¿Nada el Gobierno contra corriente?

Carlos Revilla Maroto
Guido Mora Mora

Rodrigo Chaves

El artículo de Carlos Denton intitulado ¿Nada la oposición contra corriente?, da pie a comentar y reflexionar sobre algunos de los temas que aborda su autor.

El criterio de don Carlos, no es para tomarlo a la ligera. Plantea una serie de temas qué, si no se contrastan o al menos se analizan, dejaría muy en entredicho a la oposición, que la verdad sea dicha, especialmente en el caso de Liberación Nacional, no tiene por qué cargar con las pulgas que reparte.

El punto principal de Denton es que Liberación Nacional se opone al presidente Chaves y su Gobierno, simplemente por oponerse “Si Chaves dice que es un día bonito, ellos dicen que no lo es”, escribe Denton. Eso no es así. Liberación Nacional ha asumido la responsabilidad de oponerse a las ocurrencias y disparates impulsados por el presidente Chaves y sus ministros, unas veces por sentido común —que parece ser muy escaso entre quienes nos gobiernan— y otras, por razones de peso, tal como ocurre con la ley de jornadas laborales conocida como la Ley 4/3; sólo para mencionar una de las metidas de pata de esta Administración.

Así que el asunto no es tan coloquial como lo quiere hacer ver Denton. La posición de la Fracción liberacionista ha sido mucho más profunda, que a la simple argumentación de oponerse por oponerse.

Otro comentario de Denton que no se puede dejar pasar, es cuando se refiere a la fracción liberacionista, argumentando que “parecen monaguillos del Frente Amplio y todos hacen genuflexiones frente a los mismos altares a la ignorancia”. Es importante señalar que las coincidencias de Liberación Nacional con el Frente Amplio han surgido de la afinidad y confluencia de algunos principios y valores, orientados a detener las disparatadas acciones de la Administración Chaves. En nuestro criterio, el señalamiento que realiza Denton sobre la ignorancia prevaleciente debe de orientarse a las ocurrencias que está impulsando Chaves y que a la postre, tendrán repercusiones negativas para la sociedad costarricense. En otras palabras, los ignorantes están en otro lado, no donde Denton señala.

Sobre la defensa que hace Liberación Nacional al periódico La Nación, algo de razón lleva Denton. Efectivamente La Nación sigue siendo un pasquín deleznable eso, en nuestro criterio no ha cambiado, ni ha cambiado en criterio de muchos liberacionistas. Pero obvia el autor que Liberación Nacional es un partido que nació como garante de la democracia y de la libertad de prensa y de expresión. En este particular, o sé es abanderado de la democracia y de la libertad de prensa o se es enemigo: y si Usted está dispuesto a atacar la libertad de prensa, se convierte en lo que el chavismo ha impulsado, que es llevar nuestro sistema político hacia una autocracia. Cuando don Pepe intentó reducir la influencia del diario La Nación, lo hizo en buena lid, fundando el periódico Excelsior: la idea era transformar la lucha en una discusión de ideas, no en la imposición autocrática de criterios, tal como pretende fomentar el Rodrigo Chaves.

Otro tema no menos importante es el de la popularidad del mandatario. Sin embargo, el que sea popular no le otorga una patente de corso para pasar por sobre la institucionalidad del país. Afortunadamente la posibilidad que tiene Rodrigo Chaves de emular a Bukele, el pichón de dictador de El Salvador es muy reducida, gracias a la robusta institucionalidad que caracteriza nuestro sistema político. Ahora resulta, según Denton, que ¡no se debe atacar a un Gobierno que tiene tanta popularidad!

En nuestro criterio, por más popular que sea una administración, si comete un error o se está en desacuerdo con la elección o implementación de una política pública, nuestra democracia nos permite denunciarlo. En los regímenes autoritarios, los ciudadanos deben de quedarse callados, afortunadamente en Costa Rica eso no es así. En este orden de cosas, la fracción liberacionista es consecuente: no tienen por qué, los diputados, callar ante las ocurrencias e impericias demostradas por esta administración.

También Denton se queja de lo ayuno que estamos en legislación, algo que es cierto: se han aprobado muy pocas leyes. Pero no dice qué en los periodos de sesiones extraordinarias, en los que el Poder Ejecutivo tiene la iniciativa, casi no se han presentado propuestas legislativas, han hecho gala de una gran incapacidad de articular las acciones con el Poder Legislativo y más bien, se han visto muestras de una gran “chambonada jurídica”, responsabilidad que recae en el ministerio de la Presidencia y de la fracción oficialista. Para confirmar nuestra afirmación tenemos que señalar que, en el recién finalizado período de sesiones extraordinarias, el Poder Ejecutivo presentó sólo un proyecto de ley, entonces, ¿de quién es la culpa de la improductividad legislativa?

Este Gobierno no tiene rumbo, y esta situación hay que denunciarla. Al final los perjudicados no serán sólo los partidarios de Chaves, sino que se “está llevando en banda” a toda la sociedad costarricense. Esa es parte de la labor de ser oposición; eso es lo que Denton, no quiere ver y lo lleva a formar parte de esas personas y grupos que, por cálculo u oportunismo, parecen dispuestos a sacrificar los ideales democráticos. En nuestro criterio, el país no puede embarcarse en esa idea, ni debe de caer en esa trampa.

Al final de cuentas, el Gobierno está en guerra con sus detractores, así lo demuestra el presidente en sus discursos y en su accionar. Y en una guerra, hay que recordar dos refranes de la sabiduría popular “el enemigo de mi enemigo es mi amigo” y “en la guerra y en el amor todo se vale”.

Así que quien nada contra corriente no es la oposición, es el gobierno el que con su impericia e incapacidad, está conduciendo el país al despeñadero.

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