Parque Francia, en Barrio Escalante

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Carlos Revilla Maroto

Carlos Revilla

Celebrando la fiesta nacional francesa del 14 de julio, día en que se tomó la Bastilla durante la Revolución Francesa, me pareció una bonita idea escribirles sobre uno de los parques icónicos de San José: el Parque Francia, en Barrio Escalante.

Para hablar del parque, necesariamente hay que hacerlo también de Barrio Escalante, que siempre ha sido un barrio cercano y que conozco muy bien. Mi iglesia de joven por mucho tiempo fue Santa Teresita; ahí hice mi primera comunión, y tenía muchos amigos que vivían en la vecindad.

Para conocer un poco la historia de Escalante, les transcribo unos párrafos del artículo “Barrio Escalante: memorias de una finca aislada” de Alessandro Solís Lerici.

La primera delineación de las calles de barrio Escalante data de 1929. Una década después se crea la calle 33, hoy conocida como La Luz, nombre de una famosa pulpería ubicada en el límite sur del barrio, denominada así por tener el último poste de luz de la comunidad. Al frente, donde hoy se ubica Los Yoses, solo había vegetación.

La iniciativa oficial de urbanización nace a finales de la década de 1930 y demora al menos otros 10 años. La idea era bautizar al barrio como Santa Teresita, en honor a la imponente iglesia, pero los pobladores sugirieron el nombre Escalante para honrar a la reconocida familia de ese apellido que fue dueña de una importante parte del terreno durante muchos años.

Una seguidilla de casas para familias adineradas se construyeron en los años 40, diseñadas por arquitectos como Teodorico Quirós y Francisco Salazar. Esto se sumó a la edificación un poco más temprana de residencias en el sector oeste del barrio, donde estaba la finca de la familia Trejos Donaldson y donde hoy se encuentran el Museo Calderón Guardia y los Talleres Nacional de Danza y de Teatro.

Las casas de ambas fincas terminarían conjugándose en un mismo barrio, en un proceso inspirado por la urbanización de la familia Dent, cuyas propiedades se ubicaban al este de Escalante y se empezaron a urbanizar desde la calle Los Negritos (donde hoy está el Centro Cultural Costarricense-Norteamericano) hasta la Universidad de Costa Rica.

De vuelta a barrio Escalante, a mediados de siglo, y en gran parte inspirados e impulsados por lo que sucedía en Dent, la densidad habitacional se alimentó de “casas americanas” desarrolladas por la empresa Ehrenberg & Maroto, muchas de las cuales todavía existen.

Eran familias oligarcas, gracias al auge del café, las que ocupaban la mayoría de las residencias, y rápidamente barrio Escalante se perfiló como una zona de la clase alta en el este de la capital, ya ocupada por otras clases sociales, un creciente comercio y numerosas oficinas gubernamentales en sus demás coordenadas.

El 14 de julio de 1964 se inaugura el parque, cuyo terreno fue donado por el señor Louis Robert Brouca un gran benefactor de la comunidad, que también ayudó a la construcción de la Iglesia de Santa Teresita. El 5 de enero de 1975, la municipalidad de San José colocó una placa en el parque para recordar a este ilustre ciudadano. En su honor la avenida 5ta de Barrio Escalante lleva su nombre. El parque o jardín de Francia, está dedicado al pueblo de ese país.

En el año 2006 se remodeló con el aporte del Gobierno de Francia, la municipalidad de San José, la cámara franco-costarricense de comercio e industria y la empresa privada. Para esa ocasión fue inaugurado por su excelencia Jean Paul Monchau, Embajador de Francia en Costa Rica y Pierre Cathala, Director del Centro Cultural de Cooperación para América Central de Francia.

Tiene una fuente central, que se incluyó en la última remodelación, y que a pesar de haber visitado el parque en varias ocasiones, nunca la he visto con agua. También hay una escultura (busto), muy interesante que representa a la República, hija de la Revolución Francesa, conocida como la Marianne, de la que es interesante conocer algo de su historia.

Marianne es la imagen oficial de la Administración de la República francesa. Bajo la apariencia de una mujer tocada con un gorro frigio, encarna la República Francesa y representa la permanencia de los valores de la república y de los ciudadanos franceses: «Libertad, igualdad, fraternidad» (Liberté, egalité, fraternité). Marianne es la representación simbólica de la madre patria fogosa, guerrera, pacífica, alimentadora y protectora.

Los orígenes de Marianne, aunque son inciertos, parecen estar en las representaciones del artista Honoré Daumier, en 1848, como una madre que cuida a dos niños, Rómulo y Remo, o por el escultor François Rude, durante la Monarquía de Julio, como un guerrero enfadado que expresa la «Marsellesa» sobre el Arco del Triunfo. La efigie de Marianne es representativa también de la corriente de Masonería liberal conocida como Gran Oriente de Francia.

Sobre el origen del nombre de Marianne no hay concenso; lo cierto es que los revolucionarios lo adoptaron para simbolizar el cambio de régimen, pero sobre todo porque subrayaba el simbolismo de la “madre patria”, de la madre alimentadora que protege a los hijos de la república. En todo caso el nombre, dado el beneplácito entre partidarios y adversarios de la república, fue rápidamente aceptado por todo el pueblo francés.

El otro punto interesante son las modelos para la Marianne que a través del tiempo han utilizado los artistas que realizaron los bustos, que han sido desde bellas desconocidas, a modelos locales e incluso sus propias compañeras, y en algunas ocasiones a personalidades. Las celebridades que han prestado sus rasgos a Marianne en la época contemporánea son: En 1970 Brigitte Bardot (actriz), 1978 Mireille Mathieu (actriz), 1985 Catherine Deneuve (actriz), 1989 (modelo), 2000 Laetitia Casta (modelo), 2003 Évelyne Thomas (presentadora) y 2012 Sophie Marceau (actriz). Un amigo, vecino de Escalante, me comentó que la Marianne del parque es Brigitte Bardot, pero no se me parece. A continuación preparé una pequeña galería, donde incluyo el busto de todas estas Mariannes con su contraparte de “carne y hueso”, para que las puedan comparar.

El parque es como un diamante (rombo), con sus lados un poco curvos, y no es tan grande. La fuente y el busto están en la parte central. Tiene algunas bancas y un par de mesas de cemento. En cuanto a la vegetación, es tipo jardín con algunos árboles. Se ve que últimamente lo tienen muy bien cuidado, y en la actualidad luce un verdor muy bonito con flores multicolores.

Dado el giro que ha tomado el barrio, los fines de semana se desarrolla mucha actividad en el parque, especialmente clases de aeróbicos y yoga, que son muy populares; además de exposiciones al aire libre, y actividades nocturnas, ya que cuenta con excelente iluminación. Esto a pesar que Escalante en buena parte, ha dejado de ser un barrio, y ahora es netamente comercial (principalmente oficinas y restaurantes). Entonces, si van a de visita, pueden darse una vuelta para conocer su parque, es un lugar para sentarse y disfrutar de un helado o esperar a que llegue el tiempo de ir a cenar, en fin un espacio público para disfrutar. Es uno de los primeros parques en San José en contar con Internet gratuito.

Como de costumbre, hice una bonita galería de imágenes, con unas pocas antiguas, especialmente vistas aéreas del sector, donde podrán apreciar que casi no había nada, incluido el terreno de lo que llegó a ser el parque.

 
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