Lecciones aprendidas sobre la transición energética (II)

El caso de Noruega (II)

Roberto Dobles
roberto.dobles@gmail.com

Roberto Dobles

En Noruega, se ha entendido muy bien que la energía es un impulsor (“driver”) y un habilitador (“enabler”) fundamental del bienestar económica, social y ambiental y que, para tener éxito en la transición energética, se debe asegurar una disponibilidad continua de la enorme cantidad de recursos financieros que requerirá la transición durante décadas.

En la columna anterior y en ésta se demuestra claramente cómo la política energética y la transición energética han tenido un enorme impacto positivo en el progreso rápido y continuo del desarrollo económico, el progreso social y la sostenibilidad ambiental, lo cual ha puesto a este país en uno de los niveles más altos en los índices mundiales económicos, sociales y ambientales.

Entre muchos otros requerimientos económicos, sociales y ambientales que se satisfacen con la riqueza generada por la producción y exportación de los recursos energéticos nacionales, este país asegura la disponibilidad continua de un amplio financiamiento con una parte de la gran riqueza nacional que le provén la producción y la exportación de las fuentes de energía no renovables (petróleo y gas natural), las cuales van a ir progresivamente siendo desplazadas en las próximas décadas por las nuevas fuentes de energía.

En otras palabras, la producción y exportación de petróleo y gas natural (se exporta el 95% del petróleo y del gas natural que se produce) es la principal fuente de riqueza nacional que provee, y proveerá en el futuro, el masivo financiamiento que es necesario para impulsar el desarrollo sostenible económico y social, la transición energética y el fortalecimiento del Fondo Soberano de Riqueza Nacional.

El Gobierno ha sido claro en señalar que mientras el mundo necesite petróleo y gas natural, Noruega lo va a proveer para fortalecer la seguridad energética mundial durante la transición energética y coadyuvar en atenuar y evitar crisis energéticas globales durante este largo período, con un importante énfasis en apoyar la seguridad energética de Europa.

Noruega continuará apostando fuertemente a las energías renovables para su transición energética mientras que al mismo tiempo seguirá exportando petróleo y gas natural más allá del 2050, mientras el mundo necesite estos dos recursos naturales para su seguridad energética y económica.

Una parte de los ingresos obtenidos por la producción y exportación de petróleo y gas natural es la que está pagando la transición energética, y la seguirá pagando durante décadas, ya que es la principal fuente de financiamiento de la transición.

Este país no se ha quedado estático en la búsqueda de soluciones para coadyuvar en resolver progresivamente la crisis climática global. No solamente es el país que más ha avanzado en el mundo en la transición energética y es uno de los que más están apoyando a los países en vías de desarrollo en la reducción de gases de efecto invernadero, sino que además está impulsando nuevas soluciones tecnológicas.

Una de esta soluciones que Noruega está impulsando es el desarrollo y comercialización de soluciones para la captura, almacenamiento y uso del CO₂, creando empleos rentables y reduciendo las emisiones climáticas globales de una manera sostenible y rentable.

En este campo, Noruega busca tener un sector industrial que sea uno de los más limpios, modernos y energéticamente eficientes del mundo, basado en soluciones de alta tecnología, con gran creación de valor y bajas o cero emisiones netas de gases de efecto invernadero.

Todo esto se desarrolla en gran medida con los recursos provenientes de su producción y amplia exportación de gas natural y de petróleo.

Un artículo titulado “Norway Will Boost Green Energy But Won’t Stop Oil and Gas Development”, publicado por el Journal of Petroleum Technology (JPT), señala lo siguiente:

Noruega ha adoptado un enfoque dual para la transición energética. En su libro blanco de energía recién publicado, el gobierno noruego indica que está comprometido a producir energías renovables y reforzar su red eléctrica, pero no está dispuesto a detener el desarrollo de sus recursos de petróleo y gas natural.

El gobierno quiere que los recursos energéticos nacionales sean la base para más empleos y más prosperidad en la sociedad, razón por la cual el libro blanco sobre energía se ha titulado “Puting Energy to Work”.

