Un factor crítico al que no se le da la suficiente importancia en Costa Rica
Roberto Dobles
roberto.dobles@gmail.com
Esta altísima dependencia de la energía va desde los sectores productivos, como la agricultura (incluyendo la producción de fertilizantes y agroquímicos, los embalajes de los alimentos y el funcionamiento de los equipos agrícolas), el comercio, la industria, el transporte de personas y de carga (aéreo, terrestre y marítimo), el turismo y las telecomunicaciones hasta los sistemas de seguridad, la educación y salud (hospitales, clínicas, etc.).
Además de ser el motor clave para impulsar el bienestar económico y social, la energía desempeña también un papel esencial en las actividades del Estado (gobierno, congreso, tribunales de justicia, etc.) y en la seguridad nacional.
Faltantes de cualquier magnitud en el suministro de energía crean altos costos, un caos económico y social y un fuerte obstáculo al desarrollo económico y al progreso social. Por esta razón es que la seguridad energética se ha convertido en un factor crítico de la política energética de los países.
1. Definición de la seguridad energética
Un estudio tilulado “Energy Security Risks and Risk Mitigation: An Overview”, señala que la seguridad energética es un concepto multidimensional donde intervienen las cuatro dimensiones siguientes:
a) Interrupción física del suministro resultante de fallas de infraestructura, desastres naturales, malestar social, acciones políticas o actos de terrorismo.
b) Disponibilidad física a largo plazo de suministros energéticos para satisfacer la creciente demanda en el futuro.
c) Efectos nocivos para la actividad económica y las poblaciones debido a la escasez de energía, las grandes fluctuaciones de los precios o las crisis de precios.
d) Daños colaterales por actos de terrorismo que resulten en víctimas humanas, consecuencias graves para la salud o grandes daños a la propiedad.
Teniendo en cuenta las cuatro dimensiones anteriores, la seguridad energética podría definirse de la manera siguiente:
• La disponibilidad de suministros de energía utilizable, en el punto de consumo final, a niveles de precios económicos y en cantidades y puntualidad suficientes para que, teniendo debidamente en cuenta el fomento de la eficiencia energética, el desarrollo económico y social de un país no se vea limitado.
2. La seguridad energética y el suministro de energía confiable y asequible
En un estudio titulado “Energy security, reliable, affordable access to all fuels and energy sources”, la International Energy Agency (IEA) definió la seguridad energética como la disponibilidad ininterrumpida de fuentes de energía a un precio asequible.
Adicionalmente, la IEA ha señalado que la seguridad energética tiene muchos aspectos, como los siguientes:
• En el mediano y largo plazo, la seguridad energética se refiere principalmente a inversiones oportunas para suministrar energía de acuerdo con la evolución económica y las necesidades ambientales.
• En el corto plazo, la seguridad energética se centra en la capacidad del sistema energético para reaccionar rápidamente ante cambios repentinos en el equilibrio entre oferta y demanda.
La IEA ha señalado igualmente que, si bien se pueden diseñar políticas adecuadas para garantizar un acceso confiable a la energía durante la transición energética, la naturaleza difusa y descentralizada de gran parte de la generación eléctrica con energía renovables aumenta el riesgo de ataques cibernéticos y muchas tecnologías de energía limpia dependen de metales y minerales que escasean o cuya producción está dominada por un pequeño número de países.
En otro estudio titulado “Energy security in energy transitions”, la IEA reafirmó la misma posición:
• La seguridad energética no se trata sólo de tener acceso ininterrumpido a la energía, sino también se trata de asegurar el suministro de energía a un precio asequible.
• La seguridad energética es la disponibilidad ininterrumpida de las fuentes de energía a un precio asequible.
3. Dos factores importantes de riesgo asociados a la seguridad energética
La seguridad energética no solamente se ve afectada por la crítica dependencia de la energía del mundo moderno para todo el quehacer humano, sino que además los riesgos económicos y de desabastecimiento han estado aumentando significativamente a nivel mundial y nacional por múltiples factores.
