Desde La Mina 2.0
Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro@costarricense.cr
Desde hace días quiero escribir lo que siento, pero cada vez que lo hago mis dedos se llenan de lágrimas y se atragantan y no pueden escribir…, y cuando lo trato de decir, mi garganta se traba; así es de dura la ofensa, así es el dolor que siento cuando nos llaman corruptos. Esta no es la excepción (lloré), lo hago por catarsis.
“Fui al cine a la última tanda de la noche, ni siquiera a los amigos que me acompañaron les dije que me iría…” Así se unió al Ejército de Liberación Nacional mi papá, con escasos 18 años y 3 meses.
Mi papá era cortesista y miembro de la juventud estudiantil católica; no podía aceptar la forma en que el Gobierno manejaba los fondos públicos (lo que ahora llamamos corrupción) y por supuesto, tampoco la manipulación que hacían de la elecciones (lo que ahora llamamos fraude). ¡Fue para luchar contra la corrupción y el fraude!
Terminó la revolución (y sí, un levantamiento del pueblo en forma mayoritaria contra el Gobierno es una revolución) y siguió estudiando, se hizo ingeniero, luego fue subdirector, director, viceministro, ministro sin cartera y embajador. Se pensionó por la Caja, aunque podía pensionarse por el régimen del Ministerio de Fomento (hoy de Hacienda), dijo que él se pensionaba con el régimen que hacía justicia a lo que había cotizado. Personas que se pensionaron a su misma vez —con menos requisitos— gozaron pensiones de millones, mi papá se pensionó con un equivalente a hoy de 700 mil colones.
“…o se vive como se piensa o se acaba pensado como se vive…” —nos repetía la frase de don Pepe una y otra vez.
Estudió todos los días de su vida. Para discutir de gramática con mi papá había que saber bastante latín y griego, para discutir de religión tenía que saber uno bastante de teología, para discutir de ingeniería había que estudiar y si él no sabía algo, lo estudiaba. Lector incansable. Trabajador incansable.
Consideraba que ser funcionario público era un honor y que era para servir. Y que uno en la vida tenía que escoger: trabajar para lo privado o ser funcionario público, y si escogía lo público tenía que vivir con las limitaciones que un funcionario público tiene que tener: ni BMW, ni clubes privados, ni vivir en residenciales de lujo…Uno había decidido ser clase media.
En la función pública todo está claro, el que tiene que justificar mucho el gasto es porque no hace las cosas bien. Si usted sale del país y le dan 100 dólares al día y no los gasta, tiene que devolver lo que le sobró, la plata no es suya. Si usted escogió vida pública no tiene vida privada. No tiene horario: está al servicio del país. Esas eran las reglas que mi papá seguía.
Al igual que él, muchos otros y muchas otras escogieron esa vida. Eran la mayoría. Son la mayoría. ¿Corrupción? Sí, la hubo, la hay y la habrá. Los partidos políticos no reclutan la gente en el cielo. Mi papá era implacable contra la corrupción. Decía: si un funcionario público tiene un BMW del último año, se mete preso, y que explique desde la cárcel.
Por eso cuando oí a Carlos Alvarado decir: “La peor estafa de la historia es el saqueo que Liberación Nacional ha hecho al Estado Costarricense” y oír los coros que gritaban no más corruptos… Me recordé de mi papá, de su honradez, de su honorabilidad, de su hombría de bien. Por eso me ofende. Y me ofende que gente que sigue el PAC aplaudan cuando sus dirigentes califican de corruptos a todos los liberacionistas. Sin tener la valentía de decir nombres y manchando así a todo el mundo.
No puedo entender como hoy que requieren de votos los vienen a pedir. Yo por mi parte digo: “No, yo ya voté. Por los ‘corruptos’que han hecho grande este país. Convenza a los otros de lo grande que han hecho ustedes.”
Tampoco votaré por Fabricio.
Me duele y me ofende cuando nos han llamado corruptos. Porque me acuerdo de aquel hombre que dejó la comodidad de su casa a los 18 años para pelear contra la corrupción y el fraude electoral, que vivió y murió como pensó.
Salud Mauricio.
Conocí y trabajé con René en los años 70, en especial en el gobierno de Daniel.
Lo admiré y lo quise, tal vez porque somos igual de cabreados, antes que a sus hijos a los que respeto y aprecio igual.
