Plaza Garibaldi, Ciudad de México

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Carlos Revilla Maroto

Carlos Revilla

La Plaza Garibaldi, situada en el corazón del centro histórico de la Ciudad de México, es un símbolo de la cultura popular mexicana. Conocida por ser el hogar de los mariachis, esta plaza ofrece una experiencia única donde la música, la historia y la tradición se entrelazan. La visitamos en nuestro viaje a Ciudad de México y la verdad conocerla fue muy interesante. De más está decir que era uno de los lugares que tenía en mi libreta de apuntes para visitar.

Da la casualidad que estábamos hospedados relativamente cerca, así que nos desplazamos a pie, que fue todavía mejor, porque así conocimos otros lugares del centro histórico, como la alameda central y el Palacio de Bellas Artes, que nos quedaban de camino. Teníamos cierto temor de ir, dado que habíamos leído que la zona de Garibaldi y sus alrededores era muy peligrosa por la delincuencia, sin embargo preguntamos un poco y nos aseguraron que ya era un lugar seguro para visitar.

Primero un poco de historia y sus orígenes. Antes de la conquista española, el área que ocupa la actual Plaza Garibaldi era conocida como Cuepopan, un barrio de alfareros prehispánicos. Durante la época colonial, el lugar fue denominado Plazuela del Jardín y posteriormente Plaza del Baratillo, debido a un mercado de objetos usados que se estableció allí. En 1921, en conmemoración del centenario de la consumación de la Independencia de México, la plaza fue rebautizada como Plaza Garibaldi, en honor a José «Peppino» Garibaldi, nieto del unificador italiano Giuseppe Garibaldi, quien luchó en la Revolución Mexicana junto a Francisco I. Madero.

Bueno, y ¿Por qué el lugar es tan famoso en el propio México y allende fronteras? Muy sencillo, porque es el corazón del mariachi y la música ranchera. Si, ese género musical tan particular y propio de México, que a todos nos gusta. Desde la década de 1920, grupos de mariachis se congregan en la plaza, ofreciendo serenatas y actuaciones en vivo a locales y turistas. Cantinas emblemáticas como el “Tenampa” han sido testigos de innumerables noches de música y celebración, consolidando a Garibaldi como un lugar de encuentro para los amantes de la música ranchera.

Nosotros fuimos de día -y entre semana, así que la plaza estaba casi vacía, algo que al final de cuentas más bien fue a nuestro favor, pues casi la tuvimos solo para nosotros, y pudimos recorrerla sin ningún problema. Claro, no es lo mismo que visitarla de noche, pero bueno, de día también hay muchas cosas que hacer y ver.

Además de la música, la plaza alberga diversos espacios culturales. El Museo del Tequila y el Mezcal ofrece una visión profunda sobre estas bebidas tradicionales mexicanas. El Paseo de las Luminarias rinde homenaje a figuras icónicas de la música mexicana. Del museo y el paseo voy a escribir más adelante. Otro lugar es el Centro Artesanal Garibaldi, que presenta una variedad de artesanías y productos típicos, reflejando la riqueza cultural de México.

La plaza se encuentra en la Colonia Guerrero, delimitada por las calles Eje Central Lázaro Cárdenas, Allende, República de Perú y República de Ecuador. Es fácilmente accesible mediante transporte público, incluyendo la estación Garibaldi-Lagunilla del metro de la Ciudad de México.

El Museo del Tequila y el Mezcal (MUTEM). Es un espacio cultural dedicado a celebrar y difundir la riqueza de dos de las bebidas más representativas de México: el tequila y el mezcal. Inaugurado en diciembre de 2010 como parte de un proyecto de revitalización urbana, el MUTEM también rinde homenaje a la música de mariachi y a la historia de la plaza que lo alberga.

El MUTEM ofrece una experiencia inmersiva que permite a los visitantes conocer el proceso de elaboración del tequila y el mezcal, desde la jima del agave hasta la destilación y el envasado.

La exposición permanente incluye una colección de más de 300 botellas de estas bebidas, así como herramientas tradicionales utilizadas en su producción. Tomé un vídeo de la colección que pueden ver a continuación:

Además, el museo cuenta con una sala dedicada a la historia del mariachi y de la propia Plaza Garibaldi, destacando la importancia cultural y musical del lugar. Son dos pisos llenos de afiches, fotografías, infografías y objetos de colección relacionada con el tema (ver la galería).

