Seguridad Pública y Salud: similitudes en los tratamientos

El Café de las 7

Welmer Ramos González

Welmer Ramos

Los asuntos de Seguridad se parecen a los temas de Salud. Si la persona va de gripe en gripe, cada vez más frecuentes y, solo atina a duplicar la dosis de acetaminofén y tomar más cucharadas del antitusivo: se va a morir. Por más acetaminofén y jarabe que compre y tome. ¡Se va a morir! Aunque gaste todo el ingreso en esos medicamentos: no salva la vida. Su problema debe tratarlo aumentando las defensas, reforzando el sistema inmune y eso no se resuelve con paliativos. Y si el enfermo va a la farmacia y le pregunta al farmacéutico: ¿qué tomo para la gripe? les va a recetar más de los mismos calmantes.

Lo antes dicho son los equivalentes a los expertos en seguridad pública. Los policías y expertos en seguridad saben de calmantes para la sintomatología, que son importantes para frenar en el corto plazo algunas molestias, pero no tratan las causas que las provocan. Las causas de la inseguridad están en la vulgar desigualdad de oportunidades, en el desempleo elevado, en la pobreza creciente, en el deterioro de lo público (solidario y universal).

Los ₡6.000 millones o ₡8.000 millones para seguridad, más dinero para el OIJ, más fondos para el Poder Judicial: sí, son recursos necesarios y urgentes, pero son acetaminofenes sociales. El problema para levantar el sistema inmune social no se trata de esa manera, las causas están en la aberrante y vergonzosa discriminación económica y social que vive Costa Rica, que está cimentada y generada en leyes. En leyes que han sido aprobadas por diputados (as) y firmadas por presidentes (as). Que han ido creando la Costa Rica de la exclusión de oportunidades para miles y miles, y del privilegio para ciertos grupos de la sociedad que van de manera parasitaría, sirviéndose de todo lo público sin contribuir con una peseta para su sostenimiento: con exoneraciones de todos los impuestos, y a perpetuidad, con Panama Papers en medio de ultraterritorialidad de impuestos, con técnicas de contabilidad agresiva y optimización tributaria, que dan como resultado el pago de tributos a discreción, o mejor dicho el no pago para los más pudientes.

Se ha dejado de la mano, cada vez más, a los perdedores del sistema excluyente que se ha ido implementado a fuerza de egoísmo y avaricia, y se han cerrado las oportunidades para aquellas y aquellos que nacen en hogares vulnerables.

El problema de seguridad en Costa Rica está en el alma misma del sistema de convivencia social, no es de chalecos antibalas, ni de patrullas blindadas, ni de más valientes policías: es de justicia social.

¡Qué pena que una parte amplísima de la clase política no lo entienda!

Se acabó el café.

– Economista

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