¿Son Nicaragua y Venezuela comunistas?

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Carlos Revilla Maroto

Ortega-Maduro

Carlos Revilla

Escribo motivado por una intercambio en un Whastapp donde se discutió sobre si Cuba, Nicaragua y Venezuela son comunistas; pero que por lo limitado del espacio, no da oportunidad de elaborar o profundizar sobre este particular. Aclaro que voy dejar por fuera a Cuba por motivos obvios. También aclaro, que esto es solo una pincelada, el tema da para mucho más, pero no está dentro del alcance de este análisis.

Empiezo diciendo que no es lo mismo marxismo que marxismo-leninismo, como tampoco es lo mismo socialismo, socialismo democrático, socialdemocracia, y socialismo real. Muchas veces por ignorancia o mala fe, confunden los términos y meten a todos en un solo saco, dependiendo si la persona es de derecha o izquierda.

Para efectos de este análisis, me voy enfocar en la que se conoce como socialismo real, que fue lo más cercano a lo que podría llamarse comunismo, esto porque formalmente tampoco lo es, se tenía como un paso previo. Con socialismo real me refiero a la forma de socialismo que fue implementada en varios países bajo regímenes llamados comunistas durante el siglo XX, especialmente en Europa del Este, la Unión Soviética, China, y otros países. Este término se usa para distinguir las ideas teóricas del socialismo (como el socialismo utópico o el socialismo democrático) de su aplicación práctica y concreta en estos países. No voy a elaborar más sobre esto, aunque teóricamente tiene muchas más aristas.

Entonces, para ubicarnos, voy a analizar algunas de las características comunes del socialismo real y ponderarlas con lo que existe o se ha hecho en Nicaragua y Venezuela:

  1. Economía planificada. La economía no es planificada, no hay planes quinquenales ni cosa parecida, a los sumo alguna suerte de control de precios. Es más, los dos países abrazan el libre comercio, y la oferta y la demanda.
  2. Propiedad estatal. Está claro que en estos países no se colectivizaron los medios de producción, como si ocurrió en Cuba. Ahora bien, sí hay algunos medios que son de propiedad estatal, pero eso es normal y casi todos los países los tienen, incluido todavía Costa Rica.
  3. Partido único. En ambos países hay régimen de partidos políticos, no hay partido único. Eso sí, hablo de la formalidad, pero no es como Cuba donde solo existe un partido político.
  4. Control centralizado. En el caso de Venezuela hay estados y gobernadores, eso si la mayoría en las manos del partido gobernante (PSUV). En cuanto a Nicaragua es centralizado, pero más que todo por las características propias del país. Por ejemplo en Costa Rica, el poder es centralizado también, en términos formales.

Ahora un poco más detallado por país:

Nicaragua. El Frente Sandinista fue originalmente un movimiento revolucionario de inspiración marxista-leninista que, en 1979, derrocó al régimen dictatorial de Anastasio Somoza. Durante los años 80, el gobierno sandinista implementó políticas socialistas, como la reforma agraria y la nacionalización de industrias clave, pero el país no adoptó un modelo comunista pleno, como el de Cuba o la Unión Soviética. En lugar de eso, intentó una mezcla de socialismo con otras formas de gobierno.

En términos generales, desde que Daniel Ortega volvió al poder en 2007, el gobierno nicaragüense ha mantenido alianzas con países como Cuba y Venezuela, y ha implementado programas sociales que tienen como objetivo reducir la pobreza y la desigualdad. Sin embargo, el modelo económico nicaragüense combina la propiedad privada con la intervención estatal y no se basa en una economía planificada, lo que lo diferencia de un sistema comunista.

Además, el régimen ha sido criticado por prácticas autoritarias, represión de la oposición y control sobre instituciones clave del país, lo que ha llevado a muchos observadores a describirlo más como un régimen autoritario con elementos de socialismo, pero no como un sistema comunista en el sentido clásico.

Venezuela. Desde la llegada al poder de Hugo Chávez en 1999 y su sucesor, Nicolás Maduro, el país ha seguido un modelo político y económico que tiene influencias del socialismo, particularmente del socialismo del siglo XXI, una versión adaptada del socialismo que combina ideas marxistas con enfoques populistas y nacionalistas.

A pesar de estas medidas socialistas, Venezuela no es un país comunista en el sentido clásico del término. El comunismo implica una economía completamente planificada y la abolición de la propiedad privada de los medios de producción. En Venezuela, todavía existe propiedad privada, aunque en un entorno con una fuerte intervención estatal.

Además, el gobierno de Venezuela ha sido catalogado por críticos como un régimen autoritario, con acusaciones de represión a la oposición, control de medios de comunicación y manipulación de elecciones. El sistema político, aunque inspirado en ideas socialistas, tiene características que lo diferencian de un régimen comunista como el de Cuba.

¿Entonces?

Venezuela y Nicaragua claramente no son comunistas. Lo que sí tienen son gobiernos autoritarios y represivos en el ámbito político. En Nicaragua la empresa privada está en contubernio con el gobierno, y en Venezuela —aunque con restricciones— está lejos de desaparecer.

Ahora bien, lo que si tienen los dos países es una retórica comunista. Esto porque de alguna forma deben justificar sus acciones y necesitan un coco, que en este caso es el «imperialismo yanqui». Pero eso no significa mayor cosa, es solo eso: retórica. Por ejemplo en México, el gobierno mantiene una retórica contra Estados Unidos, y para nada lo podemos acusar de ser un país comunista.

El tema no es tan sencillo. De parte de la derecha y derecha extrema hay una retórica muy fuerte para llamarlos comunistas. Ellos también necesitan su coco. Sí quiero dejar claro que para nada justifico las acciones, en este caso, de Cuba, Nicaragua y Venezuela, en el campo de las libertades democráticas. Al fin y al cabo estoy contra los regímenes autoritarios por no decir dictaduras, sean de donde sean.

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