Los ladrones corren rápido

Crónicas interculturales

Por Remy Leroux Monet

Remy Leroux

¡No crean! A veces la Avenida Central de San José se torna en un carril de carreras semi-olímpicas en el cual zigzaguean peligrosamente jóvenes atletas en general bien apuestos entre la multitud de peatones del “mall más grande del País” como lo pregona el Alcalde.

He observado últimamente que cada día más mujeres realizan este recorrido. Los varones pues perdieron la exclusividad.

Estos corredores habían desaparecido con la pandemia pero están de vuelta con la reapertura paulatina del comercio capitalino.

¿Por qué corren? Y ¿por qué tan rápido?

Apliquemos un zoom para observar dichos gimnastas como de más cerca.

¿Qué más vemos? Descubrimos que están sujetando fuertemente en general bajo el brazo derecho casi todos una misteriosa caja de cartón muy colorida y de forma rectangular. Además sostienen este encargo con suma precaución. La velocidad de su paso siempre me hizo pensar que se estaban escapando digamos de una tienda después de robar esa caja.

Al pensarlo bien, no puede ser la caja el objeto de tanto cuidado. ¿No sería más bien su contenido? Buscar la respuesta constituye otra diligencia para mis buenos amigos detectives James Bond, Sherlock Holmes, Hercule Poirot, Jacques Closeau y Compañía. Y ¿qué contenido sería?

Un buen día, después de meses de profunda investigación, observación y análisis, logré divisar sobre la bendita caja el ícono de una marca conocida. ¿Adivine de qué era? ¡Pues de zapatos!

De repente todo se aclaró. Esos jóvenes que taché de ladrones huyendo del lugar de sus fechorías son en realidad meros empleados de tiendas de zapatos que para intentar satisfacer el gusto de los clientes van a otra sucursal buscando talla y color que sean de agrado para los mismos.

Les pido perdón por pensar que eran ladrones.

Empero, me queda una interrogación tremendamente angustiante: ¿fueron reclutados por sus talentos de vendedores o bien de corredores?

Remy Leroux Monet, ciudadano francés, visitó por primera vez Costa Rica en 1978, y desde entonces no se ha separado nunca de nuestro país. En 1993 migró definitivamente. Siendo un atento observador de su entorno, tiene por afición resaltar diferencias entre sus dos países, el de nacimiento y el de adopción.

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