La posición de Noruega como nación energética se va a desarrollar aún más en el futuro a través de nuevas iniciativas que abarquen otras fuentes, como el hidrógeno, la energía eólica marina, el fortalecimiento de la red eléctrica y un sector de petróleo y gas natural de bajas emisiones.

Este nuevo libro blanco amplía aún más el plan de acción climática integral del gobierno y demuestra cómo la energía renovable y la red eléctrica están sentando las bases para la electrificación y la eliminación gradual de la energía basada en combustibles fósiles en las próximas décadas.

El objetivo principal de la política de hidrocarburos del gobierno es facilitar la producción rentable en la industria del petróleo y el gas natural en una perspectiva a largo plazo, está firmemente establecido.

Este libro blanco deja claro que el sector petrolero y gasífero seguirá siendo un factor significativo en la economía noruega en los años venideros, aunque no en la misma escala que en la actualidad.

El gobierno indicó que seguirá con su política de exploración con rondas periódicas de concesión y que planea continuar la expansión de su industria de petróleo y gas natural mediante la entrega de más licencias para la exploración de combustibles fósiles.

Como prueba de su declaración de política energética, Noruega lanzó 84 nuevos bloques de exploración de petróleo y gas natural en el marco de su ronda de licencias “Awards in Predefined Areas 2021 (APA 2021)”.

Estos bloques se encuentran en el Mar del Norte, el Mar de Noruega y el Mar de Barents.

En enero del 2021, el Ministerio de Petróleo y Energía Fósil ya había otorgado a 30 empresas petroleras participaciones en 61 licencias de producción en la plataforma continental noruega.

Se planea otorgar nuevas licencias de producción adicionales durante el primer trimestre de 2022.

El Gobierno facilitará una industria noruega de petróleo y gas natural orientada al futuro, capaz de generar producción con bajas emisiones en el marco de la política climática del país.

Noruega vende su petróleo y gas natural en el extranjero y destina las ganancias a su fondo de riqueza soberana de 1,2 billones de dólares (“1.3 trillion dollards”).

Se espera que haga lo mismo con las energías renovables. Casi toda su electricidad es propia y se genera a partir de energía hidroeléctrica.

El país también es líder mundial en ventas de vehículos eléctricos. Casi la mitad de los autos vendidos allí el año pasado eran eléctricos.

Un artículo titulado “The Norwegian dilemma: fossil-funded energy transition”, publicado por The Energy Transition (The Global Energiewende), señala lo siguiente:

Noruega ha hecho cosas buenas con el dinero (proveniente del petróleo y del gas natural), como invertir en energías renovables, y ahora planea aumentar esas inversiones.

El país se enorgullece también de su apuesta por los vehículos eléctricos (que es más fácil cuando eres rico).

La apuesta por los vehículos eléctricos es una de las razones de la reestructuración.

Un artículo titulado “Norway to hold firm on oil, gas, energy transition under new government”, publicado por S&P Global en septiembre del 2021, señaló lo siguiente:

Se espera que los resultados de las elecciones de Noruega de esta semana mantengan las políticas existentes de petróleo y gas natural destinadas a maximizar las ganancias económicas del sector, cumplir con el suministro de energía europeo y convertir al país en un pionero en la transición energética.

Un artículo titulado “Banking on renewable energy, Norway outlines roadmap to turn into green industrial giant”, publicado por Offshore Energy, señala lo siguiente:

El gobierno noruego ha presentado una hoja de ruta para un impulso industrial verde, estableciendo medidas para llevar al país a una era de bajas emisiones de carbono a través del apoyo a siete sectores industriales, los cuales se consideran cruciales para frenar las emisiones y lograr los objetivos de cero emisiones netas.

Dentro de este marco, las energías renovables ocupan un lugar central como un facilitador clave de la transición hacia una industria verde.

Como lo señalan los estudios, en gran medida, gracias a su política energética y al desarrollo pleno y ambientalmente sostenible de todas las fuentes de energía que se encuentran en su territorio, Noruega se ha convertido en uno de los países más ricos del mundo con uno de los niveles de vida más altos del planeta y en un referente internacional del desarrollo sostenible y de la transición energética.

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