Los nubarrones no se aclaran

Luis Alejandro Álvarez Mora

Ya casi se cumplen cuatro años desde que el entonces Presidente Solís, defendiendo el presupuesto para el 2015 y criticando los recortes, nos decía en cadena nacional de televisión que: «Ciertamente, el déficit fiscal es uno de los mayores desafíos que afronta el país. Entendemos su gravedad y estamos empeñados en resolverlo. Sin embargo, nunca he dicho, porque no lo creo, que este sea el más importante ni el único problema que exige atención urgente del gobierno y de toda la ciudadanía».

La historia se cuenta sola, ese presupuesto fue aprobado por mecanismos ilegales e inconstitucionales, lo que fue confirmado por la Sala Constitucional.

Antes de concluir su periodo, el Presidente de las selfies, y los trajes, y quien pareciera nunca supo nada de lo que pasaba en Casa Presidencial durante su Administración, le dijo al país que: “Existe suficiente evidencia del manejo responsable, y hasta heróico, de esta adminstración en el tema de las finanzas públicas.”

Esa frase rimbombante del heroismo fiscal y responsable de Solís Rivera se desplomó, como lo hizo hace miles de años el Coloso de Rodas.

Ahora, en la continuación de la Administración Solís Rivera, y con uno de sus ex ministros sentados en la Antigua Casa de Cristal, salió a la luz la realidad de los faltantes presupuestarios, un “hueco fiscal”, de cifras alarmantes, y que comprometen aún más el maltrecho estado de las finanzas públicas.
La realidad nos reventó en la cara.

Solís nos dejó al borde de un abismo.

Todo parece indicar que este tema terminará en manos de la Fiscalía donde se sentarán las respectivas responsabilidades, incluyendo las contradicciones y afirmaciones de los jerarcas de la administración pasada.

Como cuando un barco que hace aguas, se percibe un caos generalizado y vemos a diferentes sectores buscando protege sus intereses y reducir el impacto del ajuste a que estamos obligados: funcionarios de diversas entidades en huelga; el Poder Judicial contestando tardíamente una consulta donde se resuelve que se requieren 38 votos para aprobar el proyecto de los impuestos.

No podemos obviar a un rector universitario invitando a participar en las marchas, de quien en medio de todo este barullo se hizo público que a pesar de tener un salario base que casi llega a los setecientos mil colones, recibe cuatro millones por anualidades, y que sumando otros reconocimientos y beneficios acumula un ingreso mensual de ocho millones y medio, de colones.

El mejor ejemplo de cómo estos beneficios, de los que en sector privado se carecen, distorcionan el uso de los fondos públicos, y se genera desigualdad.

El sector cooperativo invirtiendo 70 millones de colones para hacer lobby y campaña para que estas entidades queden liberadas del pago del impuesto de la renta.

Los médicos mantienen su enganche salarial, gracias al voto de unos de los diputados del partido de gobierno.

Mientras todo esto acontece, el liderazgo del Presidente no se hace sentir, visita comunidades y se efectúan concejos de gobierno a puerta cerrada.

Da la impresión que ya ni se acuerda de los garantes de la ética, y ha sido omiso en informarnos sobre los resultados del trabajo de los notables asignados por esta adminstración. A la fecha seguimos sin conocer los resultados de estas iniciativas.

La Vicepresidente y Canciller sigue con los cuestionados nombramientos, aflorando en las últimas horas la solicitud de nombrar como embajadora a una persona cercana; se hacen públicas contrataciones y nombramientos de personas cercanas a los ministros en puestos claves.

El Ministro de la Presidencia, que hasta hace poco aparecía un día si, y el otro también, en los medios, hoy pareciera relegado, y es al único ministro al que se le envía a visitar concejos municipales para exponer sobre el plan fiscal.

Los nublados del día se han tornado en nubarrones.

Estos nubarrones no se aclaran, pareciera que pueden convertirse en alguna de esas tormentas que siempre nos acompañan en el mes de octubre.

Abogado y Notario Público

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