La “Trinidad Destructora” de Liberación Nacional

William Hayden

William Hayden

En el año 1950 Pepe Figueres y Francisco Orlich venían de realizar una visita al Estado de Israel. Daniel Oduber se encontraba en ese entonces en París haciendo un doctorado en la Universidad de la Sorbona y Luis Alberto Monge iniciaba su carrera en la Organización Internacional del trabajo (OIT).

Los cuatro acordaron reunirse en Ginebra, en el Hotel Edén, con la idea de fundar un partido ideológico permanente. Un año después, el 12 de octubre de 1951 en la finca La Paz en San Ramón de Alajuela, propiedad de Francisco Orlich, se firmó la Carta Fundamental del Partido Liberación Nacional (PLN) de ideología social demócrata, cuya redacción estuvo a cargo principalmente de Alberto Martén, Rodrigo Facio y el padre Benjamín Núñez.

Partido de gran trascendencia histórica de nuestro país y fundador de la Segunda República, que ya se nos está cayendo a pedazos, y urge la Tercera República con una nueva Constitución Política, dado los 75 años de vieja y obsoleta, en gran parte, de la actual.

Para el próximo 12 octubre, a 73 años de distancia, el PLN —dominado por la Trinidad Perdedora de Johnny Araya, Antonio Álvarez y José María Figueres— ha convocado a una Asamblea Nacional en la que el presidente Ricardo Sancho y el secretario Miguel Guillén no se ponen de acuerdo sobre el objeto de la convocatoria.

Para el primero, se tratará de definir su propuesta de designar a un candidato de consenso para que los represente en las próximas elecciones presidenciales sin necesidad de organizar una convención y se pretende separar las elecciones distritales del 6 de abril de 2025 del proceso de elegir al candidato.

Para el segundo, la idea de la reunión es realizar reformas sobre la escogencia de los órganos internos con miras a la elección del 6 de abril y definir el candidato a la presidencia de la República que en lo personal se opone a que sea por consenso, sino en una convención abierta, y además insiste en su idea de eliminar los puestos vitalicios en el Directorio Político que tienen los excandidatos Johnny Araya y Antonio Álvarez.

Para esa asamblea, la Trinidad está afilando sus garras, quizás no para ser candidatos, porque están más quemados que la antorcha del día de la Independencia, sino para mantener sus cuotas de poder como Ayatolas del PLN, tener vinculados cada uno al mayor número de asambleístas y el poder de mando e influencia en el próximo proceso electoral.

Cuando yo paso por el Balcón Verde todas las mañanas para caminar en la Sabana voy con las antenitas de vinil encendidas para oír que sonidos vip-vip capto, y los rumores de esta semana fueron abundantes.

Escuché que la propuesta de Ricardo Sancho por el candidato de consenso gira en torno a su figura, que cambiará, por una candidatura segura a diputado, después del tanate que quiere armar. De ser así, ya habría un candidato apuntado.

Hay una mujer, la diputada Carolina Delgado que anda recorriendo el país, de lado a lado, para ser la candidata presidencial del PLN, con plata prestada de su hermano, que va a perder porque la Deuda Política no se la pagará, sin considerar ella que su figura puede adelgazar más al partido en las intenciones de voto, y por supuesto José María Figueres, quien al fin se está dando cuenta de que ya jugó, y que nadie lo quiere.

Dicen que en su desesperación por mantener activo y redituable al figuerismo le ofreció la candidatura a Marvin Taylor Dormond, limonense, quien fue vice ministro de Hacienda, funcionario por muchos años del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y que actualmente trabaja en el Asia Development Bank.

Marvin se la está creyendo y ya inició sus movimientos de consulta por medio de WhatsApp. Él es casi que una copia fiel de Rodrigo Chaves, personajes más foráneos que ticos porque se fueron del país por muchos años, olvidaron sus raíces y les encantan las seudo democracias asiáticas, y por esto el necio indonesio quiere destruir la nuestra.

Esta Trinidad -a como van las cosas- parece destructora. Gracias a ellos el PLN lleva tres derrotas electorales consecutivas. La más humillante, ¡Uy que feo Mateo!, da vergüenza, la de Johnny Araya con su renuncia a la condidura en la segunda ronda de las elecciones de 1914. Y -por rebote- entró Luis Guillermo Solís a la presidencia por el Partido Acción Ciudadana (PAC).

Antonio Álvarez no la vio en las elecciones de febrero del 2018 y fue derrotado por Fabricio Alvarado y Carlos Alvarado, y en la segunda ronda entró de nuevo el PAC, ahora con Carlos Alvarado.

Por culpa de Figueres, por el voto protesta en su contra en el balotaje del 2022, nos llegó la necia ternurita indonesia del jaguar que tiene al país en una zozobra. Ah, también oí por las antenitas que Marvin Taylor dadas sus características foráneas lo están comenzando a llamar el manigordo, esa especie de mamífero ocelote, en vez del jaguar.

A estos tres posibles candidatos se agrega Enrique Castillo que desde hace un año y de a calladito —y pacientemente— está tejiendo como una araña sus redes para que caigan en ella todos los posibles candidatos, y si predomina la idea del consenso él sea el ungido, o si no, está dispuesto a jugársela en una convención porque cree en una victoria segura.

Economista y escritor.

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