Carlos Revilla Maroto
Recientemente murió Milán Kundera, uno de los grandes escritores de la segunda mitad del siglo XX. Confieso, que nunca lo he leído, en ese entonces era solo un niño, sin conciencia política; pero posteriormente supe de la gran influencia que tuvo él y sus escritos, después de la invasión soviética a Praga, en la antigua Checoslovaquia, para aplacar lo que se conoce como la Primavera de Praga, de la que también escribiré más adelante.Para introducir el tema, me gustaría reproducir un mensaje de Fernando Berrocal, que vivió como joven comprometido en ese entonces, los acontecimientos de Checoslovaquia, y que leyó y siguió a Kundera.
“Murió Milán Kundera, un escritor que, con sus libros, influyó como ningún otro en nuestra generación, a raíz de la intervención soviética en Praga, Checoeslovaquia, en 1968.
Ese hecho fue fuertemente criticado por el movimiento estudiantil universitario (FEUCR,) y generó en todo el mundo fuertes protestas contra la URSS y a favor de la libertad y la democracia.
El otro imperio, en ese entonces, los Estados Unidos, hacía la guerra en Viet Nam e igualmente los universitarios protestábamos frente a la sede de embajada de los Estado Unidos que, por esos tiempos, estaba a 200 metros al este del edificio de Correos, en el centro de San José.
En ese año 1968 y en mucho por los libros de Milán Kundera, nuestra generación se definió por la libertad y la democracia y en contra de todos los autoritarismos y dictaduras, especialmente las de América Latina.
Es un agradecimiento póstumo que le debemos al gran escritor checo.”
Para continuar me parece que es necesaria una breve biografía de Kundera.
Milán Kundera fue un escritor y novelista checo nacido el 1 de abril de 1929 en Brno, en lo que entonces era Checoslovaquia y ahora es la República Checa. Es ampliamente reconocido como uno de los escritores contemporáneos más importantes y prolíficos.
Kundera se interesó por la literatura desde una edad temprana y estudió literatura y música en la Universidad Charles en Praga. Durante sus años de estudiante, participó activamente en el movimiento comunista y mostró un gran interés en el cine, lo que influyó en su estilo de escritura más adelante.
En sus primeros escritos, Kundera se adhirió al realismo socialista, un estilo literario promovido por el régimen comunista en Europa del Este. Sin embargo, después de la invasión soviética a Checoslovaquia en 1968, Kundera se desilusionó con el comunismo y comenzó a explorar temas más filosóficos y existenciales en su obra.
En 1967, publicó su primera novela importante, “La broma”, que narra la historia de un joven que es perseguido y acosado por las autoridades comunistas debido a una broma que consideran subversiva. La novela fue bien recibida y le otorgó reconocimiento internacional.
Sin embargo, fue con la publicación de su obra más conocida, “La insoportable levedad del ser” en 1984, que Kundera alcanzó fama mundial. La novela, ambientada en el contexto de la Primavera de Praga y la posterior ocupación soviética, explora temas como la libertad, la identidad y las relaciones humanas en un estilo poético y reflexivo.
A lo largo de su carrera, Kundera publicó varias novelas aclamadas, entre las que están “La vida está en otra parte” (1969), “El libro de la risa y el olvido” (1979) y “La lentitud” (1995). Sus obras a menudo tratan temas como el amor, la política, la memoria y la alienación en el contexto de la vida bajo un régimen totalitario.
Kundera también incursionó en la escritura de ensayos, donde expuso sus ideas sobre la literatura, la música y la cultura en general. Su estilo literario se caracteriza por su profundidad filosófica, su enfoque en la psicología de los personajes y su estilo de narración fragmentada.
En 1975, Kundera fue destituido de su puesto como profesor de literatura en la Universidad Técnica Checa en Praga debido a su crítica al régimen comunista. En 1979, se exilió voluntariamente en Francia y obtuvo la ciudadanía francesa. Desde entonces, ha escrito principalmente en francés, aunque sus primeras obras fueron escritas en checo.
