Sembremos diamantes

Circunloquio [*]

La agricultura parece muy fácil cuando tu arado es un lápiz y estás a mil millas del campo” Dwight Eisenhower

Yayo Vicente

Yayo Vicente

El agricultor y ganadero producen bajo una serie de variables controlables (que pueden manejar) y factores imponderables (que no pueden predecir ni controlar plenamente). Veamos con más detalle de qué se trata.

Las variables que pueden controlar (manejar) son: selección del cultivo o la raza, variedad de semilla, ciclo vegetativo, resistencia a plagas, manejo del suelo, tipo de labranza, rotaciones, nivel de materia orgánica, riego y manejo del agua, manejo de plagas y enfermedades, densidad, momento de cosecha, almacenamiento y transporte. También el productor podría determinar la inversión en insumos, contratación de mano de obra y a veces puede hasta elegir el mercado de venta y en raras ocasiones hasta el precio.

Los factores imponderables donde el productor, se vuelve impotente son poco predecibles o incontrolables, son muchos: sequías, calor, exceso de lluvia, huracanes y los fenómenos naturales como terremotos o la ceniza, son impredecibles. No dejemos por fuera el microclima y la topografía. Nos queda la aparición repentina de plagas y enfermedades. A todo esto, se le debe agregar: precios de la cosecha, de los insumos, factores políticos y regulatorios, escasez de mano de obra, robos y un sin número más.

¿Sembrar lo que es rentable o hacer rentable lo que se siembra?

Antes de intentar responder a esa pregunta, hagamos otra: ¿Puede una persona moderna del siglo XXI sobrevivir en el paleolítico? La respuesta es no, en general no podría. La mayoría de las personas modernas no sabemos: encender fuego sin herramientas, cazar con lanzas o arcos rudimentarios, rastrear animales, reconocer plantas comestibles de las venenosas, fabricar herramientas de piedra, construir refugios con materiales naturales. Esas habilidades requieren años de aprendizaje y práctica comunitaria.

Como en el ajedrez, no siempre se puede hacer un enroque (una jugada del ajedrez, la única en el que un jugador intercambia de lugar dos piezas y solo se permite hacerlo una vez). Donde sí se puede sembrar papas y cebollas, no se puede sembrar banano, donde si se puede sembrar banano, no se puede sembrar café. Quien aprendió a criar vacas, tiene un largo camino para aprender a criar ovejas. Las habilidades en agricultura y ganadería requieren años de aprendizaje.

En Costa Rica varios cultivos novedosos se intentaron a escala comercial y terminaron en grandes fracasos: Jatrofra, Cacao (en el Sur-Sur), Algodón (en Guanacaste), Henequén, Macadamia, Palmito de Pejibaye, Yuca, Palma Aceitera y Búfalos (en el Caribe), Mango. Los mayores fracasos agrícolas y ganaderos de Costa Rica se asocian a malas adaptaciones climáticas, plagas, decisiones económicas/tecnológicas poco realistas, mercados que eran un espejismo o productores novatos y sin experiencia.

Sacarle producción a la tierra no es cosa sencilla ni tampoco la agricultura y la ganadería son de gran plasticidad y pueden reorientarse con facilidad. Las variables que pueden controlarse (manejar) y los factores imponderables (poco predecibles o incontrolables), se combinan en probabilidades infinitas. Es el aprendizaje y la práctica comunitaria las que permiten sobrellevar semejante incertidumbre.

Solo quien tiene un lápiz como arado y es analfabeta en la temática, puede atreverse a recomendar que se cambie lo conocido por canabis.

