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Carlos Revilla Maroto
Primero, no está de más un poco de historia:
Bajo el lema “La verdad nos hace libres”, la UNA fue creada el 15 de febrero del año 1973, mediante la Ley 5182, durante la tercera administración (1970-1974) de José Figueres Ferrer (don Pepe), y gracias a la perseverancia de Uladislao «Lalo» Gámez Solano, Ministro de Educación Pública de ese entonces.
Una vez constituida la parte legal de dicho proyecto quedaba por constituir las reglamentaciones para la creación de la comisión de organización de la Universidad Nacional, la comisión Ad-hoc, quedando en la misma las siguientes personas, Uladislao Gámez Solano, Óscar Arias Sánchez, y don Francisco Morales Hernández entre otros.
La UNA abrió sus puertas a la comunidad nacional el 14 de marzo de 1973, recogiendo la herencia de la Escuela Normal de Costa Rica y de la Escuela Normal Superior, aquella gran institución formadora de maestros y maestras, fundada en 1915 por Alfredo González Flores, hecho que cristalizó un sueño y un ideario de hombres y mujeres visionarios. Inicialmente se quiso hacer una universidad pedagógica, pero primó el concepto de “Universidad Necesaria”, marcando el rumbo como una institución al servicio de los sectores menos privilegiados de la sociedad costarricense, al ofrecer igualdad de posibilidades de acceso a la educación superior, y así complementando el humanismo con la diversidad de la oferta académica.
En la actualidad la UNA ofrece más de 100 opciones de grado y de posgrado en los diferentes campos del conocimiento humano, como ciencias exactas y naturales, ciencias de la tierra y el mar, educación, ciencias sociales, ciencias de la salud, filosofía, letras, y artes.
El campus de la universidad en realmente pequeño, comparado con el de la UCR, pero como dice el dicho «los mejores perfumes vienen en envases pequeños», y la verdad me llevé varias sorpresas muy agradables…
Lo primero fue recordar que el campus universitario lleva el nombre de Omar Dengo, ese ilustre y preclaro costarricense que fue director de la Escuela Normal a principios del Siglo XX. Hay un busto y una placa del prócer en una pequeña plaza —dentro del campus— que hay sobre la calle ancha principal de acceso a Heredia, a un costado del Centro de Arte.
CAMPUS UNIVERSITARIO
—OMAR DENGO—
NO ME CREA MAESTRO, NI GUIA. NO SOY MAS QUE UN HOMBRE QUE ASPIRA A SER BUENO. SI ALGO DOY A LOS DEMAS ELLO ES OBRA DE MI DESEO DE DAR. SIGO CREYENDO QUE ESA ES UNA FIRME MANERA DE PERFECCIONARSE… A VECES SE ME OCURRE QUE TODO EL UNIVERSO NO EXPRESA SINO UNA SENCILLA ASPIRACION: DAR. DIOS ES EL DON.
OMAR DENGO
17 NOVIEMBRE 1978
En el campus hay una bonita plaza interior, llamada «Plaza de la Diversidad», junto a la cual hay otra, mucho más pequeña, de la facultad de filosofía y letras, nombrada en honor del que fuera gran profesor y filósofo Constantino Láscaris.
Pero definitivamente, la joya de la corona es el Monumento conmemorativo al XXXV aniversario de fundación de la universidad, llamado «El cambio». Aunque no es una gran obra, en el sentido de tamaño, es enorme en simbolismo, y en destacar a los padres fundadores: Pbro. Benjamín Núñez, José Figueres Ferrer, y Uladislao Gámez. Los tres curiosamente, grandes amigos y casi hermanos, que la vida y la política unió imperecederamente. Uno de esos casos es el de la creación de la UNA.
Les transcribo la placa del monumento, que explica su simbolismo:
MONUMENTO CONMEMORATIVO AL XXXV ANIVERSARIO
1973 – 2008
«EL CAMBIO»
ESCULTOR FERNANDO CALVO
LA OBRA REPRESENTA LA TRANSICIÓN DE LA HEREDIA PROVINCIANA A LA CIUDAD UNIVERSITARIA. DESDE 1973, LA UNA SE CONVIRTIO EN UNO DE LOS PILARES DEL DESARROLLO DE LA PROVINCIA Y PARA INICIOS DEL SIGLO XXI SU APORTE ES INNEGABLE EN EL ÁMBITO NACIONAL.
LA ESCULTURA REPRESENTA LA OBRA DE LOS FUNDADORES, JOSÉ FIGUERES FERRER, EXPRESIDENTE; ULADISLAO GÁMEZ SOLANO, EXMINISTRO DE EDUCACION; PBRO. BENJAMIN NÚÑEZ VARGAS, PRIMER RECTOR Y DEL PUEBLO HEREDIANO REPRESENTADO POR EL ESCULTOR JUAN RAFAEL CHACÓN SOLARES QUE SOSTIENE EN SUS MANOS Y APORTA EL BUSTO DEL MENTOR INTELECTUAL DE ESTA CASA DE ESTUDIOS; OMAR OENGO. LA FIGURA FEMENINA QUE LES INVITA A PARTICIPAR NOS REFLEJA EL RESULTADO DE UN PROYECTO UNIVERSITARIO INCLUSIVO Y PARTICIPATIVO QUE LOS GESTORES DENOMINARON UNIVERSIDAD NECESARIA,Y QUE NOSOTROS SEGUIREMOS FORTALECIENDO.
DONADO POR LA FUNDACIÓN PARA EL DESARROLLO ACADÉMICO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL
CAMPUS OMAR DENGO, 18 DE JUNIO DEL 2008
La Biblioteca lleva el nombre de Joaquín Garcia Monge, otro director de la Escuela Normal, y autor entre otros de la novela «El moto» todo un clásico en la literatura costarricense. Además, fue por muchos años el editor de la revista Repertorio Americano.
Definitivamente en el campus de la UNA se respira historia y socialdemocracia. El recordar a Omar Dengo nos evoca los tiempos de la Normal y especialmente la «Liga Cívica» de los años 20s del siglo pasado, de la cual él fue uno de sus dirigentes, y las ingentes batallas contra los contratos con la United Fruit Company y de las Compañías Eléctricas. De Núñez, Figueres y Gámez es poco lo que puedo agregar, que no se haya dicho ya de estos tres guayacanes de la socialdemocracia.
Si lo quieren hacer, el recorrido es muy bonito, y es recomendable en un fin de semana, que es cuando el ambiente no está alterado por el bullicio y transitar de los educandos. Lo pueden combinar con una visita al parque Central de Heredia, para admirar su iglesia colonial, una de las pocas que aún quedan en el país.
Sin lugar a dudas con el devenir del tiempo, ha quedado demostrado que efectivamente la UNA, era la universidad necesaria.
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Excelente artículo que quizás debería hacerse circular más por redes sociales u otros medios. Estoy seguro que mucha gente desconoce todo o casi todo de la UNA y el artículo resume y evoca muy bien su historia. Está muy bien logrado y muy bien escrito. Mis felicitaciones al autor.