Palestina-Israel: Ben & Jerry´s abandona los Territorios Ocupados. Dossier

Mark Hage Bennett Cohen Jerry Greenfield Santiago González Vallejo

Ben & Jerry´s

Cómo conseguimos que Ben & Jerry´s dejase de vender helados en los Territorios Ocupados

Mark Hage

El pasado 19 de julio, la empresa de helados Ben & Jerry´s, con sede en [el estadio norteamericano de] Vermont, en el que resido, desató una tormenta al anunciar que ya no permitiría vender sus helados en los asentamienros ilegales de Israel en la Cisjordania ocupada, incluido Jerusalén Oriental, y que no renovaría su acuerdo de licencias con su franquicia de Israel más allá del próximo año. La empresa declaró que seguir vendiendo helados en territorio palestino ocupado resultaría “incoherente” con sus valores.

He pasado la última década haciendo campaña con compañeros activistas de Vermont para convencer a Ben & Jerry´s de cerrar su actividad de negocio en los asentamientos israelíes. El comunicado de la empresa ha sido, por lo tanto, un paso bien recibido en el camino hacia un mundo más justo. Pero esta decisión de principio se encontró con una tormenta de acusaciones de antisemitismo sin fundamento provenientes de líderes israelíes, además de amenazas de castigar a la empresa recurriendo a leyes contra el BDS [Boicot, desinversión y sanciones], que aplican mano dura contra el derecho, constitucionalmente protegido, de los norteamericanos al boicot.

Israel está exigiendo que nuestros cargos electos pisoteen los derechos de nuestra primera enmienda y coaccionen a una empresa privada norteamericana para que lleve su actividad de negocio de forma exclusiva en términos que plazcan al gobierno y a los colonos de Israel, sin que importe lo que ese gobierno o sus colonos les hagan a los palestinos. Esto es tan indignante como suena.

¿Qué es lo que instiga esta reacción de los funcionarios israelíes? Básicamente, no es la decisión de Ben & Jerry´s de cerrar un grifo pequeño de su comercio. En comunicación con nuestro grupo, Vermonters for Justice in Palestine (VTJP), el expresidente de la junta directiva independiente de la empresa declaró que las ventas en los asentamientos equivalían a un porcentaje muy pequeño de los ingresos totales del titular de su licencia.

Este es el meollo: una destacada y respetada empresa norteamericana que contribuyó a definir el movimiento de responsabilidad social corporativa ha dicho alto y claro que los valores de justicia social no se pueden conciliar con el comercio en asentamientos segregados que son producto del robo de tierras, de la violencia del Estado y la negación de derechos civiles y humanos de millones de personas. Los asentamientos de Israel se citan por extenso en un informe de Human Rights Watch, publicado en mayo, que consideraba a Israel culpable de apartheid.

Israel lleva oprimiendo a los palestinos desde hace decenios, pero la oleada de apoyos a la libertad palestina ha alcanzado nuevos niveles. Es sólo cuestión de tiempo que otras empresas sigan el ejemplo de Ben & Jerry. Puede que sorprenda que una empresa de helados llegue a dejarte fundido, pero Ben & Jerry’s ha sentado un notable precedente, del que vale la pena sacar lecciones. Veamos cómo se desarrolló la campaña sobre Ben & Jerry’s.

En 2011, VTJP se dirigió por escrito a Ben & Jerry’s para recabar información sobre la franquicia de la compañía y sus vínculos con los asentamientos. Por medio de investigaciones independientes, entre ellas las de un miembro de VTJP que visitó una serie de asentamientos en territorio palestino ocupado, reunimos pruebas irrefutables de que los helados de Ben & Jerry se vendían y servían en los asentamientos. Trasladamos nuestros resultados a la empresa.

