Sonamos, pero soñamos

Pandemia

Yayo Vicente

Se vota con: cerebro, corazón, estómago o hígado y a veces con la combinación de dos vísceras. Los últimos gobiernos han sido de apaga incendios, sin duda alguna el de Carlos Alvarado Quesada, que tuvo que resolver el déficit fiscal (regla fiscal) y pandemia. El voto cerebro y corazón pierden contra el voto hígado y estómago.

Cuando se está con los electores que son mayoría, importan poco los errores, los confites, la trocha o el cemento. Cuando, por el contrario, si se está con una minoría, importa poco si el candidato es un semi-dios y hace una campaña de cero errores.

Por mejores jugadores, en buena condición física, entrenados con técnica exquisita, obedientes a la táctica y estrategia, si son once contra cincuenta, el resultado se inclina por Goliat. Las veces en que gana David, se convierten en leyenda, precisamente por lo inusual.

Los actos de constricción, de mea culpa y confesiones, son desahogos o catarsis. La causa raíz es el descontento, ENORME, que se identificó con un candidato (del que no hay NADA que aprenderle). Él no fue quien ganó, fue un movimiento social más grande, que se identificó con esa persona.

En un intento de ser objetivo, usemos el coeficiente de Gini, ideado por Corrado Gini, para medir la desigualdad. Es un número entre 0 y 1, donde 0 corresponde a la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y donde el valor 1 es la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno).

Pongamos al coeficiente Gini para que nos hable de Costa Rica. En 1986 tuvimos un alegrón de burro, pero en los años siguientes volvimos al promedio 50. Nos ubicamos entre los 20 países más desiguales del mundo, una posición en el “ranking” mundial vergonzosa.

La gente pobre, puede aceptar su pobreza como un destino, encuentran consuelo en sus convicciones religiosas y terminan acostumbrándose a vivir en condiciones deplorables. La gente acomodada termina ciega ante la pobreza y justifica su ceguera con alguna que otra limosna.

Parece una realidad con pocos escapistas. En el libro de Branko Milanovic, The Have and the Have-Nots, queda demostrado -en cuanto a bienes materiales- como un ciudadano afortunado de la India apenas podrá compararse con un ciudadano pobre de los EE.UU. Es decir, que el país donde se nace determina la suerte en el mundo material.

Cambiar ese predestino es el reto de la buena política. Crear oportunidades, eliminar las iniquidades, promover ascensores sociales, como la buena educación, habilidades blandas, como un segundo idioma. Durante mucho tiempo Costa Rica lo hizo bien, admirablemente bien. Nuestra expectativa de vida es mayor a la de muchos países ricos, nuestra percepción de felicidad, de las mejores del mundo.

¿Dónde trastabillamos?

A las personas con poco ingreso para vivir, la pandemia le sumó otro tanto. Un grupo que no sabe vivir en pobreza, ni la acepta. Personas acostumbradas a tres comidas al día, que repentinamente no tenían que comer. En el mejor de los casos les redujeron sus jornadas y en el peor, quedaron desempleadas. El desayuno, almuerzo y cena, dejó de ser realidad, igual que el pago del alquiler, de la cablera, del celular, de las tarjetas de crédito, de la tienda de electrodomésticos, la mensualidad de la escuela… Una locura de un día para otro.

Al hambre (estómago), se le sumó el descontento (hígado). Quedaron en minoría las propuestas racionales (cerebro) y la lealtad partidaria (corazón). El Partido Acción Ciudadana (PAC) se llevó la peor de las palizas. Sus votos-corazón, sumados a sus votos-cerebro, no alcanzaron para sacar siquiera un diputado. Los abandonaron los votos-estómago y también los votos-hígado, que por dos elecciones los llevaron a la victoria.

Gobernar para la gente

Al fin y al cabo, la buena política de gobierno, debe estar diseñada para ofrecer más esperanza, un futuro promisorio y una mejor vida. El “DESCONTENTO” se nutre de fuentes diversas, es un hecho que perdimos los equilibrios y muchas personas su confianza en el sistema y la política.

