Suiza y Costa Rica…¿nos parecemos?

Suiza No.37

Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro.salazar@gmail.com

Mauricio Castro

Que la Suiza de Centroamérica, que la Suiza de América, que la Costa Rica de Europa…que nos parecemos muchísimo, que la división geográfica es por cantones, que la democracia, que tenemos héroes de fantasía y de ilusiones como Guillermo Tell y Juan Santamaría, que existieron, pero no hay exactitud en lo que realmente hicieron.

“Castrosalazar: ¿va a seguirss?—que agüevazón que traiga de nuevo ese cuento de que somos parecidos”—me dijeron con tonito de regañada

Que “la ningüenta” y Heidi, que el gallopinto es tico, que los “noquis” son suizos…y los vecinos de igual forma reclaman la propiedad del gallopinto y de los ñoquis.

Que tenemos montañas similares, que en ambos países tenemos ríos de agua celeste, que tenemos lagunas glaciares y hasta algunos se atreven a decir los ticos y los suizos “somos machillos” (y yo pienso siempre cuando oigo eso: ¿cómo yo?).

Que tenemos montones de bosques, que se promueve el turismo de naturaleza, que tenemos playas y más playas (buenos los suizos en los lagos—pensé cuando me oí)

Yo había concluido hace unos meses que en lo único parecido son las letras de los nombres de ambos países…

“Castrosalazar: no me jodás, ¿vas de nuevo? que tenemos 3 letras en común nada más, que la “s”, la “i” y la “a”—que pereza con vos.

Pero viendo como vivimos y lo que hacemos en realidad pero en realidad he concluido que solo en eso nos parecemos: en las letras. Porque en otras cosas para nada: los suizos no son confianzudos como nosotros, ni amigueros como nosotros, ni entrometidos como nosotros, ni parranderos como nosotros, y bailarines mucho menos…en fin solo en las letras.

“Castrosalazar: ¿y eso de parrandero?¿de bailarín?¿a qué jugás?….yo sé que cuando oís una marimba se te mueve todo por dentro y por fuera, pero de ahí a parrandero es mucho decir”—se burlaron desde adentro.

También los suizos se lo echan de a deverás como los ticos: birras y “sus guaros” también—apunté.

“Castrosalazar: ¿tomatingas vos? Jajajajajaja ja jaja ja”—se burlaron.

Okay, okay, yo no pero otros sí—dije rápidamente.

Meditando y viviendo el Mundial, se me vino una semejanza demostrable: jugamos con camisa roja, somos fiebres para el fútbol, aunque la fiebre se manifiesta de manera un toque distinta: “allá” con furor, “aquí” con, digamos, con un furor no desbordante.

“Castrosalazar: se te olvida algo de verdad en que nos parecemos”—me recordaron desde adentro.

Ahh, sí, que clasificamos al mundial—dije-

“Castrosalazar: no, no, eso no, diga lo en realidad nos parecemos, lo que nos pasó en el Mundial, sueltelo de una”—me incitaron.

—Ah sí, que a ambos equipos la mafia de las apuestas los drogaron en Qatar para que perdieran, como nadie iba a suponer ese marcador, se ganaron millones—dije.

“Castrosalazar: no sea tan tico mae, no secunde teorías conspiratorias estúpidas, diga, diga la verdad”—me dijeron con tono fuerte y grosero

—Okay, okay, que a ambos equipos nos apalearon en el Mundial, en eso nos parecemos—dije con tristeza.

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