Nuestro contacto con la empresa en privado se paralizó en 2013, de modo que publicamos un informe y lanzamos una campaña pública que apremiaba a Ben & Jerry a acabar con su complicidad con los asentamientos de Israel. Recalcamos lo evidente: los asentamientos constituyen una flagrante violación del Derecho internacional. Vender sus productos en tierra ilegalmente ocupada, además, entra en flagrante contradicción con la misión social de la empresa y su orgullosa historia de activismo social. Gente de todo el mundo con conciencia respaldó nuestros esfuerzos.

Ben & Jerry’s nos dijo que su franquicia no podía desgajar su actividad de negocio en Israel de la de los asentamientos sin incurrir en potenciales consecuencias ante las leyes israelíes. Respondimos que, en ese caso, deberían abandonar totalmente Israel si sus valores sociales eran verdaderamente algo con fundamente en relación a su identidad e integridad como negocio.

En 2014, después de que los ataques de Israel contra Gaza mataran a 2.200 palestinos, entre ellos más de 500 niños, lanzamos el boicot. Lo demás es historia.

El comunicado de Ben & Jerry del 19 de julio afirma que la empresa tiene la intención de permanecer en Israel más allá de 2022. Esta parte del comunicado no la redactó la junta independiente de la empresa sino Unilever, empresa matriz de Ben & Jerry. De acuerdo con algunas informaciones, la junta independiente no tiene intención de seguir su actividad de negocio en Israel.

El comunicado de la empresa constituye un primer paso decisivo. VTJP seguirá haciendo campaña hasta que la empresa cumpla plenamente sus compromisos, de acuerdo con las decisiones de la junta independiente de Ben & Jerry.

Rogamos a otras empresas que rompan sus lazos con los asentamientos y con su economía en su conjunto. Al fin y al cabo, los asentamientos de Israel no existen aisladamente; Israel los respalda plenamente, y queda perfectamente claro que las violaciones de derechos humanos de Israel se extienden más allá de sus asentamientos.

A lo largo de los siglos, la gente del común ha recurrido a los boicots como forma de cantarle las verdades al poder y enfrentarse a la injusticia, contra lo que parecen ser circunstancias insuperables. Es la clásica historia de David y Goliat. Sabemos que al final los boicots funcionan y que la libertad, la justicia y la igualdad prevalecerán.

The Guardian, 5 de agosto de 2021

Somos Ben y Jerry, hombres de helados, hombres de principios

Bennett Cohen, Jerry Greenfield

Somos los fundadores de Ben & Jerry’s. Somos también judíos. Forma parte de quienes somos y de cómo nos hemos identificado durante toda nuestra vida. Cuando nuestra empresa empezó a extenderse internacionalmente, Israel fue uno de nuestros primeros mercados exteriores. Éramos entonces, y seguimos siendo, defensores del Estado de Israel.

Pero es posible apoyar a Israel y oponerse a varias de sus políticas, igual que nos hemos opuesto a medidas políticas del gobierno norteamericano. Así pues, apoyamos inequívocamente la decisión de la empresa de cesar su actividad de negocio en los Territorios Ocupados, que una mayoría de la comunidad internacional, incluidas las Naciones Unidas, viene considerando una ocupación ilegal.

Aunque ya no ejercemos ningún control operativo de la empresa que fundamos en 1978, estamos orgullos de su acción y creemos que se sitúa en el lado correcto de la Historia. En nuestra opinión, cerrar la venta de helados en lo Territorios Ocupados constituye una de las decisiones más importantes tomadas por la empresa en sus 43 años de historia, y ha sido algo especialmente valeroso por parte de la empresa. Aunque supiéramos sin duda que la respuesta sería rápida y potente, Ben & Jerry’s dio ese paso para poner en sintonía su actividad de negocio y sus operaciones con sus valores progresistas.

Que apoyemos la decisión de la compañía no es una contradicción ni resulta antisemita. De hecho, creemos que este acto puede y debería considerarse como un avance de los conceptos de justicia y derechos humanos, principios básicos del judaísmo.