Durante los “años dorados” de la United Fruit Company, era una de las 10 corporaciones estadounidenses con mayor capitalización y activos en el extranjero, controlaba más territorio que muchas naciones y llegó a tener “valor estratégico nacional” para Estados Unidos, comparable a empresas como US Steel o Standard Oil. No tenía competencia y en sus plantaciones tenía trenes, caminos, puentes, aeropuertos, puertos, los sistemas de riego más grandes del mundo, hospitales, comisariatos, casas para sus trabajadores y para los empleados gerenciales, todas las amenidades posibles, flota de transporte y aviones. Todos estos costos de producción se sumaban, luego ponía el precio del banano y todo se vendía. El modelo fue rentable, hasta que …

No es el caso del productor, que se le exige ser más productivo, producir más por metro cuadrado y a costos menores. ¡Lo ha hecho y lo sigue haciendo! No al ritmo solicitado y por eso está perdiendo rentabilidad. Está bien apretar y está mal ahogar.

Mercado nacional

Un esfuerzo político sostenido, consigue que Costa Rica destaque como mercado con buen equilibrio entre poder de compra, estabilidad y tamaño. Alrededor del 35% de la población la integra lo que se considera “clase media” (segmento ABC+). Sin duda, el mejor mercado entre los cinco países de Centroamérica. Los importadores ven al consumidor costarricense, como un gato observa un lomito guindando.

Se ha vendido y muchos han comprado la idea que no conviene producir comida que podemos importar a menores precios. Es una tesis equivocada y estas son las primeras razones: calidad, confiabilidad del proveedor, comercio justo y estabilidad social interna.

El consumidor debe ser advertido que: la carne que se importa puede estar adulterada con inyección de líquidos o haber pasado congelada un buen rato; que el café importado nunca será de la calidad del café de origen Tarrazú; la producción nacional estará disponible en pandemias o cuando la cadena de suministros se rompa; los productos costarricenses no se producen abusando del trabajador; la producción nacional es un estabilizador social.

Como lo hacen los países más ricos, el mercado nacional debe ser principalmente para el productor nacional. Debemos importar lo que no somos capaces de producir, exportar lo que no nos podemos comer y no pretender exportar cuando nuestros costos no compiten en el ámbito internacional.

Vientos de inestabilidad

El conflicto en Europa del Este, la guerra en Ucrania y la agresividad de ciertas potencias (como Rusia), han generado preocupación sobre amenazas futuras, por lo que países europeos están reforzando su defensa. La Bundeswehr (fuerzas armadas de la República Federal de Alemania) está aumentando el número de tropas activas y de reservistas. Si con los incentivos no se consigue el número requerido de soldados, se hará un reclutamiento obligatorio. El plan busca llegar a aproximadamente 260.000 soldados activos — una cifra mucho mayor que la actual — y ampliar considerablemente la reserva militar. Japón aumenta sus impuestos para robustecer sus fuerzas armadas y China ya cuenta con un ejército que intimida a los EE.UU.

Un conflicto armado de grandes proporciones golpeará con fuerza a nuestro país. Es ingenuidad no considerar las señales que son evidentes. Los diamantes no se comen, tampoco el canabis, pero sí el arroz, los frijoles, las papas, las cebollas, todas las hortalizas, frutas y verduras. La producción nacional es nuestra troja, nuestro hórreo o alacena, que garantiza la comida en nuestro plato.

No comprendo

¡“Dundo”!, nos decía Monolete el albañil nicaragüense que hacía arreglos en la casa allá en Golfito. Un adjetivo menos duro que idiota, que significaba lo mismo. Soy “dundo” pues me falta entendimiento para comprender la destrucción del Sector AgroAlimentario. No me cabe cómo los agricultores y ganaderos hacen una marcha como mecanismo democrático de expresión, para llamar la atención del estado de abandono y peligro de extinción en que se encuentran y que la respuesta sea burlas y amenazas. Que los manden a sembrar canabis y que les digan que sus herramientas de trabajo son un lujo.

Ojalá me equivoque, y si tengo razón, ojalá el 8 de mayo los vientos soplen en la dirección correcta.

[*] CIRCUNLOQUIO. Viene del latín circumloquium. El Diccionario de Real Academia Española lo define como: “Rodeo de palabras para dar a entender algo que hubiera podido expresarse más brevemente”.

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