos relacionados con el inframundo. La pirámide está hecha de piedra y adobe, y originalmente estuvo recubierta de estuco y pintura. Aunque no se sabe con certeza qué deidad era venerada allí, algunos arqueólogos piensan que pudo estar asociada a divinidades de la fertilidad, el agua o el cosmos.
La pirámide de la Luna: Ubicada al norte de la ciudad, al final de la Calzada de los Muertos, era un centro ceremonial clave. Aunque más pequeña que la del Sol, es igualmente impresionante. Su construcción empezó un poco antes, posiblemente entre los años 100 y 200 d.C., y sufrió varias ampliaciones. Está estrechamente vinculada al Cerro Gordo, la montaña que se alza detrás de ella, lo cual sugiere una conexión simbólica entre el paisaje natural y la arquitectura sagrada. En su interior, se han hallado entierros ceremoniales con ofrendas de animales, humanos y objetos preciosos, indicando su importancia en rituales religiosos dedicados a deidades de la fertilidad, la guerra y la muerte.
El Templo de Quetzalcóatl: También llamado la pirámide de la Serpiente Emplumada, es uno de los edificios más importantes de Teotihuacan. Construido alrededor del siglo III d.C., está decorado con figuras de serpientes emplumadas y otros seres míticos. Se cree que estaba dedicado a Quetzalcóatl, dios del viento y la fertilidad, y a otros dioses relacionados con el agua y la agricultura. Dentro del templo se han encontrado entierros ceremoniales y ofrendas que muestran su papel central en rituales religiosos y políticos.
La Calzada de los Muertos: Es la gran avenida principal de Teotihuacan, uno de los ejes más impresionantes del mundo antiguo. Mide más de 2 kilómetros de largo y conecta los principales edificios ceremoniales de la ciudad, como la pirámide de la Luna, la pirámide del Sol y el templo de Quetzalcóatl. Su nombre fue dado por los aztecas siglos después, quienes pensaban que las estructuras a los lados eran tumbas de reyes y nobles. Sin embargo, los arqueólogos creen que en realidad eran plataformas ceremoniales y residencias de la élite.
El Patio de los Jaguares: Pequeño pero impresionante recinto adornado con murales de jaguares ricamente ataviados, marchando entre símbolos rituales como los caracoles emplumados. Estas imágenes combinan el poder terrestre del jaguar, asociado a la fuerza y la autoridad, con el caracol emplumado, símbolo del viento, la palabra sagrada y la comunicación divina, probablemente ligados al culto de Quetzalcóatl. El patio no solo servía como un espacio ceremonial, sino también como una expresión visual del equilibrio entre los mundos natural y sobrenatural, mostrando la profunda conexión religiosa que definía la vida en Teotihuacan.
La sociedad que habitó Teotihuacan fue altamente organizada, con una élite gobernante, sacerdotes, comerciantes y artesanos. Su influencia se extendió por toda mesoamérica, como lo demuestran los vestigios de su arte y arquitectura en sitios como Tikal y Monte Albán.
La religión era central en la vida teotihuacana, con un panteón que incluía dioses como Tláloc (dios de la lluvia) y Quetzalcóatl (la serpiente emplumada). También practicaban sacrificios humanos y rituales complejos.
Hacia el siglo VII d.C., Teotihuacán entró en declive. Las causas aún son debatidas, pero se barajan hipótesis como conflictos internos, cambios climáticos o invasiones externas. Para el siglo VIII, la ciudad ya estaba abandonada, aunque siguió siendo un lugar sagrado para culturas posteriores como los aztecas.
Teotihuacán sigue siendo un misterio en muchos aspectos, como por ejemplo quién edificó el complejo arqueológico, a pesar que la guía porfiaba en que sí se conoce quienes fueron sus constructores. Lo cierto es que no se sabe con certeza quién construyó Teotihuacan. Los arqueólogos creen que fueron varios grupos —posiblemente otomíes, totonacas, nahuas o mixtecas— quienes participaron en su construcción y crecimiento. Lo más probable es que fuera una civilización distinta, anterior a los aztecas y a los mexicas, y que haya surgido de una mezcla de pueblos del altiplano central de México.
