Humberto Ortega Saavedra
Humberto Ortega, dirigente y fundado del Ejercito Popular Sandinista de Nicaragua, hermano de Daniel Ortega, ha escrito el artículo que sigue en memoria de su compañero Hugo Torres Jiménez, muerto en prisión como preso político.
En julio de 2021, Humberto Ortega se refirió a los presos políticos de su hermano y aseguró que “estos que están detenidos no son terroristas, no han atentado en contra de la estabilidad del país; simplemente son opositores que tienen su punto de vista como yo lo tengo”. Asimismo, señaló con firmeza que el mismo podría ser catalogado como terrorista o traidor a la patria por las críticas que hecho a su gestión.
Dos años atrás, cuando el régimen de Daniel Ortega comenzó a detener a los primeros presos políticos, Humberto también se pronunció y en consecuencia su hermano mayor lo acusó de ser un peón de la “oligarquía” y del “imperio”.
Días antes de la misiva de Humberto Ortega, cinco exmilitares de alto rango entre ellos dos generales en retiro, un coronel, un teniente coronel y un alto oficial también reaccionaron con indignación ante la muerte como preso político del general de brigada en retiro Hugo Torres. En una entrevista publicada en Confidencial, cuestionaron el “silencio y la cobardía”, de la institución militar, que no reconoció los méritos de uno de los fundadores del Ejército.
“No puedo imaginar más crueldad que a un héroe a sus 73 años lo dejen morir bajo prisión, me cuesta imaginar en qué corazón cabe semejante odio, sabiendo que está enfermo de gravedad no lo dejan reposar los últimos días en su casa al lado de sus hijos”, reclamó un oficial en retiro, que pidió mantener su identidad en el anonimato.
Asimismo, destacaron que en las filas del Ejército hay un profundo silencio como reacción a la muerte de Torres, pues a lo interno se conoce “la calidad intachable del militar” que fue.
“El silencio en el Ejército es debido a lo ocurrido a Hugo Torres y a Carlos Brenes, la persecución, la tortura y el encarcelamiento. El silencio es debido a una gran prudencia y temor entre la oficialidad actual”, señaló un exgeneral del Ejército.
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Recién reciben en el hogar del general Torres su incensario, doy a sus familiares mis fraternas condolencias. Junto a Carlos Fonseca, fui su jefe en el clandestino y ejemplar Frente Sandinista. También lo fui en el Ejército Popular Sandinista, y en el Ejército de Nicaragua, hasta el 21 de febrero de 1995, cuando paso a mi retiro, flanqueado por el general Torres, quien observa sereno y solidario ese trascendental hito, de traspasar el mando ordenadamente, en el marco de la ley, y del sagrado respeto a la institución militar.
Hugo Torres fue un militante sandinista relevante, por sus convicciones y coraje para superar los duros retos de la lucha en contra de la sanguinaria dictadura militar, dinástica de los Somoza, y la Guardia Nacional. En los momentos más difíciles de nuestra lucha supo ser un abnegado combatiente. Símbolo del guerrillero de la selva, de los comandos urbanos, y de la insurrección final que derroca al régimen genocida somocista. Precisamente, por ser un cuadro político destacado, obtiene el reconocimiento de comandante guerrillero, y es incorporado en la estructura partidaria de la Asamblea Sandinista. Y, por mi parte, como jefe del Ejército, lo incorporo al Consejo Militar, y lo nombro jefe de la dirección política castrense, y llega a ser general de brigada, grado que coloco en sus hombros.
En febrero 1934, a raíz de la masacre, en mera negociación por la paz, del general Augusto César Sandino, don Daniel Simeón Ortega Cerda, mi padre, es capturado por intercambiar cartas con Sandino, y un teniente GN decide incumplir la orden de asesinarlo; seguidamente su padre, el destacado maestro y dirigente conservador, Marco Antonio Ortega, quien impartió clases al general Anastasio Somoza García, utiliza este vínculo, para lograr su libertad. Por mi parte sufrí prisiones en Managua, en una de ellas en 1967, en la misma celda con el mártir Pedro Joaquín Chamorro, y fuimos liberados por una amnistía; en otra ocasión, en 1970, en Costa Rica, fue una acción del comando Juan Santamaría, que dirige el heroico guerrillero Carlos Agüero, la que permite ser liberados de la cárcel Carlos Fonseca y mi persona. Y, en 1979, a raíz del derrumbe del régimen somocista, el presidente de Costa Rica don Rodrigo Carazo, otorga indulto a mi persona y al tico Plutarco Hernández, condenados en ausencia, a 18 años de prisión por haber asaltado el cuartel de Alajuela 10 años antes, para rescatar a Carlos Fonseca, intento fallido con muertos y heridos.
Daniel Ortega, sufre desde joven prisiones y torturas, y es puesto en libertad a través de diferentes mecanismos legales gestionados por mis padres y compañeros. El más inhumano de sus encierros, durante 7 años, logra alivio a las duras condiciones carcelarias y visitas familiares, gracia a las luchas de las ejemplares madres de reos políticos acusados de terroristas, entre ellas, doña Lidia, nuestra madre. Y, alcanza su libertad, en diciembre 27, 1974, por el comando urbano Juan José Quezada, que manda el comandante “Marcos”, Eduardo Contreras, que lleva como jefe de una de las 3 escuadras a Hugo Torres, quien, en 1978 en agosto 22, es el Uno, segundo al mando, del comando Rigoberto López Pérez, que encabeza el comandante cero, Edén Pastora. Audaces acciones, que liberan a prisioneros políticos de las cárceles de la tiranía somocista, duros golpes políticos-morales al régimen de Somoza, operaciones sin retirada, bajo la consigna: “Todas las órdenes serán cumplidas, menos una: rendirse”. Con ese mismo espíritu de lucha, ahora en el campo cívico, Hugo Torres integra una de las varias fracciones en que el antiguo FSLN se divide desde la década de los noventa, y no rehúye el sacrificio, la cárcel, en la que una vez más demuestra sus convicciones revolucionarias, y muere, como cualquiera a su edad y condiciones físicas, al ser expuesto en el cruel encierro.
Carlos Fonseca elabora el juramento sandinista, que en parte reza: “Ante la imagen de Augusto César Sandino y Ernesto Che Guevara, ante el recuerdo de los héroes y mártires… juro defender… el decoro nacional y combatir por la redención de los oprimidos y explotados de Nicaragua y el mundo…”. Hoy, este lamentable, doloroso desenlace de un compañero de luchas, que cumple hasta el final consecuentemente este juramento, debe contribuir en la ruta de solución a la crisis política que padece nuestra patria, que requiere urgentemente un clima de reconciliación, que lo genera de ser puestos en libertad los encarcelados políticos, por medio de cualquiera de los instrumentos jurídicos, legales requeridos.
Humberto Ortega Saavedra es dirigente sandinista y fundador del Ejercito Popular Sandinista de Nicaragua, general retirado, es miembro de la Academia de Geografia e historia de Nicaragua.
Fuente: https://www.laprensani.com/2022/02/18/opinion/2953314-companero-hugo-torres vía sinpermiso.info