Ben & Jerry’s es una empresa que aboga por la paz. Lleva mucho tiempo pidiendo al Congreso que reduzca el presupuesto militar norteamericano. Ben & Jerry’s se opuso a la guerra del Golfo Pérsico en 1991. Pero no se trataba sólo de palabras. Una de nuestras primeras iniciativas de misión social, en 1988, fue introducir el Peace Pop [“Polo de la Paz”]. Formaba parte de un esfuerzo para promover la idea de redirigir el 1% de los presupuestos nacionales de defensa en todo el mundo para financiar actividades de promoción de la paz. Consideración la reciente actuación de la empresa parte de una trayectoria semejante, no como algo antiisraelí, sino como parte de una larga historia en favor de la paz.

En su comunicado, la empresa estableció una distinción entre el territorio democrático de Israel y los territorios que ocupa Israel. La decisión de detener las ventas fuera de las fronteras democráticas de Israel no significa un boicot de Israel. El comunicado de Ben & Jerry’s no respaldaba el movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones.

La decisión manifestada por la empresa de poner más plenamente en sintonía sus operaciones con sus valores no significa un rechazo de Israel. Supone un rechazo de las políticas de Israel que perpetúan una ocupación ilegal que supone un obstáculo para la paz y viola los derechos humanos básicos del pueblo palestino que vive bajo la ocupación. Como defensores judíos del Estado de Israel, rechazamos en lo fundamental la noción de que sea antisemita poner en cuestión las medidas políticas del Estado de Israel.

Cuando dejamos la dirección de la compañía, dejamos firmada una estructura única de gobierno en el acuerdo de adquisición con Unilever en el año 2000. Esa estructura es la magia que se esconde tras la continuada independencia de Ben & Jerry´s y su éxito. Como parte del acuerdo, la empresa conservó una junta de directores independiente con la responsabilidad de proteger la integridad de marca esencial a la empresa y de proseguir su misión social.

Creemos que las empresas se encuentran entre las entidades más influyentes de la sociedad. Creemos que las empresas tienen la responsabilidad de utilizar su poder e influencia para hacer el bien común más amplio. Con los años hemos acabado creyendo que existe un aspecto espiritual en los negocios, como lo hay en la vida de cada uno. Igual que das, recibes. Eso es lo que esperamos de Ben & Jerry’s, es lo que está en el corazón de la actividad de negocio. Para nosotros,eso es lo que representa, y es la razón por la que 43 años después de empezar con una tienda de helados en una destartalada gasolinera de Burlington, en el estado de Vermont, nuestros nombres siguen estando en los envases.

The New York Times, 28 de julio de 2021

Diferencia entre una empresa de helados y CAF, que nos deja helados

Santiago González Vallejo

Una empresa de helados, Ben & Jarry’s, ha decidido dejar de vender sus productos en las colonias sionistas. Otras empresas, con menos notoriedad y discreción, han hecho lo propio. En este caso han explicitado en un comunicado «que es incompatible con nuestros valores que el helado (…) se venda en el Territorio Ocupado Palestino» y, señalan, que asumen «la definición de los territorios palestinos ocupados tal como la definen las Naciones Unidas».

Por el contrario, la dirección de la empresa CAF, en manifestaciones públicas, dice que ha hecho una debida diligencia y que «la responsabilidad en materia de Derechos Humanos es una cuestión prioritaria para el Grupo CAF en todos los territorios en los que desarrolla sus actividades», en contradicción con su decisión de lucrarse en Territorio Ocupado Palestino a las órdenes de la potencia israelí ocupante y con el rechazo de la población y representantes palestinos.

Lo que hace la primera empresa, Ben&Jarry’s, es acorde a la legalidad internacional. Las mentiras de la dirección de CAF, casi nos dejan helados.

El casi viene por conocer la contumacia de la dirección de esta empresa que, ya desde el principio, intentó engañar a los inversores diciendo que el contrato logrado con su asociada Shapir era en Jerusalén e Israel, cuando es en los Territorios Ocupados Palestinos y, por lo tanto, su actuación es ilegal e ilegítima desde el derecho internacional.

