¡Nos cambiaron las medidas!

Por Yayo Vicente

Este es un país en construcción. Mal puestas en el camino, existen baldes y escaleras, paredes sin afinar, pisos sin acabados, madera llena de clavos que ha servido de formaleta. Casi todo en obra gris, lejos estamos de pintar y poner cospes de césped en el futuro jardín. Todavía no se parece al sueño que tenemos, pero nos va dando una idea.

Esa insistencia en fraccionarnos, en dividirnos, no es una receta triunfadora. Así, no es que seguiremos viviendo en un edificio en construcción, vamos a acabar viviendo en una construcción abandonada.

Debemos seguir unidos

Don Pepe, durante su vida pos 48, se desvivió por volver a unir a la familia costarricense. En la entrada a La Lucha, puso un humilde monumento, con una humilde placa, con un enorme significado: “RECUERDO A LOS CAÍDOS DE AMBOS BANDOS”.

Nombró durante sus gobiernos a contendores en puestos importantes. Llegó a valiosos acuerdos con sus oponentes políticos. Promover una idea o muchas que son congruentes con un ideal o un sueño, no es dividir, es conducir. Sobretodo si se tienden puentes, se hace el esfuerzo por llegar a acuerdos y se convence en lugar de vencer.

Existen esfuerzos deliberados para separarnos

Nos topamos de frente con la pandemia. Veníamos con una economía que no tomó su medicina a tiempo, muy alicaída, que empeoraba y empeoró aún más. Con una política electoral basada en divisiones. Dividir a las sociedades, es una táctica de la política electoral moderna. Se polariza a la sociedad: puros versus impuros, público versus privado, creyentes versus no creyentes, pobres versus ricos. Dividiendo, muchos han llegado al poder, el problema es que luego deben gobernar a un país fragmentado.

No es hora para el pesimismo

“No es mucho lo que me queda de vida, pero, ¿Debía yo paladear el veneno de estos días? Asistí a la caída de Francia, vi derrumbarse, con todo dolor extrahumano, todo lo que puede alentarme a seguir viviendo; buena parte de mí mismo lo arrastró ese hundimiento.” Clodomiro Picado, en su lecho de enfermo, 1943

Como si no bastara, esta crisis sanitaria nos encontró con un gobierno sin liderazgo, con la tercera fracción legislativa (una de las más pequeñas), electo por un tema circunstancial, que no pertenece a una agenda de fondo.

No quiero duplicar mi dosis de somníferos, siempre me ha gustado ver la mitad llena del vaso. Durante un rato di por hecho que despertaríamos en una sociedad más alineada con mi concepción de justicia y democracia.

Clorito Picado agonizaba en plena Segunda Guerra Mundial. Él había estudiado y se mantenía en contacto con sus colegas en París. Francia señalaba la ruta a la civilidad, la ciencia, la política, a todo. Era el faro desde donde se alumbraba al mundo.

Cuando el gran científico costarricense (francófilo convencido), moría, la Ciudad de la luz estaba invadida por los nazis. Su agobio no podía ser más profundo, su desaliento era un grito desesperado.

Las tristes y “apocalípticas” palabras de Clorito Picado, durante sus últimos días, no se cumplieron. La conquista de la Luna, fue la entrada al siglo XXI, lleno de bienestar.

¡Nos cambiaron las medidas!

Necesitamos una actitud que nos haga ver oportunidades en las amenazas y construir fortalezas en los espacios que hoy ocupan nuestras debilidades.

Ésta como cualquier otra crisis, puede concentrar más el capital y el poder. Puede provocar un fuerte retroceso en pobreza, equidad, justicia social …

Puedo y debo entender que viviremos en una economía más pequeña, lo que es inaceptable, son las ingratitudes que nos tocaría vivir si nos cruzamos de brazos. Algunos malos costarricenses, se relamen pensando, con egoísmo, en su posible “buena suerte”. Comencemos desde ahora a pensar y proponer para el mediano plazo, para que esto no suceda.

La gota constante termina abriéndose camino en el granito. El país capaz de salir adelante y vencer a pesar de las adversidades, es el unido. El que ve a la contraparte como su complemento.

No debemos caer en un juego peligroso. No permitamos, ni siquiera acercamos, a la perturbación de la paz social. Eso solo hará más grande la crisis, hará más ricos a los ricos y más pobres a los pobres.

El SAR-CoV-2

Poco a poco hemos ido conociendo al “no invitado”. Al nuevo coronavirus que nos despertó horrible y de forma violenta. Sus ventajas, podemos convertirlas en las nuestras.

  1. AFECTAR LA TRASHUMANCIA, reduciéndola hasta donde se pueda y para quienes puedan. Eso impacta la circulación viral. La trashumancia es el desplazamiento de las personas y por eso se aconseja a la gente no salir o salir poco. Entre menos circulación viral exista en el ambiente, más difícil para el virus pasar de una persona a la otra.
  2. BAJAR LA CARGA VIRAL POR DEBAJO DE LA «DOSIS INFECTANTE», que son unos cuantos cientos de partículas virales. Eso se consigue con: distancia social, mascarillas, lavado eficiente y frecuente de manos, desinfección de cosas que manipulamos muchos, no tocarse ojos, nariz o boca. Para enfermarse de COVID-19, es necesario que nos ingresen algunos cientos de partículas virales, unos cuantos no podrían iniciar una infección o lo harían tan despacio, que el organismo puede contrarrestarla.
  3. SUERO EQUINO, reduce el tiempo hospitalario y las secuelas. Consigue bajar la remisión de pacientes a camas-UCI (con mucho artefacto médico, escaso y caro) y uso extremo del tiempo de médicos intensivistas. El suero equino que fabrica el Instituto Clodomiro Picado, es el único tratamiento para tratar enfermos de COVID-19. Aunque es de uso intrahospitalario y bajo cuidado médico, ofrece hoy por hoy, una posibilidad que no teníamos.

Nos cambiaron las medidas

La praxis, es la práctica opuesta a la teoría. ¡Bienvenida!. Seamos pragmáticos. Esto es una democracia y no una tecnocracia. Conforme conocemos mejor el terreno que pisamos, otras variables deben tomarse en cuenta.

Hoy sabemos que esta crisis dejó de ser una carrera de 100 metros que corría el Ministerio de Salud. Será un maratón de al menos ocho meses más y la estrategia debe modificarse:

  • Como casos deben incluirse a quienes tengan nexo epidemiológico. Si alguien está en contacto directo con un caso confirmado con laboratorio, se debe incluir como caso. “Si camina como pato, nada como pato y hace cuac-cuac, es un pato”. Con eso ganamos tiempo y se toman medidas inmediatamente. Es una definición epidemiológicamente más sensible, con más falsos positivos y MUCHO más oportuna. ¡Evita contagios! Y las cifras reflejarán mejor la realidad.
  • El Ministerio de Salud no puede solo. Los gobiernos locales y la sociedad en general, debemos cerrar filas con las autoridades sanitarias. El cumplimiento de protocolos será la herramienta en la que descanse la nueva estrategia. La pandemia se ensaña con la pobreza. Quienes no pueden evitar desplazarse, pues deben ganarse el arroz y los frijoles cada día, necesitan ingresos.

La pandemia no acabó. La enfrentaremos diferente. Vamos a darle respiración boca a boca a la economía y a las miles de personas que dependen de ella.

Tenemos una responsabilidad que acometer, llegó la hora de arremangarse. Como una vez nos preguntó don Pepe: “¿Estamos todos?”, en esta nueva estrategia debemos estarlo. Que nadie quede rezagado.

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