¿Qué evidencia arqueológica existe del éxodo de los Judíos?

Éxodo
El éxodo en el óleo de David Roberts, 1828. Museo de Arte, Birmingham. WikiCommons

El Éxodo, tal como se lo relata en la Biblia, nunca tuvo lugar. No hay evidencia de milones de personas escapando de Egipto, ni de su paso por el Sinaí, ni de la entrada a Canaán y posterior conquista.

Hubo pobladores de origen semita en Egipto desde los comienzos de la historia. También se registran prisioneros de ese origen; los Apiru en los tiempos del Imperio Nuevo (siglos XV a XII antes de Cristo) y varias tribus nómades en la región por la misma época.

En el siglo XIV a. C. aparecen los Habiru, grupos de fugitivos, que amenazan a las ciudades estado cananeas en los cuales se ha visto las gentes que dieron origen a las primeras leyendas, o historias, sobre los hebreos.

La arqueología muestra que los primeros israelitas (el nombre Israel aparece en 1209 a. C. en la estela de Merneptah) surgieron en el centro de Palestina a partir de la población local entre el siglo XII y el IX a. C. y constituyeron un estado con capital en Samaria conocido como Israel o Bet Omri (Casa de Omri, por el nombre de uno de sus reyes). Al sur, un pueblo relacionado, Judá se constituye en jefatura, el paso previo a ser un reino, en torno al año 1000 y adquiere estatus de estado dos siglos después. Ambos pueblos veneran al mismo dios, Yahvé.

Los documentos más antiguos contenidos en la Biblia, sin embargo, se refieren a un episodio fundacional; la liberación de la esclavitud en Egipto por obra de un dios llamado Yahvé, la investigación más reciente considera que hay un recuerdo genuino en estos documentos, los autores de los mismos y los compiladores no inventaron el pasado pero sí lo reinterpretaron y modificaron de acuerdo a un modo de escribir historia que es diferente del actual. Según Friedman en su libro The Exodus (2017) la tribu de Leví, que luego pasaría a ser parte de Israel y de Judá, fue la protagonista de ese suceso.

Un grupo de unos pocos miles, tal vez menos, de semitas procedentes del Sinaí llegaron a Canaán huyendo de los egipcios en algún momento entre el siglo XIII y XII a. C. Estos semitas eran dirigidos por un egipcio de nombre Moisés, el cual es un nombre egipcio y significa hijo, y estaban convencidos de que el dios Yahvé, un dios de los quenitas, una tribu de herreros del desierto, era el autor de su liberación. Entre los objetos sagrados que portaban estaba un arca de madera dorada de clara influencia egipcia. De algún modo, el dios de esta tribu fue adoptado por los israelitas y judaitas, quienes lo identificaron con El, la divinidad suprema de su panteón. Atribuyeron a Yahvé las victorias de los aldeanos contra las ciudades estado de Canaán, que habían perdido la protección de Egipto y se convirtió no en el único dios pero sí en el dios nacional.

No hay evidencia arqueológica clara e indiscutible que respalde directamente el relato bíblico del éxodo, como la apertura del Mar Rojo o la presencia de miles de israelitas vagando por el desierto.

Los registros egipcios de la época no mencionan un éxodo masivo de israelitas, lo que resulta extraño si tal evento hubiera ocurrido. Además la cronología del éxodo según la Biblia presenta algunas dificultades para alinearla con la cronología egipcia establecida.

A continuación, un resumen de la situación actual respecto a la evidencia arqueológica relacionada con este evento:

Falta de evidencia directa: No se ha encontrado evidencia arqueológica directa que confirme el éxodo masivo de los israelitas de Egipto. No hay inscripciones egipcias contemporáneas que mencionen un éxodo de esclavos hebreos, ni restos materiales en el desierto del Sinaí que correspondan a un grupo tan grande como el descrito en la Biblia.

Inscripciones y documentos egipcios: Algunas inscripciones egipcias mencionan grupos de semitas en Egipto y referencias a «Habiru» o «Apiru», que algunos estudiosos han interpretado como posibles ancestros de los israelitas. Sin embargo, estas referencias son ambiguas y no proporcionan evidencia concluyente del éxodo bíblico.

Tell el-Dab’a (Avaris): Excavaciones en Tell el-Dab’a, identificada como la antigua ciudad de Avaris en el delta del Nilo, han revelado la presencia de una población semita significativa durante el período en que los israelitas supuestamente vivieron en Egipto. Sin embargo, estas pruebas no confirman un éxodo, sino solo la existencia de comunidades semitas en Egipto.

Arqueología en el Sinaí: Investigaciones arqueológicas en la península del Sinaí no han encontrado evidencia de asentamientos a gran escala durante el período en que se supone que ocurrió el éxodo. Las condiciones climáticas y el tiempo transcurrido pueden haber contribuido a la falta de evidencia.

Jericó y otras ciudades cananeas: La destrucción de Jericó y otras ciudades cananeas, como se describe en la conquista de Canaán posterior al éxodo, no coincide cronológicamente con la evidencia arqueológica. Las excavaciones han mostrado que Jericó fue destruida y abandonada antes del tiempo tradicionalmente asociado con el éxodo.

Si bien algunos hallazgos pueden ser consistentes con la narrativa bíblica, no hay una evidencia definitiva que confirme o refute el relato del éxodo en su totalidad. Es importante destacar que la investigación arqueológica continúa y nuevos descubrimientos podrían arrojar luz sobre este tema en el futuro.

Basado en una respuesta del historiador Gustavo Bessolo en Quora y algunos datos proporcionados por la IA

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