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En los últimos años, dentro del ámbito de la música popular comercial, más específicamente dicho: en el ámbito de la fabulosa industria disquera que se viene dando desde las primeras décadas del siglo XX, siempre en ascenso, es cada vez más común hablar de “cover” (literalmente: cubierta).
En realidad se utiliza este anglicismo -quizá impropiamente- para referirse a una nueva versión de una obra ya consagrada. En otros términos: es una réplica de una canción conocida, ya grabada previamente por otro artista, de hecho ya popular, que se sabe que tiene amplia difusión en el público, y de la que un nuevo artista se aprovecha (legalmente) para difundir una nueva versión.
Esto puede hacerse para rendir homenaje al intérprete o compositor original, o para aprovechar una canción ya consagrada. Puede darse el caso, incluso, que estas nuevas versiones lleguen a tener más éxito que las versiones originales.
Todos los implicados se benefician de estas versiones “cover”: el autor o intérprete original, porque acrecienta su fama (y por tanto sus ingresos); el nuevo intérprete, porque ya tiene ganado un lugar en el público a partir de ejecutar una canción conocida y gustada que le facilita el camino. Y las empresas disqueras porque tienen asegurado un nuevo éxito comercial.
Veamos algunos ejemplos de covers:
a) “Yesterday”, original de The Beatles
https://youtu.be/rRen3jDqViI
a.1) En versión de Nisa Addina Taufik, en violín
c) “Thriller”, de Michael Jackson, versión original
c1) Cover de Phillip Phillips
d) “Jingle Bells”, en una versión clásica
d1) “Jingle Bells”, cover por Frank Sinatra
e) “La Bamba”
https://youtu.be/PK2HANwsUWg
e1) “La Bamba” en versión de marimbas
También se pueden hacer versiones cover de la llamada música clásica. Veamos estos ejemplos:
g) Primer movimiento de la Sinfonía N° 5 de van Beethoven
g1) Versión rockera
h) Primer movimiento de la Sinfonía N° 40, en sol menor, de Mozart
https://youtu.be/7U5IJXINTmc
h1) Versión en mariachis