Venecia sombría, Italia
«Cuando un hombre malvado muere, se despierta en Poveglia», o eso dicen en Venecia, refiriéndose a la isla desierta de 7 hectáreas en la laguna sur de la ciudad que la revista Time calificó como la más embrujada del mundo.
A lo largo de los siglos, por la isla han pasado instituciones psiquiátricas (que practicaban lobotomías innecesarias) y miles de víctimas de la peste (al parecer, desde la época romana), con el resultado de tantas muertes que se dice que el suelo tiene un porcentaje de cenizas humanas. Y el aire está lleno, dicen, de fantasmas, el más famoso de los cuales es una víctima de la peste conocida como la Pequeña María, de la que se dice que llora mientras mira fijamente a través de la laguna, añorando su hogar perdido en Malamocco.
El lugar está tan repleto de escombros y restos institucionales que no se permite a los turistas pisar el lugar, aunque un equipo del programa de televisión Ghost Adventures se instaló allí durante 24 horas en 2009, pero puede que eso cambie algún día. En 2o14, en un intento de saldar su deuda, Italia vendió el lugar a un empresario italiano por unos 704.000 dólares. Aunque el gobierno esperaba que se convirtiera en un hotel de lujo, a pesar de las protestas de los venecianos que luchaban por preservar la brutal historia, el promotor nunca llevó a cabo la construcción.
Otro escenario siniestro es Ca’ Dario, el palacio del siglo XV conocido como la «Casa sin retorno». Según dicen, un porcentaje anormalmente alto de personas que han vivido entre sus muros han muerto de forma no natural. También está la Casa degli Spiriti (Casa de los Espíritus), donde se dice que habita el fantasma de un suicida. Y la acertadamente llamada Calle degli Assassini (Calle de los Asesinos) está embrujada por los fantasmas de muchos de los que fueron asesinados allí.
Está claro que la muerte en Venecia es sólo el principio. Los supuestos espíritus de las callejuelas de esta laberíntica ciudad parecen tan presentes como los turistas que abarrotan el famoso Puente de los Suspiros, por donde cruzaban los condenados del Palacio Ducal a la prisión del otro lado del canal. El nombre del puente debe tomarse al pie de la letra, ya que desde hace siglos se oyen aquí suspiros sin cuerpo.
Como escribió el artista Arbit Elatas, que trabajó en Venecia, sobre la capital del Véneto: «La obra está acabada, pero los ecos permanecen».
Basado en The world’s most haunted places de LIFE