Luz Mary Alpízar y el Partido Progreso Social Democrático

Vladimir de la Cruz
vladimirdelacruz@hotmail.com

Vladimir de la Cruz

En el período preelectoral del 2020-2021 conocí personalmente a la actual diputada Luz Mary Alpízar, presidenta del Partido Progreso Social Democrático, cuando estaba impulsando su organización. En ese momento me causó muy buena impresión ya como diputada, no se siente. Me sorprendió, en aquel momento, la capacidad que tuvo de organizar un partido político, en brevísimo tiempo, en todas sus fases, desde sus niveles organizativos básicos hasta la Asamblea Nacional, lo que no es un proceso fácil de armar. Lo digo por experiencia propia, por haber participado en tres campañas electorales, y conozco por ello la dificultad de las convocatorias de asambleas distritales, cantonales, provinciales y la nacional a las que están sujetos los partidos políticos, asambleas que se hacen bajo la supervisión de funcionarios o delegados del Tribunal Supremo de Elecciones. Actualmente no hay que hacer las asambleas distritales, proceso que era sumamente engorroso y operaba, su realización, contra la participación de los partidos nuevos y pequeños.

En esa etapa Luz Mary Alpízar había abierto su partido a personas, otras fuerzas políticas en gestación, y grupos de ciudadanos, que pudieran sumarse a ella y su partido, en ánimo de constituir un movimiento político más vigoroso. Allí hubo un grupo muy apreciado de amigos míos, que trabajaban en el Movimiento Agenda Democrática Nacional, que recientemente se han inscrito como partido nacional para las elecciones del 2026, con el cual participarán en algunos cantones en las próximas elecciones de noviembre a febrero que ya están en marcha.

El espacio que creó Luz Mary hizo que a ella se acercara Rodrigo Chaves Robles, que acababa de dejar el Ministerio de Hacienda, y se le veía como una figura que destacaba en el escenario nacional por su breve paso en ese Ministerio. Su presencia y cercanía en ese partido hizo que alguna gente también se separara o alejara del mismo, entre ellos los miembros de Agenda Democrática Nacional. Finalmente, Rodrigo Chaves echó anclas en el partido de Luz Mary Alpízar, como su candidato.

La candidatura presidencial de Rodrigo Chaves en el Partido Progreso Social Democrático cobró su propia dinámica. Internamente en ese Partido Luz Mary Alpízar, la fundadora y organizadora del Partido, prestó toda su organización a esa candidatura. Curiosamente, la campaña electoral se montó con un dominio, o una gran influencia, o una gran decisión de Luz Mary Alpízar, al interior de ese partido, para la postulación de candidaturas a diputados que no respondían a la matriz original y constitutiva del Partido fundado por ella misma. Tanto así, que ella, que es la Presidenta de ese Partido, y líder ante su propia Asamblea Nacional, tan solo pudo proponerse para una diputación, de las electas, sin que ningún otro miembro de su Partido, de los leales y fieles a ella, como lo acaba de demostrar en la Asamblea Nacional recién hecha, pudo aspirar a diputaciones con posibilidades de elección. De hecho, de los 10 diputados electos por este partido nueve responden directamente a Rodrigo Chaves y a la diputada especializada en asesorar en mentiras, y no al Partido, ni a su Presidenta Luz Mary Alpízar.

Ni siquiera por cortesía política, o por reconocimiento de mérito, de haber ella facilitado su Partido, para la candidatura de Rodrigo Chaves, y de la elección de esos diputados, fue electa como Jefe de la Fracción parlamentaria, de ese partido, que en las dos Legislaturas que lleva la Asamblea Legislativa, han nombrado a la diputada, que se auto reconoce como asesora en mentir, Pilar Cisneros; diputada que es realmente la mejor vocera del Presidente Rodrigo Chaves, y quien le ha declarado públicamente su lealtad absoluta en varias ocasiones.

Desde el inicio parlamentario, nueve diputados, de los diez electos, estaban totalmente identificados más con el Presidente de la República, como persona, como líder político, que con la organización partidaria que los había llevado a las diputaciones; alejados partidariamente de la propia Presidenta del Partido Progreso Social Democrático. Ni siquiera hablan esos diputados a nombre del Partido Progreso Social Democrático porque no les interesa fortalecer esa figura política. Se reconocen como la fracción oficial de Gobierno, más que como fracción del Partido Progreso Social Democrático. Tampoco la propia presidenta, Luz Mary Alpízar, habla a nombre de su Partido Progreso Social Democrático.

En el conflicto interno que tiene con esos diputados, de facto disidentes de su partido, ella debería levantar la bandera de su propio partido. En este momento es la persona más autorizada para hablar en nombre del Partido Progreso Social Democrático, si quiere mantener esa organización hacia las elecciones municipales; pero, especialmente alejada de Rodrigo Chaves hacia las nacionales del 2026.

Los diputados disidentes del Partido Progreso Social Democrático y adscritos a los partidos chavistas que se están impulsando son Pilar Cisneros, Ada Acuña, Paola Nájera, Manuel Morales, Daniel Vargas, Waldo Agüero, Jorge rojas, Alexander Barrantes, María Marta Padilla.

En este momento hay dos partidos que se identifican con el Presidente Rodrigo Chaves, los partidos Pueblo Soberano y Aquí Costa Rica Manda. Estos partidos, y los partidarios que tienen, con funcionarios de la Casa Presidencial trabajando en ellos, se disputan cuál es más chavista, cuál es más rodriguista, que son los adjetivos que usan de identificación.

Es aparentemente contradictorio que para las elecciones municipales existan tres partidos, Progreso Social Democrático, Pueblo Soberano y Aquí Costa Rica Manda, que de una u otra manera se expresan identificados con Rodrigo Chaves. Coloco aquí al Partido Progreso Social Democrático, porque para todos los efetos es el partido que oficialmente está en el Gobierno, en el Poder Ejecutivo, sin que nadie lo pueda negar; y, porque la presidenta de este partido, Luz Mary Alpízar, tampoco se distancia del gobierno de Rodrigo Chaves. De alguna manera pareciera gustarle esa relación, aunque el Presidente le esté bajando el piso; serruchándole la imagen a su partido, con los partidos que impulsa y ampara desde Zapote, con algunos funcionarios asalariados del Poder Ejecutivo, como activistas y organizadores de esos nuevos partidos.

El Presidente Rodrigo Chaves pareciera que juega las tres cartas. No pierde nada. Distrae políticamente a los electores y a los otros partidos. Sus “tres” partidos no están en pugna pública. Uno de ellos, el Progreso Social Democrático, tiene el pleito interno de sus nueve diputados con la Presidenta del Partido, Luz Mary Alpízar, porque le han dado el apoyo público a otro partido, la adhesión tácita; han participado de sus asambleas y reuniones, lo han defendido con su presencia; se han fotografiado con sus banderas en sus reuniones, sin renunciar o dejar al partido Progreso Social Democrático, como pareciera ser lo correcto, lo ético; lo moralmente correcto y válido.

La Presidenta Luz Mary Alpízar acudió a la Asamblea Nacional de su Partido para pedirles su renuncia, para exigírselas, según las informaciones de la prensa. Han declarado que no lo harán. ¿La razón? Es muy simple. Como grupo de diputados, si renuncian al Progreso Social Democrático, pierden su condición de “fracción política partidaria” en la Asamblea Legislativa, que les da ciertos derechos. Entre esos derechos el de hacerse representar, como “nuevo grupo partidario”, aunque se pusieran un nombre o trataran de reconocerse como “diputados” del nuevo partido que están apoyando Aquí Costa Rica Manda, en la reunión que tienen los Jefes Parlamentarios de los partidos que oficialmente eligieron diputados en las elecciones nacionales. Pierden también asesores parlamentarios, que se les dan adicionalmente a los partidos cuando tienen dos o más diputados, y pasan a tener solo lo que cada diputado puede tener; es decir disminuyen sus asesores y otros recursos legislativos. Tontitos no son. También la Jefe parlamentaria, la diputada que enseña a mentir, pierde derechos y privilegios que le da esa condición. Se convierten en “diputados anónimos”, sin bandera partidaria; adquieren el nombre que se le ha dado a ese tipo de diputados que se salen o renuncian de un partido y se les empieza a llamar “independientes”. Pero, en esa condición de “independientes” pasan a ser “independientes individuales”, cada uno de ellos, porque no se les puede dar una categoría grupal, aunque sean todos de un mismo partido, como un nuevo grupo partidario dentro de la Asamblea porque no fueron electos como diputados por ningún otro partido. No existe en la Asamblea Legislativa nada reglamentaria, ni legalmente, que los pueda cubrir, a todos ellos, bajo la bandera grupal de “independientes”. Ni el Tribunal Supremo de Elecciones puede darles otra categoría o reconocimiento electoral. Solo el que tienen, de diputados del Partido Progreso Social Democrático; o reconocerlos como diputados independientes, sin que eso le dé electoralmente ningún derecho parlamentario, que solo los partidos como tales pueden tener; o las fracciones legislativas oficiales tienen por la reglamentación parlamentaria.

