Creo en el poder de la razón y en la fuerza del diálogo. En un mundo ideal todo conflicto o diferencia entre paises debe resolverse por medio del diálogo y la negociación. El uso de la fuerza militar debería siempre ser el último recurso.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia es una flagrante violación del Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas. En estos diez días que han transcurrido desde el inicio de la agresión por tierra, aire y mar contra el pueblo ucraniano solo hemos escuchado hablar de sanciones para la población rusa, para altos funcionarios de gobierno, para importantes instituciones del estado y para el círculo intimo de Putin. Por otro lado, infinidad de gobiernos y organismos internacionales le han extendido una mano generosa al pueblo de Ucrania que hoy sufre hoy las dramáticas consecuencia de un ataque despiadado contra su población y su territorio.
El clamor principal, sin embargo, es enviar todo el armamento posible para que los valientes ucranianos puedan enfrentarse a los tanques y a la aviación rusa, lo que nos hace pensar que la guerra se prolongará durante mucho tiempo más.
Si bien ha habido encuentros esporádicos en la frontera de Bielorrusia y Ucrania entre funcionarios de ambas partes, pero de nivel bajo y sin poder decisorio sobre temas trascendentes, considero que ha llegado la hora de acudir a una mesa de negociación para dialogar y negociar cuanto antes un cese de fuego que silencie los cañones y nos permita alcanzar los acuerdos que nos conduzcan a la terminación de este conflicto. No es escalando el conflicto como se va a solucionar la guerra.
La enseñanza que me dejó el haber llegado a acuerdos en las guerras centroamericanas de la década de los ochenta es que los interlocutores deben ser del más alto nivel, como ministros de relaciones exteriores y, preferentemente, jefes de gobierno.
Alcanzar la paz no será nunca una tarea fácil y nunca será una tarea acabada. No perdamos la esperanza cuando la solución parece muy lejana porque, como dijo nuestro poeta Isaac Felipe Azofeifa:
–De veras, hijo,
ya todas las estrellas han partido.
Pero nunca se pone más oscuro
que cuando va a amanecer.
Nosotros, los Premios Nobel de la Paz abajo firmantes, apoyamos la súplica del presidente Oscar Arias y hacemos un llamado a los líderes de Ucrania, Rusia, EE.UU., la UE y el Reino Unido a tomar medidas concretas para lograr una resolución pacífica del conflicto.
Presidente Oscar Arias, Premio Nobel de la Paz 1987
Presidente José Ramos-Horta, Premio Nobel de la Paz 1996
Jody Williams, Premio Nobel de la Paz 1997
Lord William David Trimble, Premio Nobel de la Paz 1998
–o–
A plea from Presidente Oscar Arias, Nobel Peace Laurate
I do believe in the power of reason and the strength of dialogue. In an ideal world, any conflict or difference between countries should be resolved through dialogue and negotiation. The use of military force should always be a last resort.
The invasion of Ukraine by Russia is a flagrant violation of international law and the Charter of the United Nations. In these ten days that have elapsed since the beginning of the aggression by land, air and sea against the Ukrainian people, we have heard only talk of sanctions for the Russian population, for high-ranking government officials, for important State institutions and for Putin’s inner circle. On the other hand, countless governments and international organizations have extended a generous hand to the people of Ukraine who are today suffering the dramatic consequences of a ruthless attack on their population and territory.
However, the main clamor is to send as much armament as possible so that the brave Ukrainians can face the Russian tanks and aviation, which makes us think that the war will go on for a long time.
There have been sporadic meetings on the border of Belarus and Ukraine between officials of both sides, but at a low level and without decision-making authority on important issues. However, I believe that the time has come to go to a negotiating table to talk and negotiate as soon as possible a ceasefire that will silence the guns and allow us to reach agreements that will lead us to the end of this conflict. It is not by escalating the conflict that the war will be solved.
The lesson I learned from having reached agreements in the Central American wars of the 1980s is that the interlocutors must be at the highest level, such as foreign ministers and, preferably, heads of government.
Achieving peace will never be an easy task and will never be a finished task. We should not lose hope when the solution seems very far away because, as our poet Isaac Felipe Azofeifa said:
– Truly, son,
all the stars have departed.
But it never gets darker
than when the dawn is about to break.
We, the undersigning Nobel Peace Laureates, support the Plea of President Oscar Arias and call upon the leaders of Ukraine, Russia, US, EU, UK to make concrete actions in order to achieve a peaceful resolution of the conflict.
President Oscar Arias, Nobel Peace Laureate 1987
President Jose Ramos-Horta, Nobel Peace Laureate 1996
Jody Williams, Nobel Peace Laureate 1997
Lord William David Trimble, Nobel Peace Laureate 1998