“Las culpas no son mías”

Circunloquio [*]

Yo no fui, le dice el güila a la Mamá, después que se jaló una torta. A veces se sale con la suya, otras no. Cuando crece puede seguir con la maña o madurar y asumir su responsabilidad.

Yayo Vicente

Yayo Vicente

El ornitorrinco (Ornithorhynchus anatinus) es una extrañeza biológica, veamos sus singularidades: son los únicos mamíferos que ponen huevos en lugar de parir a sus crías (monotrema, los otros cuatro son equidnas); los huevos los incuban en madrigueras durante unos 10 días; un hocico ancho, plano y cubierto de una piel suave, rasgos más parecidos a los encontrados en el «pico» de un pato, pero en realidad es una estructura blanda y altamente sensible; tiene menos receptores olfativos que los otros mamíferos, pero puede oler bajo el agua con sus electrorreceptores vomeronasales, que le permiten detectar señales eléctricas de sus presas bajo el agua (peces, insectos, crustáceos); caza bajo el agua, cerrando ojos, oídos y fosas nasales, y usa su pico para encontrar alimento; no tiene estómago diferenciado, el esófago se conecta directamente al intestino; glándulas mamarias sin pezones, las hembras secretan leche a través de la piel (poros), las crías lamen la leche de los surcos en su abdomen, algo así como sudar leche para que la cría la tome lamiendo; su genoma combina rasgos de mamíferos, aves y reptiles, tiene 10 cromosomas sexuales (5 pares), comparado con los 2 que tienen la mayoría de los mamíferos; las patas delanteras están totalmente palmeadas, como aletas con membranas se extienden más allá de las uñas y son fundamentales para nadar; rema con las patas delanteras con gran agilidad (a diferencia de la mayoría de los mamíferos acuáticos que usan las traseras), usando las patas traseras y la cola para maniobrar, frenar y estabilizar el cuerpo; cuando camina en tierra, pliega las membranas hacia atrás para dejar expuestas las garras y poder caminar mejor, con sus fuertes uñas excava madrigueras en las orillas de los ríos.

Ornitorrinco

Su mandíbula está configurada de manera diferente a la de otros mamíferos. Tiene huesos adicionales en la cintura escapular, incluida una interclavícula y muestra algunos rasgos reptilianos en su esqueleto. Tiene un andar semejante a los reptiles, con las patas situadas en los lados del cuerpo.

Como se fuera poco, tienen un pelaje que absorbe la luz ultravioleta (UV) y la reemite como luz visible de color azul. La fluorescencia en mamíferos es un fenómeno poco común.

Mantiene una temperatura corporal de 31-32 °C, que contrasta con los 38 °C típicos de los mamíferos placentarios.

Es endémico de Australia oriental y Tasmania. En la lista del 2016 de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el ornitorrinco fue catalogado como «Near Threatened» (Casi Amenazado), debido a señales de declive en partes de su distribución original. En Australia, está protegido desde la primera mitad del siglo XX por leyes estatales y federales, no se permite su captura o exportación.

Winston Churchill

Winston Churchill

John Curtin asumió el cargo de primer ministro de Australia (1941–1945) poco antes del ataque a Pearl Harbor y la entrada de Japón en la II Guerra Mundial. Su preocupación que el conflicto se expandiera al Pacífico era legítima. La guerra estaba tocándole la puerta a su país, que militarmente dependía de Gran Bretaña.

Winston Churchill, el primer ministro de Gran Bretaña era aficionado a tener animales raros y exóticos y no tenía en su “colección” ornitorrincos. Le pidió a H.V. ‘Doc’ Evatt, ministro de relaciones exteriores de Australia, que le regalara seis ornitorrincos. Evatt sabía que su país tenía prohibida la exportación de ornitorrincos y que ninguno había sobrevivido un viaje largo.

Bajo el más estricto secreto, las autoridades australianas decidieron regalarle un solo ornitorrinco al primer ministro británico. Asignaron a una persona entrenada para el cuido durante la travesía, con agua del arroyo donde fue capturado y un suministro enorme de lombrices. Cruzando el canal de Panamá el animal murió y la congoja fue grande. Le inventaron a W. Churchill que la muerte fue producto de los sonares de los submarinos nazis. Entregaron al espécimen disecado.

Hoy sabemos que murió “cocinado”, la temperatura del agua donde lo trasladaban aumentó al llegar al trópico, excediendo la tolerancia de un animal tan especial.

La culpa es mía

Cuando se asume la responsabilidad o buena parte de ella, automáticamente se es dueño de esa proporción de la solución. Decir “soy el responsable”, es liberarse del güila que llevamos, para poder decir: “yo lo puedo resolver”. Claro que es más sencillo buscar un culpable, se libera uno de trabajo y se mantiene la conciencia tranquila.

Buscar a un “Chivo Expiatorio” no es ninguna novedad, pero significa que, ante el problema detectado, no se hará absolutamente nada.

Cuando hacemos nuestras las palabras: “¡por la gran puta, déjenme trabajar!”, debe traducirse como “¡qué clase de inútil que soy!”. Eso es así porque si decimos que todo lo que hicieron otros está mal, estamos confesando que sí hicieron y nosotros ni eso.

Hacer en democracia no es sencillo, pero lo ciertos es que así son las reglas para evitar excesos. Fue con los pesos y contrapesos inherentes a una democracia, que se abolió el ejército, se invirtió en salud y educación, se construyeron carreteras y puentes, se electrificó a todo el país, se hizo normal el agua intradomiciliaria, los pies calzados y las bocas sin dientes postizos, se negoció el CAFTA y quedó electo Rodrigo Chaves Robles.

Si se pueden hacer cosas en un Estado Social de Derecho, con respeto a las leyes (institucionalidad), tomando en consideración a los habitantes vulnerables y del futuro. Las pruebas son abundantes y el contraste de Costa Rica en su vecindario, refuerza lo dicho.

Maduremos

El «Chivo Expiatorio» es culpar a otro injustamente por problemas, errores o fracasos, para desviar la atención o la responsabilidad de los verdaderos responsables. Es práctica del Antiguo Testamento (Levítico 16), en la cual el sumo sacerdote hebreo simbólicamente transfería los pecados del pueblo a un macho cabrío, que luego era enviado al desierto. El cabrito era el «chivo expiatorio», un animal no humano que «pagaba» por las faltas de los demás.

Costa Rica es y será una democracia en construcción, nunca será perfecta. La utopía la debemos de correr conforme nos acerquemos. Lo que no está bien es convertir los problemas en culpas y siendo la cabeza de uno de los poderes, trasladar la responsabilidad a otros y quedarse en la inactividad y sin avanzar en el proyecto país.

Hemos perdido tiempo desde el 2022 y se ha deteriorado a la república. ¡Debemos de revertir el nefasto rumbo autoritario! Asumamos la culpa, asumamos la responsabilidad como votantes, la próxima vez que votemos tendremos en nuestras manos la posibilidad de expiar la culpa.

[*] CIRCUNLOQUIO. Viene del latín circumloquium. El Diccionario de Real Academia Española lo define como: “Rodeo de palabras para dar a entender algo que hubiera podido expresarse más brevemente”.

Revise también

Arsenio Rodríguez

Un Bello Amanecer

Conversaciones con mis nietos “El amor es la energía más poderosa y aún más desconocida …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *