Pueblo Dogón en los acantilados │ Bandiagara, Malí
El culto a los muertos, a la Tierra y las prácticas totémicas pone de manifiesto la viva fe de esta cultura milenaria y maravillosa.
No se conoce con exactitud el origen de los dogones, aunque se rescatan algunas tradiciones orales. El pueblo se hace llamar Dogón, pero en la antigüedad se lo denominaba Habe, que significa «paganos.» Ciertas teorías sugieren que la tribu posee una ascendencia egipcia antigua.
Poseen tres cultos principales
Awa, es un culto a los muertos. Tiene el propósito de reordenar las fuerzas espirituales que se perturbaron por la muerte de Nommo, un ancestro mitológico de gran importancia. En las ceremonias de baile, se debe guiar las almas de los difuntos a su lugar de descanso final en los altares familiares, y consagrar su paso a las filas de los antepasados. Durante la danza, los miembros se cubren con máscaras funerarias adornadas y talladas. Lebe, corresponde al Dios de la Tierra. En su homenaje se ofician ceremonias para la pureza de la tierra. Todas las aldeas Dogón tienen un santuario Lebe cuyos altares poseen pedazos de tierra, para favorecer la fertilidad del suelo.
El culto a Binu es una práctica totémica. Un tributo a los antepasados, donde se comunican con los ancestros y se ofrecen sacrificios agrícolas.
Los mitos y misterios
Se dice que los dogones tienen inexplicables conocimientos astronómicos, corno el Sirio B, estrella gemela de Sirio que resulta invisible al ojo humano. Lo que ha hecho que muchos supusieran que este pueblo había tenido contacto con extraterrestres. Sin embargo, todos sus conocimientos astronómicos se limitan a los que se disponía en 1932, errores incluidos. Esto lleva a pensar más en un caso de contaminación cultural -sumada a la manipulación de los datos antropológicos por parte de los partidarios de los astronautas de la Antigüedad- que a un conocimiento astronómico cierto de Sirio B por parte de los dogones.