La pandemia nos quitó el estadio y FUTV no es para todo el mundo. Los aforos reducidos, la restricción vehicular, la obligación de utilizar mascarilla, obligación de vacunarse en los pocos trabajos y el lavado de manos… Las medidas sanitarias, tan necesarias, también tensaron un ánimo a punto de romperse.

Vienen las votaciones presidenciales y el descontento se manifestó con toda su fuerza. Los nombres y apellidos conocidos y los partidos tradicionales fueron arrollados por un descontento que viene de años y que se multiplicó con la pandemia. Un burócrata bancario con 35 años alejado del país, un partido nuevo y una periodista vieja y emblemática, se encargaron de convocar al descontento y al hambriento.

La propuesta liberacionista

Don Pepe nos enseñó que “la estrella que nos guíe, debe ser, costarricenses, el bienestar del mayor número”, Sven Olof Joachim Palme, nos dijo que “No podemos vivir sin las utopías. La utopía se origina a raíz de la insatisfacción con lo establecido. Ahora bien, debemos basarnos en la realidad. El cambio ha de estar precedido de un estudio serio de la misma. Un diálogo continuo entre realidad y sueños, una dialéctica permanente entre idea y hecho práctico da sentido y valor a la política. Pero si dejamos de ser soñadores, nuestra ética e ideología desaparecerán.”

¡Con qué ilusión preparamos la propuesta del Plan de Gobierno! Participé directamente con mucha gente, en cuatro campos. ¡Con qué ilusión!, trabajamos tantas personas en el ámbito del bienestar animal, un plan aterrizado y rico. Contempló mejoras importantes en animales de compañía, animales silvestres y de producción. ¡Con qué ilusión!, tantos trabajamos en la propuesta de salud, con el abordaje moderno de “Una Salud”. ¡Con qué ilusión!, todo un equipo redactó la propuesta ambiental, una Costa Rica energéticamente independiente y exportadora de hidrógeno verde. ¡Con qué ilusión!, hicimos la propuesta agroalimentaria, para darle un respiro al productor y atraer a las nuevas generaciones a la actividad.

En los demás campos, las ilusiones también fueron muchas. Salario Familiar Mínimo, para que todo costarricense comiera tres veces al día. Seguridad en nuestras ciudades, para caminar tranquilos. Plan 9-1-1, para el empleo… En fin … es cierto que sonamos pero ¡SOÑAMOS!. Soñamos, como nos enseñó Don Pepe y Olof Palme, para preservar nuestra ética y nuestros ideales.

Nos presentamos con el candidato más preparado, con el plan más robusto. José María Figueres consiguió 155.000 votos (37%) en la convención interna del 6 de junio del 2021. Posiblemente todos fueron votos-corazón. En la primera vuelta obtuvo 498.000 (27.3%), esta vez fueron votos-corazón más unos cuantos votos-hígado anti-chaves. En el balotaje, consiguió 820.000 (47%), que son una suma de votos-corazón, más votos-cerebro de partidos que no consiguieron llegar a la segunda vuelta y votos-hígado anti-chaves.

Si restamos los votos “prestados” del balotaje, el PLN tiene la cuarta parte de los electores, una respetable minoría, ninguna otra lo supera. Para el cuatrienio 2022-2026 el PLN tiene la tercera parte de los diputados de la Asamblea Legislativa.

La democracia

El voto-hígado, compuesto por los descontentos y los anti-liberacionistas, más los votos-estómago, no supieron apreciar la oferta. Fueron más y en su derecho, votaron por quien creyeron podía sacarlos de sus golpeadas vidas. ¡Ojalá!

El presidente Dr. Rodrigo Chaves Robles fue el elegido. Las reglas democráticas son inapelables, él será el mandatario de todos y por el bien de Costa Rica, cerremos filas y sigamos haciendo patria.

PANDEMIA. El fenómeno salud-enfermedad, es complejo y cuando se escala a una población, se le suman infinidad de nuevas variables, haciéndose todavía más intricado. Poner en palabras simples lo que todavía no termino de comprender, ha sido mi reto durante la pandemia por COVID-19.

Revise también

William Méndez

La verdad incómoda

William Méndez Garita Pretendo llamar a la reflexión en estas cortas líneas sobre el uso …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *