Luis Alberto Monge

Fernando Berrocal Soto

Luis Alberto Monge no necesita la defensa de nadie. Como Ex Presidente de la República y como líder nacional, hace mucho que entró por la puerta grande, por la de los Patricios, en la historia de Costa Rica.

Un insignificante e ignorante líder sindical, elevado por circunstancias de la política, a la condición de Diputado, miembro de la Fracción del Frente Amplio (FA), utilizó el Plenario de la Asamblea Legislativa para insultar y difamar a Luis Alberto Monge, en días pasados.

Esa pequeñez debería ser ignorada, pero como en política el que calla otorga, quiero recordar tan solo que Luis Alberto Monge, además de líder sindical en los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, fue Secretario General de la ORIT, con sede en México, que es la Organización Regional Sindical más importante de América Latina. También fue un alto funcionario de la OIT, organización de las Naciones Unidas dedicada a los temas del trabajo y de los trabajadores, así como de la justicia y la equidad social, en todo el mundo.

Fue ahí, cuando trabajaba en Ginebra, Suiza, en la sede la OIT, adonde lo fueron a buscar don Pepe, don Chico y Daniel Oduber, para fundar el Partido Liberación Nacional, de línea social democrática, reformista y progresista, como instrumento político esencial del pueblo costarricense para luchar por una sociedad que, en libertad y con democracia, pudiera enfrentar los desafíos objetivos del desarrollo económico, al mismo tiempo que construir un país con justicia y equidad social. En tal condición, es uno de los Padres Fundadores del más importante partido político de la historia de Costa Rica.

Como Presidente de la República, la historia le dio la responsabilidad de liderar a nuestro país en medio de la crisis economía y financiera más difícil del siglo XX y lo hizo con sabiduría, con prudencia y con mano firme, después de que otro gobierno había dejado en bancarrota al Banco Central y quebrado al sector productivo nacional. Sus funciones al frente de la Jefatura del Estado las cumplió con una especial dignidad y sin olvidar nunca su origen campesino y humilde y la impronta del ser costarricense.

Pero, además, a Luis Alberto Monge se le debe la profundización y la consolidación del Movimiento Cooperativo en nuestro país y la Ley del Solidarismo, aprobada durante su gestión como Presidente de la República. Muchos años antes, como Diputado de la Asamblea Legislativa, fue el promotor de la ley que le dio a los trabajadores el derecho a un décimo tercer mes, al finalizar el año de trabajo. A él se debe también la Ley que regula las relaciones entre los Beneficiadores y los Productores de Café, fundamento de la paz social en la época en que la economía nacional dependía de la agricultura del café. Por ello, su impronta como dirigente y líder nacional, está en todos los aspectos del sólido y decisivo Sector de Economía Laboral, sin el cual no se puede explicar las razones por las que la democracia costarricense es tan singular y específica, diferenciada y sólida, entre los países de América Latina.

Felicito a la Fracción del Partido Liberación Nacional por haber salido en defensa de uno de los grandes líderes de la Costa Rica moderna.

Al enano que lo insulto y lo difamó, como anticipo de la radicalización que quieren los del Frente Amplio, un sector del PAC y un grupo sindical, solo le decimos que el ridículo de su estatura pública, aunque transitoriamente sea Diputado y miembro de la Asamblea Legislativa, no le otorga credenciales para siquiera pronunciar el nombre de Luis Alberto Monge. En cuanto a la radicalización que quieren en el país, si eso es lo que quieren y nos buscan, van a encontrar a los hombres y mujeres de Liberación Nacional, como siempre, desde nuestros orígenes, en el camino y en la lucha sin fin por la libertad y la democracia en Costa Rica. En el campo que quieran. Esperamos que sea en el del diálogo constructivo y patriótico. Pero también en cualquier otro.