El MUTEM no solo es un espacio de exhibición, sino también un lugar de encuentro y celebración. Ofrece actividades como catas guiadas, conciertos, presentaciones de libros y tertulias culturales. En su terraza, los visitantes pueden disfrutar de una vista panorámica de la plaza mientras degustan tequila, mezcal o miel de agave.

El museo también alberga un restaurante-bar y una tienda de souvenirs, donde se pueden adquirir productos relacionados con la cultura del agave y la música tradicional mexicana.

El tercer piso es una terraza llamada “La Mutemrraza” (la terraza del museo), donde se pueden observar vistas muy bonitas del centro histórico de la ciudad.

Como son muchas las imágenes del museo, preferí hacer una galería de alta resolución en Facebook, donde encontrarán fotos de todo lo que tiene el museo en exhibición y de la tienda de souvenirs. Si pongo unas pocas aqui, más que todo de la fachada. También les comparto una que me tomé en la tienda de souvenirs, en un lugar espcial para eso.

Paseo de las Luminarias. En Garibaldi también se encuentra uno de los espacios más emblemáticos de la Ciudad de México, llamado el Paseo de las Luminarias.

A diferencia de otros paseos conmemorativos inspirados en el modelo hollywoodense, aquí no hay estrellas ni placas en el suelo. El reconocimiento se da a través de esculturas y bustos en bronce que honran a las figuras más representativas de la canción, especialmente en géneros como el mariachi, la ranchera, el bolero y la música norteña; que han moldeado la identidad sonora de México. Este corredor cultural se extiende a lo largo de la calle República de Honduras, flanqueado por palmeras y el murmullo constante de la música que define a Garibaldi. Hicimos un recorrido de todo el paseo tonado fotos de todas las esculturas.

Entre los artistas inmortalizados por medio de esculturas y bustos, hay íconos como José Alfredo Jiménez, Lola Beltrán, Pedro Infante, Juan Gabriel, y desde setiembre del 2024, también la inolvidable Chavela Vargas cuenta con una escultura, obra del artista Alfredo López Casanova, mide 2,10 metros y fue modelada en bronce. La figura incluye elementos simbólicos como su icónico jorongo rojo, unos botines y un medallón que la acompañó hasta el día de su muerte. Representa a Chavela en pleno fulgor, envuelta en su tradicional jorongo rojo, calzando botines, con un medallón al pecho y la mirada firme. A sus pies, una frase que resume su legado: “Les dejo de herencia, mi libertad”, pronunciada por ella misma en un multitudinario concierto en el Zócalo en el año 2000. Recordemos que ella fue una famosa cantante de origen costarricense. Si quieren leer una biografía muy completa de ella, pueden leerla aquí, que publicamos en nuestro sitio especializado Guías de Costa Rica.

Estas esculturas no solo embellecen el espacio urbano; también funcionan como anclas de la memoria colectiva. Son recordatorios físicos de voces que aún resuenan en las cantinas, en los mercados, en los corazones. El Paseo de las Luminarias es un museo al aire libre, donde el arte y la devoción popular se entrelazan para mantener viva la llama de la cultura mexicana.

Recorrer este paseo es una experiencia emotiva, una oportunidad para rendir tributo a quienes convirtieron el dolor, el amor y la esperanza en canción. Garibaldi no sería lo mismo sin estas presencias esculpidas que vigilan, eternas, la plaza donde la música nunca calla.

Tomé fotos de todas la estatuas en el paseo, doce en total; pero de un par no pude saber de quien se trataba, pues no tenían placa con el nombre. Eran más sin placa, pero me las ingenie para averiguar el nombre. Diez de doce no está mal.

Hay otras muchas cosas que ver. Están los bares y restaurantes, nosotros fuimos a una cantina uno cercana en el mercado san Camilito, que está adyacente a la plaza, y del que tendremos una crónica para La Patrulla Internacional de Bares. Por supuesto loas mariachis no faltan, que se ofrecen -por una “módica” suma- a deleitarnos con su música, que seguramente vienen de la “Escuela de Mariachi”, que está en las cercanía de la propia plaza.

En suma, la Plaza Garibaldi no es solo un rincón pintoresco, es un símbolo de la identidad popular, un espacio donde el alma del mariachi resuena con fuerza cada noche. Entre guitarras, trompetas y voces que narran amores y desengaños, Garibaldi sigue siendo un punto de encuentro entre tradición y presente. Es un imperdible cuando se visita el centro histórico de la Ciudad de México.

 
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