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Carlos Revilla M.
Una de las razones más mencionadas para la crisis que vive el Partido Liberación Nacional, es su desvarío ideológico. Claro, hay muchas otras razones, pero está en particular es muy importante. Bien que mal, el norte de un partido político se lo da su ideología, en este caso la socialdemocracia; bueno por lo menos en teoría, esto debido a que muchos dicen (decimos) que ya el PLN dejó de ser socialdemócrata.Este asunto de la ideología se las trae. El partido sigue pregonando urbi et orbi que continúa siendo socialdemócrata.
Sobre este tema veamos que nos dice Guido Mora:
“Muchos jóvenes —y otros ya no tan jóvenes— han sido seducidos por ideas liberales, que identifican como propias de la «socialdemocracia» y no son más que una mal entendida «social democracia empresarial», que más que un medio, es un fin en si misma, para beneficiar personas o grupos, mediante el uso de la política y el poder. ‘El bienestar del mayor número’, pasó a segundo plano”.
Efectivamente, hay una corriente muy fuerte en liberación, que se ha dedicado a reinventar la socialdemocracia, solo que a su medida, es decir la estiran como quieren para que se acomode a sus intereses particulares. ¿Suena esto conocido?, claro que si, es lo que se ha llamado con otros nombres como “socialdemocracia remozada”, “socialdemocracia flexible” y también como “socialdemocracia moderna” o su nueva encarnación la “socialdemocracia empresarial”. Es un intento —bastante burdo por cierto— de hacer pasar otra cosa como socialdemocracia, algo así como descubrir la cuadratura del círculo o hacer el mimetismo ideológico.
Pero al final de cuentas, es el mismo neoliberalismo de siempre, eso si un poco edulcorado, para guardar las apariencias. De nuevo es la socialdemocracia “chupando rueda” de la derecha. Aquí el gran problema, es que esto lo que evidencia es el vacío de ideas y propuestas verdaderamente socialdemócratas, que hace que se tenga que buscarlas en otro lado. Y desgraciadamente, como mencioné, ese otro lado es la derecha, e incluso más allá. Ya ni siquiera la socialdemocracia es gestora o administradora del capitalismo, vergonzantemente diría yo, dejo suelta la bestia, y ya ni siquiera le administra tranquilizantes.
Todo esto no es pecata minuta. Hemos sido testigos del deterioro de todos los indicadores sociales. Especialmente grave el gran aumento de la desigualdad las dos últimas décadas, de los cuales de esos 20 años, en ocho de ellos —un 40% del tiempo—, el PLN estuvo en el poder, y donde en vez de detenerse la tendencia, más bien esta siguió aumentando a un ritmo más acelerado. Es importante hacer notar que la tendencia en la mayor parte de Latinoamérica es más bien hacia la disminución.
Sobre este tema se acaba de dar un interesante intercambio entre Bernal Jiménez y Gerardo Corrales, que tienen en común, que ambos son economistas y liberacionistas; pero hasta ahí llegan las coincidencias. Uno, Jiménez, es socialdemócrata, así sin apellidos, y el otro, Corrales, es uno de los más conspicuos representantes de la “socialdemocracia empresarial”.
Para ilustrar ese intercambio, les transcribo el argumento final de don Bernal, que me parece realmente es la parte importante y medular, esto porque nos hace ver con claridad quienes son los falsos profetas de la socialdemocracia.
“Gerardito: con su mentalidad de contador, no se desarrolla un país.
Yo no difiero de sus ejemplos de ineficiencia pública y usted sabe que comparto también la posición de combatir el despilfarro en el sector público. Pero eso no es lo que se está discutiendo.
Lo que se está aquí tratando macroconómicamente, es cómo debe evolucionar el gasto público en un futuro, en el el proceso de desarrollo.
Tema que es fundamental cuando se dice ser socialdemócrata, si es que lo es.
No estoy en contra de las reformas al Estado, —todo lo contrario, hace años que las propicio— para lograr eficiencia, y como diputado desde 1984 incluí la obligación legal de evaluar los programas de Gobierno para medir los resultados. Todas sus propuestas de ahorro en el gasto Gerardo, no las oí de las cámaras patronales, las viví enfrentando como Ministro de Hacienda, los deseos de aumento de los ministros, o de los empleados públicos en general. Igualmente como diputado luche siempre contra aumentos presupuestarios sin contenido financiero.