Entre los crecientes factores críticos que afectan la seguridad energética se encuentran la incertidumbre y la alta volatilidad del mercado petrolero internacional y los crecientes efectos del cambio climático en las energías renovables, particularmente en la hidroelectricidad.
3.1 Riesgos asociados a la dependencia mercado petrolero internacional
Con respecto a las energías no renovables, el mercado petrolero internacional genera altos riesgos económicos y de desabastecimiento que han venido aumentando, tales como los siguientes:
• Oferta mundial de petróleo se ha visto restringida artificialmente en diferentes magnitudes por los principales países exportadores agrupados en la OPEP Plus. Esta situación que se presenta a menudo ha venido creando una escasez relativa de petróleo en el mundo, lo que ha creado un margen cada vez más estrecho entre la oferta y la demanda de petróleo.
Lo anterior ha provocado aumentos significativos en los precios internacionales del petróleo. Estos aumentos no han estado asociados a la disponibilidad física de petróleo en el mundo, la cual más bien se ha incrementado.
• Aumento significativo de la demanda mundial de petróleo producto del rápido crecimiento económico mundial.
• Aumento de la volatilidad de los precios del petróleo producto de las tensiones internacionales políticas, económicas y militares (guerras), el terrorismo y sabotajes.
Una falta de inversión en el tiempo o restricciones severas a la oferta o suministro de hidrocarburos pueden crear una escasez devastadora de energía.
3.2 Riesgos asociados al cambio climático
Con respecto a las energías renovables, los riesgos económicos y de desabastecimiento han venido aumentando como consecuencia del fenómeno del cambio climático, ya que su producción es muy sensible a este fenómeno, particularmente la hidroelectricidad. Una excepción a esta sensibilidad es la geotermia.
La energía hidroeléctrica ha sido tradicionalmente una tecnología energética asequible durante años y, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (IEA), representa actualmente más producción que todas las demás fuentes de energía renovables combinadas.
De acuerdo con los expertos internacionales, esta importante fuente de energía será cada vez más impactada negativamente por la evolución del cambio climático,
Desde hace muchos años los expertos internacionales han venido haciendo advertencias sobre la creciente vulnerabilidad al cambio climático de la generación hidroeléctrica. Estas advertencias se encuentran en muchos estudios, como los siguientes:
• Climate Change Impacts on Renewable Energy: “Las energías renovables intrínsecamente dependientes del clima tendrán cambios en su cantidad, su disponibilidad en el tiempo, su rendimiento operacional y su nivel de producción de energía”.
• Does hydropower make sense in a warming world?: “Sabemos que uno de los peores impactos del cambio climático será el impacto en el agua y las sequías”.
• Unconventional gas, This changes everything: “La generación hidroeléctrica es la fuente de energía que puede verse más directamente afectada por el cambio climático ya que es muy sensible a la cantidad, el momento y los patrones geográficos de precipitación y a la temperatura”.
• Climate Change and Water: “El cambio climático desafía el supuesto tradicional que la experiencia hidrológica del pasado proporciona una buena guía de las condiciones futuras”.
• Drought, Climate Change Jeopardize and Complicate Hydropower Policies Around the World: “Se espera que el cambio climático traiga menos precipitaciones y más sequías extremas a determinadas partes del mundo, causando escasez de electricidad en los países que dependen altamente de la hidroelectricidad”.
• Hydropower and the Challenge of Climate Change: “Los cambios en los patrones de lluvias y las sequías crónicas están disminuyendo los flujos de agua de los ríos y afectando los embalses, lo que lleva a una menor generación de energía en las plantas hidroeléctricas”.
• Does hydropower make sense in a warming world?: “En un mundo en el que el clima está cambiando, el valor de la energía hidroeléctrica se vuelve más incierto”.
Un estudio de la Universidad de Edimburgo en el Reino Unido, titulado “Climate Change Impacts on Hydroelectric Power” señaló lo siguiente:
• “Los cambios en la escorrentía de los ríos, junto con el aumento de la evaporación en los embalses, tendrán una serie de efectos sobre la producción de energía hidroeléctrica. Estos incluyen los impactos sobre el funcionamiento del sistema, los efectos financieros y los impactos sobre otros sectores energéticos”.
