!Se lo advertí!

Por Pablo Barahona Krüger

Carlos Alvarado

Para muchos empieza a cobrar sentido la renuncia de Alvarado.

Esa que tengo tiempo de estar remachando, duélale a quien le duela, y así se me haya venido al cuerpo ese ejército de focas aplaudidoras que tanto me recuerdan a los «colectivos» en Venezuela, Nicaragua o Cuba, que aplacan la protesta y la emprenden contra la disidencia valiente, que es sólo, la que va de frente.

Pero es que a estas alturas de la crisis política , para todos esta claro que, como mínimo, Carlos debió destituir a su gabinete en pleno y al kinder de asesores que él mismo armo a su imagen y semejanza.

Es más, que entre más los sostenga, más daño se auntoinflige y más próximo al punto de inflexión («point of no return») estará su (des) gobierno.

Que falta de dignidad la de Víctor Morales de renunciar hasta ahora. Y de Marin de sostenerse, al estilo Epsy, escondidita debajo de las piedras pero disfrutando «el viaje» como si la crisis no fuera con ella.

El Presidente está solo. Ya entendió que La Nación y Teletica no le alcanzan como escudo ni altavoz.

Que gobernar, no sólo a espaldas del pueblo, sino contra ese pueblo que alguna vez lo votó, fue su peor error y más cara apuesta.

Se lo dije Carlos, y desde el puro principio de la crisis que supuso la huelga fiscal y se lo repetí a inicios de este año: destituya su gabinete, emulando la responsabilidad propia de quien ve «hacia adelante» -como gusta usted decir-, mariculándose con la modernidad de un régimen semiparlamentario, en vez de anclarse al presidencialismo desteñido que, es más que claro, ya no le alcanza.

«Reflote su gabinete» -le he sugerido- y tal vez, solo tal vez, pueda terminar su mandato sin arrastrarse más al gran capital mediático/financiero.

Deberá estar pensando:en qué momento me metí a jugar de Presidente? En qué momento le creí a Luis G. , Ottón, Alberto y Ana H., qué yo podía? En qué momento dejé de oír a mis críticos honestos y versados, para lanzarme en brazos de quienes hasta aquí me embarcaron, a pura espalda de bizagra y «yes man»?

!Se lo advertí! Y lo repito en voz más alta por si se hizo el maje o siguen sin escuchar a su más férreo critico:!renuncie! Hoy si no tiene el valor para poner al país por encima de sus intereses personales y su ego político, empiece por destituir los;!pero a todos!

No creo que eso supondrá aúna crisis mayor que la que ya se le vino encima.

Es, simplemente, la amputación de la gangrena, antes de que infecte los órganos vitales de nuestra democracia, sino es que ya lo hizo.

Y si no recarga (reload) su gabinete en pleno, así le cueste convocar, en medio de este desastre, a gente de primer nivel que, por cierto, no se sentirá muy convidada a manchar a su lado en medio del barreal de esta crisis autoinfligida -insisto-, entonces espere pronto la mayor protesta social que se haya visto y le obligue, no sólo a renunciar, sino a temer por su futuro tranquilo en el país.

Yo no le deseo eso ni a usted ni a su familia. Pero luego no diga que no se lo dije.

No le haga más daño a Costa Rica Carlos. Reconozca que le quedó grandísimo el encargo, que el espejismo que lo sentó en esa silla, cortesía de sus dos madrinas, Ana H Chacón y Elizabeth Odio, le salió por la culata y que no habrá Coronavirus, «Sele» ni ningún otro espejismo, que los salve esta vez.

Que a este pueblo aprendido, ya no se lo pueden seguir bailando ni sacrificando.

Váyase pacíficamente con todo su combo, abriéndole espacio a la Asamblea y al Tribunal, para convocar a elecciones en un plazo no menor de 3 meses ni mayor a 6 y sálvese de una vida de ostracismo. Y lo realmente importante: ahórrele al país más daños y una profundización de esta crisis de credibilidad, seguridad y economía que, de seguir agudizándose, nos tomará décadas y ya no años, solventar, a las generaciones que usted malbarato.

!Márchese, pero ya! Y eso sí, llévese su kinder de asesores, sus desteñidos vicepresidentes y su gabinete de invisibles.

Demuestren que por delante de su bandera y ustedes mismos, esta el país.

No obligue a la ciudadanía a tener que recordárselo, mediante un cerco de su gobierno, que nadie quiere, pero hoy tantos empiezan a ver casi por instinto de conservación cívica y personal, como la única salida que usted nos deja, ante esta crisis de hiperinflación de la improvisación, hipocresía, traición, corrupción e impunidad, que usted y los suyos han alimentado.

!Se lo dije y se lo repito ahora!

Luego no diga que se lo (re)dije.

Su renuncia, además, servirá de acicate para los diputados (presentes y futuros), la cúpula judicial, la defensora de Piza y ese monto de pizarrínes que hoy se creen presidenciales y sabrán, ahora sí en serio, que «CON COSTA RICA NO SE JUEGA!

Abogado litigante y analista político

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