Sin embargo, aunque yo ya voté, igual que Mauricio, por el PLN y sus candidatos; a sabiendas, no solo de lo grosero de las acusaciones de Carlos Alvarado y de la complacencia del gobierno de Luis Guillermo, sino de lo inmoral y deshonesto que ha demostrado ser este y su Partido, iré a votar de nuevo, ahora, como dice Leo, contra el mayor peligro que haya amenazado antes a nuestro país: «Un proyecto en el que la mezcla del poder religioso, el poder económico y el poder político constituye un peligroso coctel de intolerancia que socava las bases mismas de la democracia, del estado de derecho y del respeto a los derechos humanos.”
Seguro que René votaría también.
Luis Fernando Diaz
Querido Luis Fernando, primero que todo gracias. Me pregunto muchas veces por quien votaría mi padre, no por el PAC y de seguro no por Fabricio, le hubiera pesado mucho sus manifestaciones pasadas sobre Papa, Virgen y más. ¿Nulo o blanco quizás?
Una cosa es la tristeza porque en los insultos del PAC al PLN usted ha sentido un desprecio injusto hacia la noble labor de su padre, don Mauricio, otra muy distinta es reconocer una coyuntura política e histórica en el país y actuar de acuerdo a lo que ésta demanda con miras a un mejor futuro, no a un pasado que a usted le provoca nostalgia y tristeza.
Varios liberacionistas, aún con ese resentimiento muy vivo, han logrado, incluso a regañadientes, hacerlo de lado, sobre la base de comprender que el momento no está para reclamos (por más justos y fundados que estos sean).
Precisamente de parte de personas que al igual que usted cuentan con bagaje educativo, cultural y político es que es más exigible, por razones de ética, el poner la democracia por encima de los sentimientos personales, no porque yo me sienta quién para invalidarlos, sino porque no es este el momento para saldar cuentas pasadas.
Al decir usted “Yo ya voté, convenza a otros de lo grande que han hecho ustedes”, está apostando por el pasado, cuando lo que está en juego aquí es nuestro futuro.
Usted sabe perfectamente que estas no son unas elecciones más en Costa Rica. Por la formación democrática heredada de su padre, cometo el atrevimiento de sugerirle que reflexione en su posición y en la difusión que hace de tan dañino mensaje.
Aquí no hay que convencer de lo que se ha hecho, hay que comprender que están en juego la esencia misma de nuestra democracia, esa que tanto defendió su padre.
Muchas gracias Daniela por sus comentarios. Todas las elecciones son especiales, siempre se define el futuro de la patria. En esta caso se enfrentan dos sectores de la sociedad costarricense, tan costarricenses los unos como los otros. La mayoría de la sociedad costarricense fue clara en decirme que lo que yo pensaba era incorrecto.
Por más que leo y veo a los dos candidatos me convenzo más que no puedo votar por ninguno de los dos, eses es parte del derecho en las democracias: votar en blanco o nulo. Yo votaré nulo: no creo en ninguna de las dos propuestas, si votara blanco es que me dan igual y no me dan igual.
Mauricio soy seguidor habitual de tus siempre excelentes comentarios sobre la realidad del país. Pero suscribo el comentario de Daniela Alvarez, ha atinado en el enfoque correcto. Espero que lo medites. Sos una persona de mucha madurez. Un abrazo,
Querido Wilson, ni uno espanta ni el otro encanta, uno me insulta la inteligencia y el corazón y el otro me insulta mi formación. Ni por el uno ni por el otro. Un abrazo. MCS
Tenés toda la razón y entiendo tu dolor, rabia y frustración. Más fundamentado en los valores, vivencias, experiencia y estilo de vida de Don René, de lo cual podré servir de testigo.
Eso de descalificar a los sacerdotes, maestros, abuelos, padres por tratar de que todo sea integral, que lo que se dice se cumple, que obras, palabra y estilo de vida sean uno, fue un acto criminal, de terrorismo, pues ha destruido los cimientos de nuestra sociedad.Creo que gran parte de todo este huracán que arranca lo bueno, lo digno, se produjo al romper ese muro protector del ser congruente. Otro ahora es el afán de hacer dinero, sin importar como.
Al igual ha sido con el PLN, han usado el “miente, miente, que algo queda” y la semilla del odio creció hasta que PLN y todos seamos corruptos. Y aún lo que pasó con el Cementazo, con los problemas del gobierno, con los pagos de los viceministros, es PLN corrupto, y no debe volver. Y muchos jóvenes lo creen y afirman.
Un abrazo.
Así es Héctor: no hicieron distinción de nada ni de nadie.