Aunque Kundera se mantuvo en gran medida apartado de la vida pública desde su exilio, su influencia en la literatura contemporánea perdura. Su obra sigue siendo estudiada y admirada por su capacidad para explorar la condición humana en un mundo complejo y a menudo opresivo.
Kundera murió en París el 11 de julio de 2023, a la edad de 94 años. Fue una figura importante de la literatura checa y francesa, su obra se ha traducido a más de 40 idiomas y sigue leyéndose y estudiándose en todo el mundo. Está considerado uno de los escritores más importantes del siglo XX.
Estos son algunos de los premios y galardones más destacados de Kundera:
- Premio Jerusalén a la Libertad del Individuo en la Sociedad (1985)
- Premio Common Wealth al Mérito Literario (1987)
- Premio Mundial Cino del Duca (1988)
- Premio Herder (1990)
- Premio Estatal Austriaco de Literatura Europea (1992)
Pero ¿qué fue la Primavera de Praga de 1968? parte importante de la historia de Kundera. Una sola frase podría definirla: “un sueño frustrado de libertad”, pero por supuesto hay que elaborar el tema.
Recordemos que actualmente Checoslovquia se separó en dos países: la República Checa y Eslovaquia, esto solo lo menciono como algo referencial para ubicarnos en el presente.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Checoslovaquia quedó bajo la influencia de la Unión Soviética y adoptó un sistema comunista. Durante las décadas de 1950 y 1960, el régimen comunista de Antonín Novotný se caracterizó por el estancamiento político y económico, lo que generó insatisfacción entre la población.
En enero de 1968, Alexander Dubček fue elegido como Primer Secretario del Partido Comunista de Checoslovaquia, marcando el inicio de la Primavera de Praga.
Dubček promovió reformas conocidas como «socialismo con rostro humano», que buscaban una mayor liberalización política, libertad de expresión y participación ciudadana.
Durante la Primavera de Praga, se implementaron cambios significativos, como la abolición de la censura y la apertura hacia la prensa independiente y la crítica política.
Se permitió un mayor pluralismo político y se promovió la participación ciudadana a través de debates abiertos y reformas constitucionales.
El proceso de liberalización en Checoslovaquia generó preocupación en el liderazgo soviético, que temía la pérdida de control sobre un país del entonces bloque del Este.
El 21 de agosto de 1968, las tropas del Pacto de Varsovia, lideradas por la Unión Soviética, invadieron Checoslovaquia, poniendo fin a la Primavera de Praga.
La invasión soviética fue seguida por una ocupación militar prolongada y represión política en Checoslovaquia conocida como el período de “normalización”. Los líderes reformistas fueron destituidos de sus cargos, se impuso la censura y se restauró un gobierno prosoviético.
Tras la supresión de la Primavera de Praga, la carrera política de Dubček, podría decirse que llegó a su final. Fue expulsado del Partido Comunista en 1970 y ocupó diversos cargos de bajo perfil. En 1989, durante la Revolución de Terciopelo, Dubček resurgió como figura política destacada y fue elegido Presidente de la Asamblea Federal, lo que simbolizó el fin del régimen comunista en Checoslovaquia.
Una más que merecida reivindicación para Dubček.
Tras la disolución pacífica de Checoslovaquia en 1993, Dubček se implicó en la política eslovaca y fue Presidente del Parlamento eslovaco de 1992 a 1993. Siguió abogando por las reformas democráticas y se convirtió en un respetado estadista en la era poscomunista.
Dubček falleció el 7 de noviembre de 1992 a consecuencia de un accidente de auto en Eslovaquia. Se le recuerda como una figura clave en la historia de Checoslovaquia y la Primavera de Praga, y sus ideas y reformas siguen influyendo en los debates sobre democracia y socialismo.
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