Vía costarricense
Johnny Soto Zúñiga
Los costarricenses durante estos días pudimos ver el documental o filme denominado: “Óscar Arias: Sin disparar una bala” una joya de pasaje histórico sobre el Procedimiento para establecer la paz firme y duradera en Centroamérica, finalmente firmada el 7 de agosto de 1987 por los cinco presidentes de los países de la convulsionada región y del cual el gran impulsor fue nuestro ex Presidente de la República Dr. Óscar Arias Sánchez (1986-1990). El filme Without a Shot Fired es una producción estadounidense bajo la dirección de Dawn Gifford Engle, de 102 minutos de duración; se develó por primera vez el año pasado en el Festival Internacional de Televisión de Montecarlo, en Mónaco y ganó el premio de mejor documental en el Festival de Barcelona, España.
Si bien anteriormente se habían realizado algunas películas en el mismo sentido y resaltando el proceso de paz logrado y el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz al Ex presidente Arias Sánchez; en esta oportunidad se añade el segundo mandato de Arias (2006-2010), y me parece muy acertado porque todo puede verse como un proceso de las luchas e ideales para consolidar el camino de la paz; que con tanto esfuerzo y tiempo invertido; ha sido uno de los principales bastiones; si no el principal a nivel internacional que don Óscar, con su insistencia y casi terquedad ha dado sus luchas tanto a nivel nacional como internacional y la última más importante fue la aprobación del Tratado Sobre el Comercio de Armas (TCA), que impulsó a través de múltiples entrevistas y conferencias a nivel internacional; para que se diera un marco regulatorio contundente a todo al indiscriminado comercio de armas a nivel mundial.
El documental en sí describe a Costa Rica como una democracia de paz; que luego de la Guerra Civil de 1948 del siglo pasado y la histórica Abolición del Ejército por el Caudillo don José Figueres Ferrer en 1949 (tres veces Presidente de la República); y la inversión del país más en educación y salud; ha permitido el reconocimiento a nivel internacional del desarrollo diferente del país con el resto de los países latinoamericanos. En realidad la propuesta “Una hora para la paz” presentada al resto de los países centroamericanos por don Óscar Arias; fue acogida como base de negociación y fue firmado por los presidentes de Guatemala, Honduras, El Salvador y Costa Rica, el día 15 de febrero de 1987; privilegiaba el retorno a la conciliación nacional; y permitió que se impusiera la diplomacia ante las balas; que ya a esta fecha había muerto miles de hermanos centroamericanos.
Incluso es curioso que Costa Rica al principio no fuera parte del Grupo de Contadora (constituido por México, Colombia y otros); si no que se integra posteriormente y como uno más de los actores del problema; cuando en realidad el país no estaba en guerra; cuando más bien debía ser una nación mediadora; por el prestigio democrático y sin Ejército que gozaba nuestro país. Si bien en el Gobierno del Presidente Luis Alberto Monge (1982-1986), se dio la Proclama de Neutralidad, emitida en noviembre de 1983; y se vio como un primer esfuerzo para recuperar la credibilidad y prestigio de la diplomacia costarricense; no fue suficiente para lograr la ansiada paz y detener la guerra en la región.
Como señala el escritor Manuel E. Araya Incera: “Si bien el Acuerdo de Paz firmado en Guatemala es obra de la voluntad constructiva de los jefes de gobiernos del área, es, en primera instancia, fruto del empeño puesto por el Presidente Arias para traer paz a la región. En este sentido, la labor desarrollada por el mandatario costarricense no fue sólo el resultado circunstancial de un hábil proceso negociador, sino que fue el producto de convicciones personales, firmes y bien maduradas, en torno a la función de la paz en la vida política y social. Sus ideas al respecto no surgen al calor de las circunstancias político-electorales, o de las demandas diplomáticas al asumir la Presidencia.
Aparecen desde muchos años atrás; se originan en la cultura política que ha dado esencia a la democracia costarricense. Por tanto, son ideas que se arraigan hondamente en la tradición política de Costa Rica. La paz no se define en el pensamiento del Dr. Arias Sánchez como un concepto abstracto o metafísico que exprese un nivel de vivencia espiritual entre los hombres. No aparece tampoco como una idea instrumental que se designa para marcar el contraste con un estado de guerra o conflicto. Es un concepto de implicaciones amplias en la medida en que se refiere a condiciones concretas respecto al bienestar humano. Se refiere a la libertad individual, al ejercicio de la democracia como sistema ideal en las relaciones sociales.
Amplía esta idea con la introducción del concepto de democracia económica, el cual basa en la convicción de que la riqueza debe ser distribuida cada vez mejor; así la democracia económica afirma a la democracia política. Hace referencia también a la aspiración de los pueblos por lograr el desarrollo económico, y vincula estrechamente la paz con el estado de desigualdades existentes entre las naciones ricas y las naciones pobres.” (El camino de la paz. Óscar Arias Sánchez. Págs 16 y 17)
Finalmente, solamente podemos expresar muchas gracias don Óscar, por colaborar a que nuestro país y la región centroamericana, pudieran salir airosos de esta difícil crisis política – militar; que dejó tantos muertos, heridos y familias sufridas; de tan trágica época. Existe un antes y un después de la firma de la paz en la región; y usted pasará a la historia dejando un legado de paz que Dios quiera sea infinita; para que nunca más nuestros hermanos entren en guerras mortales y dejé tanto sufrimiento. Esperemos que la situación actual de Nicaragua se solucione pronto y no sea el detonante de una crisis similar a la de los años 80s; porque necesitaríamos de otro Óscar Arias que interponga sus buenos oficios y empeño en la solución acertada como aquellos tiempos.