La dirección y accionistas de referencia de CAF, Kutxabank, Fundación BBK, Confecciones Mayoral, Bravo Andreu, Norges Bank y la Administración vasca que preside el Sr. Urkullu, amigo del asesor de CAF en este asunto, alegan que no hay sanciones por parte de la Unión Europea por su actuación, cuando saben que la Comisión Europea delega inicialmente a los Estados miembros esa responsabilidad. También que las Naciones Unidas ha creado una base de datos con las empresas que actúan ilegalmente en los Territorios Ocupados Palestinos, donde está Shapir y clientes y proveedores de CAF, como Egged y Banco Hapoalim. Se ha pedido por parte de diferentes organizaciones de derechos humanos, como Amnistía Internacional o Al Haq, que CAF sea incluida en esa lista de la base de datos administrada por las Naciones Unidas, a la que se la niegan fondos para su actualización, pero esta petición debiera ser suficiente para excluir a CAF de ciertos sellos de respetabilidad, como el Pacto Mundial, que solo exigen, de momento, una declaración de parte, de la propia CAF, de respeto de ciertas normas, sin contrastarlas. En eso estamos.

Pero la dirección de CAF no es que se haya metido, sin querer, por ignorancia, a apoyar a la potencia ocupante facilitando la transferencia de población de la potencia ocupante al Territorio Ocupado, aspecto prohibido por la Cuarta Convención de Ginebra, de la que el Estado español es parte. La realidad es que ha sido consciente, buscando informes pretendidamente exculpatorios, de encargo, al amigo del presidente de Euskadi y arroparse de representación del PNV, acogiendo en su consejo de administración a la exvicelehendakari, Idoia Zenarrutzabeitia Beldarrain, buscando alianzas institucionales y de presión a nivel estatal y resistirse a reconocer el error estratégico y legal de sus actuaciones. Cree que participar al lado de las autoridades de ocupación israelí, en su política de hechos consumados y apartheid, no tendrá consecuencias en el futuro mercantil de la empresa. O, por lo menos, en las gratificaciones de sus actuales componentes. Pero sí las hay, es cuestión de tiempo.

Eso es lo que explica que se hayan lanzado en una nueva licitación para las nuevas líneas Azul y Púrpura, parte de la red de tren ligero entre Jerusalén y las colonias próximas, Gilo en el sur y Ramat Eshkol y Ramot, en el norte, todas en los Territorios Ocupados Palestinos.

Que exista ocupación militar y jurisdicción militar para los palestinos rebeldes (y ahora una española), que haya habido expropiaciones, expulsión de vecinos palestinos originarios, que se profundice la ocupación y la transferencia de población colona a Territorio Ocupado, para la dirección de CAF significa que ella «no participa de ninguna manera de las cuestiones estrictamente políticas en ninguno de los países en los que opera, ni apoya a ninguna de las partes en conflicto, si las hubiera». Parafraseando a un dictador como Francisco Franco, la dirección de CAF dice «haga como yo, no me meto en política». Aunque se perjudique a los palestinos y se lucre con el ocupante. Su cinismo casi nos deja helados. Pero no inanes.

https://www.naiz.eus/es/hemeroteca/gara/editions/2021-08-10/hemeroteca_a…

Bennett Cohen fundador de la empresa Ben & Jerry’s Homemade Holdings en 1978.
Jerry Greenfield fundador de la empresa Ben & Jerry’s Homemade Holdings en 1978.
Santiago González Vallejo Comité de Solidaridad con la Causa Árabe
Mark Hage activista radicado en Montpelier, estado de Vermont (EE.UU.), es miembro de los Vermonters for Justice in Palestine (VTJP).

Fuente: Varias
Traducción: Lucas Antón para sinpermiso.info

Revise también

PN Olímpico

Parque Nacional Olímpico: un tesoro natural

Bazar digital “Si desaparecieran todos los animales, el hombre moriría de una gran soledad espiritual. …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *