Ocean Castillo Loría
El pasado 12 de octubre, el Partido Liberación Nacional (PLN) cumplió 61 años. Esta agrupación ha sido de gran peso dentro del sistema de partidos políticos, desde la participación en su primera elección presidencial en 1953. Desde esas justas hasta las del 2010, ha ganado nueve de quince procesos.
Desde los gobiernos de José Figueres Ferrer (1953 – 1958, 1970 – 1974), Francisco Orlich (1962 – 1966) y Daniel Oduber (1974 – 1978), Liberación Nacional se caracterizó por dar un gran impulso al aparato institucional del Estado.
La presencia de la acción del partido se refleja en las instituciones que crea para atender áreas claves como: la electricidad, la vivienda, la cultura, la juventud, el deporte, la enseñanza técnica, las obras públicas, la protección de los recursos naturales etc.
Pero además, será un partido que siempre procurará que el país tenga un peso en el ámbito internacional, tanto de la región centroamericana, como más allá: tales fueron los casos de Orlich, con el ingreso del país al Mercado Común Centroamericano; y ya en la década de los ochentas, con la Proclama de Neutralidad de Luis Alberto Monge y la pacificación de Centroamérica, en el primer gobierno de Oscar Arias.
Sin embargo, desde poco antes de mediados de los ochentas se ve un giro en la posición del partido de la búsqueda de la intervención del Estado en la economía. Es el PLN que se matricula en la lógica de los Programas de Ajuste Estructural (PAES)
Es el Liberación que llega al poder en 1994, basando su campaña en una fuerte crítica a dicho ajuste, comprometiéndose a llevar adelante las reformas a “la tica” y que, ve surgir en1995 el “pacto de los hijos de los caudillos” con el cual, se aumenta el desencanto del electorado por el incumplimiento de sus promesas políticas.
Se inicia así un periodo de ocho años en que el PLN no gana las elecciones presidenciales. En 1998 obtiene menos votos que los que le dieron el triunfo a Arias en 1986. Es el Liberación que a finales de 1999, desde la Asamblea Legislativa, ayuda a aprobar el “combo del ICE” en primer debate.
Para el 2002, a pesar de proponer una plataforma programática muy apegada a la realidad contemporánea, la aparición del Partido Acción Ciudadana (PAC) y el populismo del candidato del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), hacen que el PLN pierda por primera vez en su historia, dos elecciones presidenciales de manera consecutiva.
En ese momento la agrupación, se desubica, cae en el derrotismo, cae en el desánimo.
Es indudable que durante ese periodo, el partido se había debatido entre las fracturas, el interés particular de los diversos grupos que le componen y el intento de los débiles órganos internos por llevar a cabo una profunda reforma, tanto estructural como ideológica y programática.
A partir de la sentencia de la sala constitucional que permite la reelección presidencial, parecía que el PLN tomaba un nuevo aire con la candidatura de Oscar Arias, quien manifestó su interés por dar impulso a la educación así como su anuencia a la apertura de monopolios públicos.
Para las elecciones del 2006, el candidato verdiblanco postula una “socialdemocracia flexible” que permite una mayor liberalización económica. El triunfalismo invadió a las estructuras partidarias, y subrayó la polarización en el país al apoyar el TLC con los Estados Unidos, lo que casi le cuesta el triunfo en las urnas.
Pese a ello, Arias logra concretar los principales pilares de su proyecto político y permite que el PLN pueda seguir en el poder por 4 años más, al ser elegida por primera vez una mujer como presidenta: Laura Chinchilla Miranda.
Este periodo ha sido dificultoso, lo cierto es que este 61 aniversario, encuentra al partido en plena campaña electoral, campaña que ha iniciado desde los comienzos de este gobierno.
En este momento, la principal fuerza política del país es la de los indecisos, seguida del PLN. De un PLN que cada vez mira más profunda la lucha de diversas tendencias de cara a la campaña del 2014.
Hoy, ya se han dado alianzas bajo la presunta idea del rescate del Liberación histórico, pero también hasta hoy, quienes han participado en esas alianzas, no dan muestras claras de convencimiento por esa socialdemocracia, como conjunto de ideas que miraron el nacimiento de este partido hace ya 61 años.
Por otro lado, también hay corrientes comprometidas con eso que se ha dado en llamar: “socialdemocracia flexible”, allí sí, se mira un claro compromiso, un firme convencimiento, pero tal y como lo reflejan las encuestas, la gran duda es si el potencial crecimiento de estas corrientes, les será suficiente, para ganar la representación partidaria para el 2014.
Las tendencias ligadas a ex presidentes vuelven a ser claras como lo fueron en el partido hasta mediados de la década de los noventas, hoy: Monge, Arias y Figueres Olsen, de un modo u otro, muestran sus figuras en la pugna partidaria.
De hecho, muchos sectores ansían la definición de este último para una nueva precandidatura presidencial. De concretarse, está por verse si se alineará por “el rescate del Liberación histórico” o en su defecto, se acercará a la “socialdemocracia flexible”, aunque un somero análisis de su gobierno anterior, podría darnos una respuesta de posible alineamiento hacia la segunda corriente.
Finalmente, en el último lugar según las encuestas, don Fernando Berrocal, quien ha planteado con gran fuerza el tema del rescate de la socialdemocracia, la propia del “Liberación histórico”.
61 años de Liberación Nacional…
Un aniversario que se celebra en medio de un gobierno que a la luz de las encuestas es claramente impopular, pero que a su vez, frente a la incompetencia de la oposición, se muestra como la única opción seria para seguir ejerciendo el poder.
Un aniversario en el que el PLN se debate entre retomar las raíces de su historia o continuar por la senda de la flexibilidad.