El Presidente Chaves es más jugado de la cuenta. No hay que sorprenderse de sus actuaciones. Tres partidos cantonales le dan bulla. Su accionar político está orientado, por ahora, a las zonas rurales y marginales del país, que, aunque haya caído en su apoyo en las encuestas, le siguen dando réditos porcentuales importantes. La clase media que activa o pasivamente votó por él, directamente o absteniéndose de emitir el voto, ya empezó a activarse en las encuestas negativamente a su favor.

El Presidente Chaves sabe moverse en el terreno de la beligerancia política, que le da réditos. Sus ataques constantes a los poderes públicos, a las instituciones, o a los políticos y funcionarios que enfrenta, lo colocan en el terreno de la participación política constante sin que se le pueda acusar de beligerancia. Tan solo lo señalo. Soy partidario de que el Presidente tenga beligerancia política, como sucede en los países europeos, en Estados Unidos y en los países latinoamericanos. Lo que digo es que eso es lo que le da todavía puntaje para las encuestas. Su mal gobierno, la inestabilidad de su Gabinete y del Poder Ejecutivo con renuncias en promedio cada 13 días; su ineficacia en obras de gobierno, su incumplimiento en satisfacer necesidades ciudadanas de salarios e ingresos, costo de la vida…le minarán cada vez más su imagen. En el tobogán electoral y de gobierno es claro que ya está en el inicio de la curva principal de su descenso.

Las elecciones ya inminentes le paralizarán su caída pública. Se reflejará su situación en las elecciones con los partidos que participe. Este es también su reto; de cómo en estas elecciones se percibe su obra de gobierno, y su propia imagen de gobernante.

Es claro que el Presidente Chaves desearía reelegirse inmediatamente. No puede hacerlo constitucionalmente. Legalmente, aunque han estudiado esa posibilidad, no se han atrevido todavía a presentar un Proyecto de Ley en esa dirección, para una modificación constitucional. El tiempo en este sentido ya literalmente se encuentra al límite.

Frente a este escenario, ¿qué le queda al Presidente? Impulsar un candidato presidencial de su total confianza, que lo pueda mantener políticamente activo en su Gabinete como Ministro. Ya se está impulsando la candidatura del actual Ministro de Obras Públicas, a quien algunos consideran su “Delfin”, su más “allegado” y de “mayor confianza política” en este sentido. Ya lo han anunciado. Para eso no tiene ninguna prohibición constitucional ni legal. El Ministro no está obligado a decir que está en política electoral desde su ministerio, ni está obligado a impedir que se construya un movimiento a su favor de ciudadanos, que libremente pueden hacerlo, convirtiéndolo en un personaje presidenciable. En todo caso, este anuncio que ya se hizo puede servir para ir midiéndolo, valorándolo, en esa posibilidad.

El otro que se rumora que le van a hacer un movimiento similar es al Ministro de Hacienda. Y, hay quienes aseguran, que la misma Ministra de Educación, de mantenerse hasta el final en el Gabinete podría ser otra opción. Claro está que la diputada asesora en cómo mentir no puede aspirar a la Presidencia porque no es costarricense de origen; aunque se rumora que están preparando un Proyecto de Ley para permitir que “nacionalizados”, con ciertas características, puedan serlo.

En cuanto a la diputada Luz Mary Alpízar podrá ser candidata a la Presidencia, en el 2026, como lo serán sus compañeros diputados Fabricio Alvarado y Eli Feinzaig. Ninguno de los diputados puede reelegirse de manera continua. Ya hay un Proyecto de Ley en posibilidad de que se puedan reelegir.

Lo que le queda a la diputada Luz Mary Alpízar, respecto a esos nueve diputados, que la han traicionado, es convocar a la Asamblea Nacional de su Partido para establecer en sus Estatutos la posibilidad de expulsión de sus filas de aquellos diputados electos, que ya electos, le den la adhesión a otro partido político, como lo han hecho los nueve diputados de su fracción partidaria; que participen en asambleas o actos públicos, en su condición personal o de diputados, de otros partidos o en actos constituyentes de otros partidos; que comprometan en ese sentido al partido que los eligió, como lo están haciendo ellos. Ese es el camino para quitárselos de encima, si eso no está establecido en los Estatutos. En este momento tiene su Asamblea Nacional. Si los diputados no forman parte de la Asamblea Nacional, y no forman parte de ninguna estructura partidaria que les dé participación en la Asamblea Nacional poco pueden hacer o apelar en este sentido.

Diputada Luz Mary Alpízar, Presidenta Progreso Social Democrático, convoque la Asamblea Nacional para esta reforma estatutaria. ¿Qué espera? ¿Qué la empiecen a minar desde las asambleas cantonales, que se lo pueden hacer?

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