• “Las plantas hidroeléctricas se caracterizan por bajos costos de operación, pero altos costos de capital. Generalmente, los ingresos por ventas de electricidad son la única manera de atender la deuda de capital. Así, las reducciones de las ventas de electricidad afectarán el rendimiento de la inversión y, por lo tanto, la viabilidad de la planta. La pérdida de capacidad de generación hidroeléctrica requerirá que se construyan plantas adicionales para satisfacer la demanda, requiriendo capital adicional y reduciendo así los retornos generales del sistema”.
Otro estudio titulado “El cambio climático provocará sequías más frecuentes y severas”, elaborado por el Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universidad Politécnica de Valencia, España, señala lo siguiente:
• Los efectos del cambio climático conducen a un escenario de un aumento general de la severidad de las sequías tanto meteorológicas como hidrológicas, debido a los efectos combinados de la reducción de las precipitaciones y el incremento de la evapotranspiración.
• Las sequías, generalmente definidas como desviaciones de las condiciones normales de disponibilidad de agua, a menudo comienzan con una falta prolongada de precipitación y luego se propagan a otros componentes del ciclo hidrológico.
• Las sequías persistentes pueden conducir a un agotamiento significativo de los volúmenes almacenados en los embalses y de los niveles de agua subterránea, con una amplia gama subsiguiente de impactos socioeconómicos y ambientales.
4. Conclusiones
Mientras que en el mundo la seguridad energética y tarifaria está adquiriendo cada vez más importancia dentro de la política energética de los países, en Costa Rica no está ocurriendo lo mismo.
Con respecto a las energías no renovables, la política energética ha venido induciendo en el país, por acción y por omisión, una altísima y creciente dependencia del mercado petrolero internacional, la cual ya llega al 64% del abastecimiento energético nacional y continúa aumentando.
El más reciente informe del Programa del Estado de la Nación (PEN), publicado hace una semana y media, señaló lo siguiente:
• La matriz energética costarricense sigue dominada por los combustibles fósiles.
• Costa Rica continúa importando grandes cantidades de derivados del petróleo, con un crecimiento del 41% en esas importaciones en once años.
Al aumentar continuamente la dependencia del mercado petrolero internacional, por no tomar las acciones de diversificación energética que se requieren, se están aumentando continuamente los riesgos para la seguridad energética nacional asociados al mercado petrolero internacional.
Con respecto a las energías renovables, utilizadas en el país básicamente en el subsector eléctrico (el cual provee aproximadamente el 22% de la energía total), el país tiene una altísima dependencia climática que ha aumentado significativamente los riesgos económicos y de desabastecimiento de electricidad. La generación hidroeléctrica representó el 73% de la generación en el 2022.
Como he señalado en columnas anteriores, cuando no se tienen en el sistema eléctrico los respaldos energéticos suficientes y de bajo costo, como es el caso de Costa Rica, la altísima dependencia de las plantas hidroeléctricas para generar electricidad crea altos costos y desabastecimientos como consecuencia de las alteraciones climáticas, las cuales se van a agravar conforme avancen los efectos negativos del cambio climático.
Y lo peor, es que para evitar un desabastecimiento de electricidad en el territorio nacional por eventos climáticos (por falta de suficiente agua en los caudales de los ríos), se recurre a la generación con plantas térmicas propias y alquiladas que usan búnker y diésel importados del mercado petrolero internacional.
En total, la dependencia del suministro energético nacional a los dos factores externos anteriores de riesgo económico y de desabastecimiento es muy elevada y llega al 80% (64% del abastecimiento energético nacional proveniente del mercado petrolero internacional y 16% del abastecimiento energético nacional proveniente de las plantas hidroeléctricas con elevada dependencia climática).
Finalmente, al incrementar la generación térmica en el subsector eléctrico con los caros búnker y diésel importados y reducir la generación de electricidad con energías renovables, se provoca un aumento de la ya altísima dependencia nacional del mercado petrolero internacional, lo que ocasiona que se aumenten aún más los riesgos nacionales de seguridad energética y tarifaria asociados a este volátil e incierto mercado internacional.