Muchos años en esa lucha contra el incremento desmedido del presupuesto, que algunos propiciaban. Difícil que me quieran dar lecciones sobre un problema sociológico-político que lo viví, no me lo contaron.
Menos venir a querer dar lecciones con lugares comunes sobre las reducciones de gasto, que todos más que conocemos.
Lamento que se resienta cuando digo que es escurridizo —creo no es ninguna ofensa, y no tengo el menor deseo de ofender— pero siempre que se plantea un problema para deliberar sobre el, sales con cifras y argumentos de otro tema, y eludes el corazón de asunto.
Tengo muchos ejemplos, pero no vale la pena ahondar en eso.
Creo que de ningún modo se debe ser prepotente y hasta irrespetuoso, menos cuando no se cuenta con las credenciales académicas e ideológicas y la experiencia en determinada disciplina.
No me obligues a darte los ejemplos.
Yo estoy en este chat para conversar sobre el futuro del PLN, y tratar los problemas nacionales. JAMÁS estoy defendiendo la incompetencia y menos los malos manejos público para que usted los meta en la discusión, como si yo apoyara eso. Por tal motivo lo llame escurridizo, porque cuando debate abandona el tema principal y habla de otros asuntos, tal como acaba de acontecer. Ahí está la prueba.
Tengo que decirle con franqueza que en estas discusiones sobre el futuro desarrollo nacional hay dos elementos fundamentales de las que carece, y por eso con estimación le digo que ha sido un error mío discutir con usted, aunque le reconozco muchos otros valores importantes que posee.
Primero para hablar sobre las políticas públicas para el desarrollo, aparte de algunas disciplinas sociales, conviene conocer los modelos de crecimiento del mundo desarrollado, para analizar y utilizar en lo que corresponda, esos modelos. No se requiere ser necesariamente economista, pero al menos se debe haber saber sobre las doctrinas e historia económica.
Segundo, se requiere, para pensar y opinar sobre el futuro económico de Costa Rica, y querer sentar cátedra, tener un acendrado pensamiento socialdemócrata que viene del fondo del corazón y de las influencias de sus padres, profesores y mentores políticos y que no se adquiere como las divisas de campaña de cada cuatro años, para temporalmente ponérsela en la solapa.
Espero que me comprenda Gerardo, usted irrumpió en este chat queriendo imponer ideas ajenas a la socialdemocracia, y más que como un soldado del PLN, como un soldado de las grandes empresas.
Soy un empresario que he luchado en el sector privado hace más de 60 años
Soy acendrado seguidor de la libre competencia.
Pero hace más de esos 60 años que me apegue al pensamiento socialdemócrata, y creo que los principios están por encima de los intereses personales.
Cuando en un chat de ideas, como este, alguien irrumpe contaminando pensamiento socialdemócrata, quizás por mis años o por mi apego a esos principios -tal vez equivocadamente- con respeto pero con vehemencia los combato, porque la presencia de esas ideas derechistas distorsiona el pensamiento y la futura acción del PLN y sobre todo puede influenciar en la juventud.
Nada ad-hominen contra usted, todo lo contrario guardo simpatía y aprecio por su persona, pero ha venido a querer imponernos ideas derechistas inconvenientes al pueblo de Costa Rica, al cual se debe el PLN.
A estas alturas de mi vida no me interesa ganar una discusión o con prepotencia imponer criterios. Solo me interesa defender lo que creo es bueno para Costa Rica, mas que por mi extensa vida académica, por lo que he visto y vivido en esta querida tierra y en el exterior.
Un sincero abrazo para usted Gerardo.”
El texto es un poco largo, pero su lectura es “oro puro”, esto porque pone las cosas en su lugar.
Lo anterior hablando del tema económico; queda todo el tema social, donde el desvarío del PLN es aún mayor, ya casi llegando a las posiciones de la extrema derecha. Eso se ve con claridad en temas como migración, derechos LGTBI, derechos de las mujeres, etc.
Triste panorama para Liberación Nacional y la socialdemocracia.
Personas como Gerardo Corrales y otros que pululan por ahí, son los que hacen que los que nos fuímos del PLN pero seguimos siendo socialdemócratas y figueristas (Figueres el viejo, por supuesto), nos cueste considerar la posibilidad de volver.