El lugar es un importante sitio arqueológico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Recorrerlo, por lo menos las atracciones principales, toma su tiempo, calculo que se ocupan por lo menos unas dos horas, quizás más, para ver todo con calma.
Hace ya algunos años prohibieron escalar las pirámides. Si se pudiera hacer, es algo que no deja de ser un ejercicio para el que hay que tener una buena condición. La pirámide del Sol tiene aproximadamente 260 escalones hasta la cima, número que curiosamente podría simbolizar los 260 días del calendario ritual mesoamericano (tonalpohualli). La pirámide de la Luna tiene menos escalones, alrededor de 150; pero como está construida sobre una plataforma elevada y frente al Cerro Gordo, parece casi tan alta como la del Sol, aunque en realidad es más pequeña.
Las únicas imágenes que tomé del internet son una de la pirámide del Sol tomada desde arriba, y la otra una comparación de como estaba en el año 1900 y como luce ahora (2022). Para la galería escogí las mejores imágenes entre las muchas que tomé.
Califique esta columna:
Referencias: Láminas informativas y varios sitios menores en Internet, con ayuda de la IA para algunos puntos específicos y el análisis.
Anexo
Análisis lámina informativa
El texto está en náhuatl posclásico y describe la historia y grandeza de Teotihuacán. Aquí tienes una traducción al español junto con un análisis detallado:
Traducción del texto (resumida y adaptada al español moderno):
«Desde el año 400 a.C., en el valle de Teotihuacán, los primeros pobladores se establecieron aquí. Para el 200 a.C., la ciudad ya abarcaba 4-6 km². Hacia el año 200 a.C., algunos grupos migraron desde el sur de México y se mezclaron con los habitantes originales, dando forma a un nuevo espíritu urbano. Así nació una de las ciudades más importantes de Mesoamérica.
Con el tiempo, Teotihuacán creció, construyéndose grandes pirámides, sistemas de drenaje y el estilo arquitectónico llamado talud-tablero. En su apogeo (450-650 d.C.), la ciudad cubría 23 km² y albergaba a 175,000 habitantes. Los teotihuacanos dominaban técnicas avanzadas de construcción, agricultura y comercio, además de un complejo sistema religioso.
La ciudad estaba organizada alrededor de dos ejes principales: la Calzada de los Muertos (que corre de norte a sur) y el río San Juan (canalizado). Destacaban el Templo del Sol, el Templo de la Luna y el Templo de Quetzalcóatl, todos decorados con símbolos sagrados. Las casas y palacios reflejaban conocimientos astronómicos y espirituales.
Hacia el año 700-750 d.C., la ciudad fue abandonada. Más tarde, pueblos como los toltecas y mexicas (aztecas) llegaron a este valle, ya en la época prehispánica, y recordaron Teotihuacán como un lugar sagrado, la Ciudad de los Dioses.»
Análisis histórico y curiosidades:
Lengua y autoría:
El texto está en náhuatl posclásico (similar al usado por los mexicas), aunque Teotihuacán existió mucho antes (100 a.C.-650 d.C.). Esto sugiere que es un homenaje moderno basado en crónicas coloniales (como el Códice Florentino).
Datos clave:
Talud-tablero: Estilo arquitectónico que Teotihuacán exportó a otras ciudades (como Tikal o Monte Albán).
175 000 habitantes: Una cifra comparable a Roma en su época.
Abandono (700 d.C.): Coincide con incendios y conflictos internos, según evidencias arqueológicas.
Influencia cultural:
Los mexicas (aztecas) nombraron el sitio Teotihuacán («Lugar donde los hombres se convierten en dioses») siglos después, reinterpretando su historia.
Glosario de términos náhuatl en el texto:
Teocalli: Templo (literalmente «casa de dios»).
Ameyaltin: Manantiales (vitales para Teotihuacán).
Toltecatlaca/Aztecatlaca: Toltecas y aztecas (pueblos posteriores).