El pueblo fantasma alemán, Kolmanskop
En 1908, un ferroviario llamado Zacharias Lewala encontró una piedra brillante enterrada en la arena de Sperrgebiet (la zona prohibida), no lejos del puerto de Lüderitz, en Namibia. Se la llevó a su jefe alemán, que rápidamente la reconoció como un diamante, desatando un frenesí que rápidamente llevó a la construcción del pueblo alemán de Kolmanskop.
En los años siguientes, este enclave minero se convirtió en la ciudad más rica de África, con lujosas casas, una bolera, un casino, una fábrica de hielo y la primera estación de rayos X del sur de África. En su apogeo, la ciudad llegó a albergar a 300 adultos alemanes, 40 niños y 800 trabajadores de la tribu owambo.
Pero, como todas las ciudades en auge, quebró. Tras alcanzar su apogeo en la década de 1920, Kolmanskop perdió su esplendor cuando se descubrieron yacimientos de diamantes más al sudeste y disminuyó el suministro local, tras desenterrarse una tonelada de las preciosas gemas a lo largo de las décadas. Los últimos habitantes abandonaron la ciudad en 1950.
Ahora, sucumbiendo al desierto del Namib, las ruinas de Kolmanskop, anegadas por las dunas, no parecen más que un paisaje surrealista sacado directamente del pincel de Giorgio de Chirico. Aunque hay otras ciudades fantasma en Namibia, ésta es sin duda la más famosa, ya que su paisaje de otro mundo ha servido de telón de fondo para muchas series de televisión y películas.
Hoy, la taberna del pueblo fantasma (amueblada con objetos del abrevadero original) es un oasis turístico, y la bolera parece estar en muy buen estado, preservada por el clima seco. La carnicería también sigue en pie, y es allí donde la gente ha sentido una presencia inquietante y ha oído pasos y voces. Y los turistas han visto «personas» que se desvanecen en el aire. Los mineros alemanes de Kolmanskop han pasado a la historia, pero sus espíritus, como los diamantes, son eternos.
Basado en The world’s most haunted places de LIFE