Los lugares más embrujados del mundo

París paranormal, Francia

Père Lachaise

El 14 de julio de 1931, mientras París celebraba el Día de la Bastilla, la princesa Anna Obolensky Troubetzkoy cayó casi 300 metros desde la tercera plataforma de la Torre Eiffel. Se acababa de casar y parecía estar de buen humor. Pero las cartas que encontró en su bolso demostraron que se había suicidado. La princesa, una de las cientos de personas que han saltado desde la Dama de Hierro desde su construcción en 1889, forma parte de las muchas almas que rondan el símbolo nacional de Francia.

Se mire por donde se mire, la Ciudad de las Luces tiene un lado oscuro, desde los espíritus del Louvre, que algunos han calificado como el edificio más embrujado de la ciudad, hasta las espeluznantes catacumbas, pasando por el cercano Versalles. No, los orbes y sombras ectoplasmáticas que a veces se ven en la sección medieval del museo no son, en realidad, instalaciones artísticas, sino tal vez los espíritus de personas que estuvieron encarceladas allí. Una entidad especialmente conocida es el «Fantasmita Rojo», que, según se dice, fue visto por personajes de la talla de Catalina de Médicis y Napoleón.

Muchos lugares espeluznantes figuran en grandes obras de la literatura francesa. La catedral de Notre Dame es conocida por su Jorobado, y la Ópera tiene su Fantasma. Pero en la «vida real» estas estructuras están embrujadas, respectivamente, por figuras vestidas con altos sombreros puntiagudos y por el fantasma de una mujer suicida que deambula por las calles en busca del hombre que la dejó plantada.

Aunque los parisinos, famosos por su sentido práctico, ven en Père Lachaise, en todo su esplendor gótico, ni más ni menos que un cementerio, se dice que está embrujado por Oscar Wilde, Marcel Proust, Jim Morrison y una serie de, digamos, mortales menores.

Basado en The world’s most haunted places de LIFE

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